Quiero

Uno quiere tantas cosas en la vida que no sabe por cual empezar, por el momento quiero un cigarro antes de escribir y una soledad que me inspire; una tranquilidad inquietante y una noche sumisa, placentera, bohemia y refinada.

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Quiero una torta de chocolate untado en tu espalda, con chantilly recubriendo tus pechos con una cereza en la cima; unos besos carmesí con sabor a vino tinto, unas caricias exploradoras que enciendan la noche y mil orgasmos que sacien la cama.

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Quiero besarte en lo profundo, desplazarme en tu vientre y hundirme en tu ombligo; dormir entre tus piernas con el suspiro intacto y fusionarme contigo en un otoño sin fin; quiero contemplar tus ojos vivaces, con la mirada candente de nuestro misterio y la soledad que nos rodea sea solo nuestra, mil noches más.

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Quiero verte al amanecer y contemplar tu anatomía como paisaje sublime bañada en rocío; quiero abrazarte sin contemplaciones, sin el apuro del reloj, mirarte nuevamente a los ojos con un te amo duradero y perenne; quiero un café untado en tus labios y dos tostadas que sepan a ti; un desayuno entre tus pechos y tu cintura; y tres besos para un buen día.

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Quiero tallarines rojos con la sazón de tu piel y crema a la huancaína con el talento de tus manos; una inca kola helada que sofoque nuestra calentura y un barril de pop corn con mantequilla que alegren nuestra película favorita; abrazarte cuando sea de terror, besarte cuando sea romántica, tomarte de la mano cuando sea suspenso y reírme cuando sea comedia, quiero sentir la adrenalina cuando sea de acción y analizarla cuando sea dramática; quiero irme al cine contigo para un estreno perfecto y sentarnos en la platea correcta, quiero besarte en la penumbra de la sala y tomarte de la mano estimulando tu encanto.

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Quiero vivir contigo en un cuartito que nos acoja tiernamente, quiero verte sonreír en las mañanas y renegar cuando no puedas más, reconciliarnos como solemos hacerlo y prolongar nuestro cariño hasta el amanecer; quiero ver fútbol contigo un día de mundial, preparar bocaditos hechos con paciencia, discrepar por el mejor del mundo y terminar en la cama en cuartos de final; celebrar con borgoña en homenaje al campeón y levantar nuestras copas un domingo de final; amanecer abrazados, enamorados, embriagados.

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Quiero días de playa un verano, caminar por la arena con los pies descalzos contemplando una puesta de sol y perderme a tu lado contando estrellas deshojando una noche de amor; quiero inviernos de frío abrigándome en tus brazos, un par de otoños bohemios inspirados a escribir y tres primaveras florales renacidos en tus ojos; quiero días a tu lado y noches intensas, atardeceres soñados con fondo solar ocultándose tras del mar; quiero una casa decorada a tu antojo, quiero tu presencia en casa esquina y en cada habitación, quiero un cuartito preparado para el infante que pueda venir.

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Quiero hacerte el amor con la sapiencia de que nos amamos, sin el tabú propio de lo prohibido; quiero adentrarme en ti sin el temor a lo que venga; quiero tanto como tú una familia que complemente mi alegría.

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Quiero darte la tarea de que seas parte de mi vida, quiero tu beso al despertar, quiero tu cuerpo en mi cama, quiero tu sonrisa en mi tristeza, quiero amarte con días sin término.

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Quiero tu maternidad para los míos y sobre todo quiero envejecer a tu lado.

Peleas y Reconciliaciones

Pelearme contigo no tiene sentido, podremos discutir y discrepar, pero sernos indiferentes no se puede; el mismo tema de siempre, la misma duda, la misma desazón, lo mismo todo, temas coyunturales para nosotros que hacen que la relación a veces tambaleé, pero que a la vez pienso que el destino de alguna manera nos esta probando.

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Quizás para saber que tanto nos soportamos, para saber que tanto nos aguantamos; si puedo ser paciente con tu manera de ser o no, pero pienso que fue de esa manera de ser tuya de la que me enamore y que a pesar de mi molestia sigo enamorado, al extremo de que vivimos juntos y nos pensamos las 24 horas del día; reconozco que no es fácil vivir contigo, no es fácil consentirte, pero creo que podrás reconocer que al menos lo intento, que busco arrancarte una sonrisa a pesar de un día fregado en tu trabajo.

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Posiblemente pierda la paciencia cuando me molesto sabes que tengo un carácter difícil y he creído muchas veces que has buscado provocarme, claro eso lo digo ahora como catarsis, pero es una idea absurda a veces pelear en vano, a pesar de tu seria amenaza de irte de la casa por según tu “incompatibilidad de caracteres” bah!... Excusas.

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También se me ha pasado por la cabeza un tercero, ¿es posible acaso?; un sujeto incauto que cree que eres angelical y dócil, un tipejo que ve en ti esa imagen postiza de mujer abstracta, que se ha enamorado de la fémina ficticia, de ensueño que le has hecho creer que eres perfecta… si supiera que conozco como la palma de mi mano cada queja, cada carácter, cada idea; tu imagen real y sin caretas, esa mujer que es más que un cuerpo durmiendo a mi lado es la que conozco perfectamente… y que sueles odiar por el hecho de que te conozco tanto… mucho más que tu.

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Porque en un momento de soberbia sabes que tu cuerpo respira a mi, que se lo que piensas antes de que lo digas, porque se tus defectos y tus virtudes, tus manías y caprichos, tu ternura y tu fastidio, tu cólera y tu molestia; lo que te gusta y no, lo que quieres y no; así como conoces también de mí mi querida musa también lo se de ti, te he observado siempre antes de que un nosotros exista.

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Te has quejado de mi falta de afecto e interés y lo reconozco, que no he sido gentil y muchas veces anti romántico, pero he buscado sorprenderte con cada cosa fuera de lo común, he tenido que tragarme mi orgullo por cumplir tus deseos y a travesado la frontera de tu cólera para amenguar con un beso esa ira que emana de ti.

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Detesto dormir de espaldas a ti como si la indiferencia fuera la solución al problema, me jode levantarme sin un buenos días en la boca y ya no me sabe el desayuno sin ti; nuestra foto abrazados esta empolvado y creo que ya no resalta en medio de la sala, esta discusión se torno fuerte y nos hemos ofendido mutuamente sin pensar en el otro, y tu sabes que ya no quiero estar así.

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Quizás lo más rescatable de estas peleas y discusiones es que nos reconciliamos de la manera más apasionada y romántica como jamás hayamos hecho.

Antes del fin del mundo

Un ligero temblor remeció mi habitación en la madrugada, tratando de mantener la calma tomo lo que tengo a la mano, mi celular, mis llaves, mi billetera, cigarros y un encendedor; los vecinos en sus pijamas o envueltos en sus batas cuchucheaban entre ellos “¿a sido fuerte no joven?”, llamo a mi madre que no me contesta, a de estar en su sétimo sueño; mi hermana me dice que no ha sentido nada y se duerme al otro lado del teléfono, y en mi afán de ser galante, preocupadamente cortés intento llamarte, las líneas están saturadas sin embargo me contestas con tu dulce vocecita “¿estas bien? No te cayo nada en la cabeza” y ríes dándole un toque jocoso al acontecimiento de la naturaleza.

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Si esa noche en que ocurrió el sacudón te hubieras quedado a “dormir” conmigo como te propuse, hubiéramos estado creando nuestro propio sismo de más de 7.9 grados en la escala de Richter, siendo tu vulva el epicentro de mis placeres; crearíamos maremotos catastróficos ondeados en tu abdomen; vientos huracanados de más de 150 km/h formados por la tormenta de tu aliento, la desesperación se anclaría en tu garganta sin dejarte respirar.

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Ciclones devastadores arrasando las sabanas y las almohadas, agitarían tu cabello al compas de las cortinas; tu suspiro se acoplaría a un temblor de aire y el movimiento de tu cuerpo se confabularía con otra replica de regular magnitud; un tsunami arrasaría con la transpiración de tu piel, mientras que tu cuerpo desata olas desde tu pelvis hasta tu cuello con marcadas ondas traslucidas a la luz de la luna, provocando en mi un desenlace candentemente volcánico.

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Antes de que un terremoto divida el planeta en dos quiero darte un beso que perennice lo que fuimos, lo que somos y lo que el fin del mundo no nos dejo ser; que las grietas que rajen la corteza no se lleve nuestro recuerdo al interior de la tierra; antes que llegue el tsunami quiero caminar contigo por la playa y sentarnos a esperar a que el oleaje no borre nuestras huellas en la arena; que una ola gigante nos cubra abrazados, nos envuelva y nos arrastre a la inmensidad del mar.

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Antes de que llegue la tormenta y descargue todos sus voltios sobre nosotros quiero sentir la electricidad de tu ser en una noche más que tormentosa, sentir como tu cuerpo descarga esa energía propia de ti; antes que llegue los tornados y huracanes y arranquen edificios y arboles de raíz quiero recorrer tu cuerpo cual velocidad de un ciclón y arrastre conmigo tu placer inmenso.

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Antes que acabe el mundo quiero dormir contigo una vez más y quiero sentir la furia de la tierra agitarse con fuerza mientras te abrazo y te beso, diciéndote que nos veremos otra vez, al otro lado del sisma; antes del fin del mundo quiero decirte algunas cosas al oído que nunca me atreví a decir, antes que acabe el mundo quiero decirte que eres lo mejor que me ha pasado y que he pensado en ti.

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Antes del fin del mundo quiero decirte que no deje de amarte y que no habrá fin del mundo que me separe de ti.

Si no estuviera él

Cuando he pensando en ti pienso en un universo total de situaciones, es un tu y yo único y especial; un yo y tu solos, completamente solos… sin embargo mientras pienso en ti se interpone el personaje que deambula errante en medio de nuestros sentimientos, cual agente de migración cuidando su frontera, como águila volando en circulo cuidando a sus polluelos… el sujeto aquel, que no debería estar ahí, interrumpe en mi sentir cual fantasma y me recuerda que no estas sola.

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Si no estuviera él podríamos pasear por el malecón por la tarde a la hora del ocaso, con la mirada al oeste, ahí donde las nubes esconden al sol hasta mañana; si no estuviera él comeríamos helados de vainilla con fudge, nos mancharíamos la nariz de crema helada y podría cogerte de la mano con la ilusión de encontrarte enamorada.

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Si no estuviera él estaríamos los martes en el cine, viendo novedades en estreno; los miércoles almorzaríamos juntos por la tarde y te recogería del trabajo por la noche, caminaríamos largos tramos con tertulias de por medio, cogidos de la mano de esquina en esquina y tres te amos por cada beso; Si no estuviera él, te abrazaría en el bus multicolor de regreso a casa, mientras dormitas de cansancio sobre mis hombros o nuevamente conversando como siempre… de nosotros.

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Si él no estuviera cenaríamos todas las noches lo que se nos antoje, una torta de chocolate seria nuestros dulce cómplice como postre, coquetearía con libertad tus ojos, mirándolos fijamente encontrando en ellos ese toque único de nosotros, imborrable y detalloso; si no estuviera él me dirías tus pasiones al oído de manera subliminal y sin tabúes.

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Me mandarías mensajes al celular con todo tu ardoroso encanto pasional, si necesidad de que los borres; podríamos hacernos el amor sin voltear si nos observan, sin complejos, con la libertad que me quiero tomar en ti.

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Si él no estuviera, seriamos pareja, sin la necesidad de escondernos para darte un beso, sin que busquemos la oscuridad para susurrarte al oído, sin que finjamos que no nos conocemos; si no estuviera él entraríamos juntos a nuestro lecho de pasión; si no estuviera él tu cuerpo perdería ese temor típico de lo ajeno, de lo prohibido, de lo indebido; tu piel se confabularía conmigo para usurpar tu cuerpo, para hacerlo extremo; retomaremos nuestros viernes por la noche al despertar del sábado.

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Si no estuviera él, estaría en la puerta de tu casa despidiéndome con un beso hasta mañana, te mandaría un mensaje de soñar con los angelitos y me responderías un mensaje de “hasta mañana amor, te amor”; si no estuviera él tus padres quizás me quieran un poco (o lo intenten), quizás pueda caerles bien (otra vez); si no estuviera él podríamos ser felices al natural, sin que tu corazón se guarde en su soledad para mi.

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Si no estuviera él, ten por seguro que me entregaría en cuerpo y alma, si no estuviera él no me pidas que te olvide, como borrar recuerdos que forman mi existencia, si parte de mí se quedo contigo… Si no estuviera él tú serías mía… hoy, mañana… y por siempre.

Tu amante, tu amigo

¿Dime que soy?, ¿que soy para ti?, una pregunta sencilla de tan fácil respuesta, pero al contemplar tus ojos mirándome fijamente encuentro la respuesta que alegra el corazón y acrecienta mis sentimientos de manera furtiva, vehemente y desmesurada... Tengo tu respuesta en la punta de la lengua.

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¿Que soy?... tu amigo o tu compañero, tu amante o tu pañuelo; soy multifacético y camaleónico, voluble y variable, versátil y mudable… ¿Qué soy?... soy mucho más que un beso en la oscuridad o una casual cogida de mano; soy quien entrelaza sus manos alrededor de tu cintura, soy quien te desea con paciencia; soy quien espera tu llegada, tu llamada, tu mensaje, tu respuesta y tu voz.

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Soy quien te susurra al oído por teléfono y te hace el amor en el secreto de la noche inmensa; en la penumbra de un pecado inminente; aquel que recorre tus piernas con el tanteo de los dedos, bordeándote incesante una y otra vez… o tu actor favorito que con categoría ejecuta una historia de amor con el guión aprendido al dedillo o un simple bombero que apaga un fuego dantesco en el interior de tu pasión o un preso encerrado en la cárcel de tu piel que disfruta el enclaustramiento como la más exquisita de las cadenas perpetuas; o soy tu ángel de la guarda que contempla tus sueños a media noche.

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Soy tu amigo o tu amante, porque puedo confabularme contigo, porque puedo ser tu confidente, porque puedo escuchar lo que a otros no puedes decir; soy tu amigo porque puedo decirte lo que pienso y lo que siento, porque puedo confiarte un milagro; soy tu amigo porque puedes decirme lo que quieras, soy tu amante porque puedes hacerme lo que quieras.

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Soy quien te hace soñar conmigo, crearte un mundo hecho para los dos; soy el amigo que busca un consuelo en la profundidad de tus ojos y en el constante vivir; y en simultaneo soy tu amante para contemplar el resto de tu cuerpo con la paciencia y fragilidad que me provoca cada forma, cada ángulo, cada rincón.

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Tu amigo porque crees en mi y tu amante porque confías en mi; somos amigos porque así nos conocimos o porque así empezamos; somos amantes porque una mañana, una tarde, una noche contemple tus ojos y encontré en fuego en tu mirada, una incandescencia propia de mujer, que lo puedo sentir cuando tengo tu presencia al natural.

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Es mi amiga porque confío en ella, porque puede guardarme los más intimo de mis secretos, porque me aconseja y me reprocha, porque me habla y me grita, porque se molesta y se ríe, porque me ha visto llorar y yo reír con ella, porque puede robarme un beso y no huir y porque me quiere mucho.

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Es mi amante porque sabe que la deseo, porque me deja explorar su cuerpo sin tabúes, porque no me pone una barrera delimitando sus zonas, porque me susurra al oído sus suspiros y sus pasiones, porque tiene la miel en los labios y la lujuria en la punta de la lengua, porque se fusiona conmigo con deleite y me siente internamente; porque guarda el ritmo en sus caderas para mi y su gemido expirante del momento amatorio.

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Tu cuerpo descansa saciada en la transpiración de mi pecho y tu mirada varia entre la amistad y el amor, me sonríes coqueta y pecaminosa, beso tu frente como muestra de cariño, beso tus labios con otro tipo de cariño, tu mirada maneja un lenguaje que solo nosotros entendemos y me susurras al oído lo que harás.

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Tu espalda desnuda me responde sobre quien soy entonces me inspira a escribirte y con una pluma imaginaria inicio una historia que no tiene fin.