lunes, diciembre 17, 2007

Espía por casualidad

Nunca me lo propuse pero sospecho que cada día que pasa es como si estuviera destinado, de alguna forma u otra, estos meses han sido para pegarse un tiro y aunque ya llevo tiempo sin verte me he puesto a pensar que hay algo en mi que te necesita, aunque sea… para verte.
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No soy un espía, ni aprendiz de espía… ni aprendiz, solo que me he topado con tu existencia repetidas veces, pues hace un mes te vi con un tipo que acarameladamente acariciaba tu cintura con la intención de abrazarte, tu tomaste su brazo para caminar semi apapachados por una calle que les sirvió de atajo aprovechándose de su penumbra, yo no se.
Y te confieso que me dieron celos, tanto así que me dieron ganas de seguirte, aún trato de asimilar el hecho de que puedas estar con alguien, camine unos pasos y me detuve avergonzado, pensé… tu no me seguirías, pensé… ¿que estoy haciendo?, pensé que no era justo ni para ti ni para mi, como tu me dices, cada uno hace su vida y a pesar de que es cierto, no es tan así.
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Cuatro días después, un sábado por la noche si no mal recuerdo, volví a verte, salías de la avenida que lleva hasta tu casa, tan guapa como siempre cruzaste la calle de manera presurosa, esperaste unos minutos y cuando tenia pensado acercarme, un auto se detuvo frente a ti y te embarcaste sonriente, saludaste al tripulante y este acelero su auto, sin tiempo de poder decirte hola.
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Un tipo te abraza por la cintura y besa tu cuello un jueves por la tarde, en plena avenida principal, su gran contextura parece cubrirte entera, tu no pones resistencia y yo, que veía todo desde una pizzería tratando de comer un fettuchini a lo Alfredo, no me dejaba porque tu coqueta presencia acompañada por el sujeto me despojaron de mi apetito, obligándome a detenerme por unos instantes para asimilar el desenlace de aquella imagen de la mujer que me había concedido alguna vez su delicioso cuello, ahora ostentado y besuqueado por un desconocido.
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El viernes por la noche la discoteca “RIP” esta casi llena, grupos de chicos y chicas, o parejas dicho sea de paso, van llegando de a pocos, estoy con Germán, Lelo, Marcos y Carlin, hemos salido a tomarnos unas cervezas después de tiempo, Lelo, quien te conoce te ha visto en la discoteca, me hace una seña y te veo gozar de un merengue con el tipo anterior, tu manera provocadora de bailar le enciende los ojos y sospecho que algo más, a tu acompañante que no deja de mirarte y sonreírte libidinosamente le cuesta moverse al ritmo de Juan Luís Guerra, le coqueteas con sapiencia sabiendo manipular su ímpetu de cojerte en público, porque encima que meneas tu cuerpo de la cabeza a los pies, estas sensualmente divina, un escote en tu espalda (y como agregaría Arjona) llegaba justo a la gloria se complementaba con una mini cinco centímetros arriba de la rodilla, tus caderas de un lado a otro como si fuese una campana que resonaba de placer en el tipo ese, en un momento te abraza e intenta besarte, pretende persuadirte al hablarte al oído, te dice quizás, las perversiones que pasan por su cabeza, sonríes coqueta y salen de la pista de baile, tomas tu cartera, bebes un trago más y el tipo te toma de la mano, tu mirada no parece estar segura (te conozco), sin embargo quieres arriesgarte a lo que queda de la noche.
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Al viernes siguiente un taxi me lleva hasta mi trabajo en el centro de Lima, se me ha hecho tarde, el taxi por más que intenta, trata de cortar camino por alguna calle de la congestionada ciudad, el taxista opta por un nuevo atajo, cuando se dispone a tomar una ruta alterna, nuevamente tú apareces, como por arte de magia, para mi sorpresa caminas por la calle sola, con mirada triste, el rostro desencajado, pensativa, en eso entras a un hotel (la verdad ya era demasiado para mi), me quedo estupefacto y sin reacción, el tráfico parece ya no importarme, sospecho que me despedirán… pasaron 20 minutos cuando en mi celular aparece tu número sollozante me saludas, me dices que estas más o menos, que tienes algunos problemas, “¿puedo verte ahora?” me dices y accedo, me bajo del taxi y entro al hotel donde nos hemos amado alguna vez, pido tu nombre, me dan el número de habitación, voy a tu encuentro y al verme te sorprendes, me abrazas, me sonríes y lloras.
- ¿Como llegaste tan rápido?
- Yo siempre voy a estar ahí
(respondí)
- Que coincidencia… estos días he sentido como que has estado ahí.
- Créeme que de verdad he estado ahí, te lo puedo asegurar
(y me sonríes sin entender mi comentario)
Ella sonríe, me vuelve abrazar, me dice que me quiere… pedimos pizza y nos relajamos en una tertulia que nunca tendrá fin.

sábado, diciembre 08, 2007

Dimelo cantando

Dorita, tiene 8 años, es la hija de mi mejor amigo, me ha dedicado una canción que ha escuchado en la radio, es un reggaeton que esta de moda, ella me dice muy segura que esa canción va conmigo, me suplica que tengo que escucharla, Armando su papá me mira sonriente, orgulloso de su hija, yo le hago una mueca como preguntándole de que se trata el levanta los hombros sin saber que es.
Dorita corre a su cuarto, sale trastabillando por el resbaladizo parquet, es una experta utilizando el moderno equipo de sonido, Armando le hace la salvedad de que baje el volumen, Dorita me vuelve a suplicar que la escuche, la letra decía algo como:
Te conocí en la disco bailoteando
Y rápido loco me quede contigo
Me le pegue y le dije al oído
Si quería quedarse conmigo
Los dos bailando, los dos sudando

El ritmo iba lento y suave, provocaba bailar… el resto de la letra me pareció sacada de contexto, porque una niña de 8 años no te va a dedicar una canción en la que dice:

Tu eres la fuente y de tu agua quiero yo beber
Llegar más allá aunque esta sea nuestra primera vez
Tocar las estrellas, llenándote de placer
Sintiendo tu piel sudando, calentándome

En fin, Dorita había alegrado mi tarde con una canción coquetísima… me pregunta y me repregunta si le gusto, yo le digo que si y la alabo por tan maravillosa elección, le digo que comprare el disco y lo escuchare todos los días, aunque se que le estoy mintiendo.
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Emma quiere visitar a unos primos que viven a dos horas de la ciudad, me pide que la lleve este fin de semana, acepto sin dudar, al fin y al cabo Emma y yo habíamos sido enamorados, pero que se termino para convertirse en mi amante, Emma adora la música, tiene una colección repleta de bossa nova, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat, según ella para la purificación de conciencia, pero cuando hemos salido le he pedido al dj que me regale una canción que me remonta a ella y a todo su ser, algo así como:

Es tan difícil llamarte mi amiga
Si hace un tiempo, yo te dije: amor
Es tan difícil, besarte en el rostro
Si aún guardo, en mi boca tu sabor
Y verte así, deprisa por la calle
Que triste imaginarte en otros brazos
Verte vestida, yo que ya te vi desnuda
Yo no te quiero amiga, te quiero amante.

Emma me escucha canturrear y sonríe, levanta una ceja y me besa.
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Vivian tiene novio, Vivian pregunta por mi a veces, Vivian no se deja ver, Vivian se hace extrañar, la última vez que la ví estuve en su casa, hemos conversado de nosotros, le he preguntado por lo que siente y he cometido el más dulce y osado de los pecados, decirle que me siento imantado a ella de alguna manera, hace poco estuvimos en una reunión familiar, coincidentemente tenemos amigos en común, no me atrevo a sacarla a bailar porque, literalmente la tienen vigilada, ella mi mira de lejos y pasea de arriba abajo frente a mi, le hago una seña y le pido bailar la canción que viene, que suena algo así como:

Me la paso pensando en ti
también ando buscándote
quiero que se me pase ya
el amor que siento por ti
tengo que resignarme si a que no estas conmigo

Ella entiende el mensaje, pero sin embargo siento, que no quiere que me aleje mucho de ella.
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Laura es una chica que le cuesta decirme algunas cosas por el temor de lo que podría pensar, pero de un tiempo acá ha tenido la estrategia más original para decirme que me desea, me lo dice con alguna canción que carga en el CD de su discman, en una ocasión, me contaba, cuando la recogí del instituto, que había escuchado una canción que le recordaba a mi, encendió su discman, busca el track y me da un auricular, la canción decía:

Tengo que hablar, hay muchas cosas que no puedo ocultar.
Mis sentimientos te los voy a expresar, es que yo a ti te estoy queriendo,
es que de nuevo estoy sintiendo.
Hazme el amor!
Quiero sentir, déjame ser tu caricia mejor
Siénteme hoy, quiero estrenar, este deseo tan mío.
Pégate a mí, siémbrame en ti, deja sentir que deseas estar conmigo.
Saber que vivo en tu mirada tan amada, que a mi me perteneces.
Que soy toda tu inquietud.

Laura me sonríe temerosa y enrojecida, le digo que es una canción bastante sugestiva, ella sonríe y me contesta “de eso se trata”… Laura y yo continuamos haciendo realidad el resto de la canción.
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Betsabe considera que no es una chica popular entre las del barrio, pero tiene algo en ella que la hace única, los chicos del barrio no dejan de ponerle apodos y las chicas no la invitan a sus numerosas reuniones, es la típica tímida de las telenovelas, la niña boba que algún día encontrara a su príncipe azul… a mi me da cierta ternura, me gusta como es ella a pesar de que lo demás me cuestionan diciéndome que estoy verdaderamente loco… tanto fue que me atreví a dedicarle una canción, algo así como:

Me gusta porque es autentica y vive sin recetas
de esas que tratan de vestir al amor de etiqueta
he venido a parar con la mujer que no soñé jamás
es una estrella fugaz.

Betsabe me sonríe y me concede el honor de considerarme su mejor amigo.
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Dorita me dice que tiene otra sorpresa para mi, alegre me dice que ya no tengo porque comprar el CD de reggaeton, tiene las manos atrás escondiendo algo, y me da una copia del CD, junto con Armando sonreímos, la cargo le doy un beso y ella me abraza fuerte, me da un beso y me dice que quiere que su enamorado sea como yo, su papá mueve la cabeza en negativa y sonríe “no hijita, no… te va hacer sufrir”.
Dorita ha decorado el estuche del CD con dibujos multicolores y un corazón que lleva su nombre, ya no tuve la necesidad de comprarlo.