Es el
último día de año, guardo luto por mi abuela que se me fue; un cambio de año
indiferente, lleno de nada, cual muñeco esperando a calcinarse a las doce.
El
último día del año tiene una desazón indiscultible, guardo la pena de este año
que se va, colocando en una caja los recuerdos nefastos de meses atrás y lucho
a cada momento, a cada minuto con la rabia y el fastidio; este fin de año
quiero quemar en ese fogón tradicional el descalabro sentimental que inyectaste
en mi para no olvidarlo jamas , esa imagen que no se borra de mi memoria y que
Carola (la buena) ha intentado sacarlo poco a poco, pacientemente, sabiamente y
sin esperar reciprocidad.
Hoy me
tomo un café en silencio en un Starbuck atiborrado de familias y parejas; cappuccino
y vainilla late, eso que tu tomas a escondidas… tengo o tenía una historia
contigo y se diluyo antes de que se acabe el año y me reservo la nostalgia para
no pensar más, pero así como llevaba orgulloso el recuerdo de tu vida conmigo
llevo así la decepción acuestas… adiós amor… adiós para siempre.
Carola
(la buena), enciende una vela previa al cambio de año, cenaremos pastas a lo
Alfredo, la vi ensayar el platillo, escucha Coldplay de fondo y tararea con su
buen ingles una canción que adereza la salsa blanca; abre un vino añejo y
brinda por nosotros antes de que se acabe el año… Bonano sale al balcón porque
solo sale en luna llena y aulla creyendose un lobo por la noche y se relaja
viendo las luces de los autos brillar de un lado a otro… esa noche espere un
mensaje tuyo con proposición de fuga, pero conozco tu corazón y se que no
ocurrirá… hoy dormiremos en camas distintas con tus sueños en otro y mis
lagrimas en la almohada.

Esta
noche te vas de fiesta en tu mejor traje de fin de año y bailaras a ritmo de
moda los temas con un tipo que posee dos pies izquierdos y no me jacto de ser
danzarín pero tu conoces mi swing y sabes que esta noche que debió ser nuestra
noche la derrochaste con alguien que te ilusiona… y me diste por olvidado pero
me guardo eso que se dice que las cosas no valen por el tiempo que duran… sino
por la huella deja.
Falta
poco para las doce y un espumante champang espera en la cocina, brindo una copa
a solas antes de ir por Carola y lanzo unas croquetas al compañero canino, se
relame y me mira espectante, sentado junto a la puerta… brindo con Bonano una
noche a solas… feliz año mi querido amigo… celebraremos año nuevo solos? Y en
su inocencia menea la cola alegremente y pensé “ya vamonos huevas deja de
pensar en ella… ten por seguro que no se
divertirá”.
Donde
estés pasa un bonito fin de año… no te deseo uno feliz, no por cólera, sino
porque la felicidad a cuesta de otros no es más que una triste ilusión… y
cualquier similitud es pura coincidencia.
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