sábado, noviembre 21, 2009

Ella volvio


Carola (mi nueva Carola) me espera en casa, salió temprano de su trabajo, quiere salir a cenar o a caminar por ahi. Quiero darle una sorpresa y me animé a cocinar algo esa noche, algo con pastas y un buen vino. Me detengo en el supermercado, compro los insumos, selecciono un buen vino y regreso a casa manejando con cuidado pensando como he de preparar mi primera cena y como sorprender a mi nueva compañera de cuarto… o más bien de cama.

El vigilante me saluda y abre la reja de la cochera, guardo el carro y como nunca me aborda al bajar ayudandome con los paquetes, tiene una sospechosa sonrisa que intriga mi pensar, le sonrio nerviosamente (¿acaso este sujeto salió ya del closet?), sube conmigo hasta la puerta, deja los paquetes en el piso y huye como despavorido del lugar sin darme tiempo de agradecerle.

Carola esta en la sala, cruzada de brazos, seria, enojada, molesta, mirando como Bonano meneaba la cola frente a la puerta de la habitación, sin advertir que yo habia llegado, alguien atrás de la puerta concertaba tanto la atención del labrador que por más que lo llame no atinaba a voltear siquiera.

¿Qué pasa? Pregunte confundido y Carola sin decir una palabra hace un gesto como de ¿Qué crees? Y siguió sarandeando su pierna como tic nervioso. No me dejo preguntarle cuando la puerta de la habitación se abrió por fin revelando su interior, Bonano dio un gran brinco y meneo nuevamente la cola con tal  violencia que boto algunos adornos y seguía saltando como si estuviera endemoniado… Su alegría estaba justificada… Carola (mi ex… si la misma que no le importo nada) salía de la habitación abraza a Bonano con ternura y este la baña a lenguazos sin dejar de moverse, la cola ahora movía al perro.

La miro con sorpresa y extrañeza, con fastidio y mortificación… con cierta alegría y cierta emoción, mientras engríe al perro que era… (o es)… nuestro “hijo”, me saluda con un “Hola…” indiferente y añade con cierto aire irónico y petulante “me alegra saber que Bonano esta bien cuidado y que aun me extraña”… “será que solo los animales te entienden” añadió mi Carola, quien me toma de la mano y entrelaza sus dedos, el cruce de miradas entre ellas encandenció el ambiente… era hora de intervenir.

Carola llega como si nada hubiera ocurrido, entra nuevamente en mi vida como si aun mantuviera la llave de mi corazón, de nada me valió enfrascarme en una nueva aventura sentimental con esta tocaya suya que intenta sacarte de mi mente y de mi corazón… bien sabe Carola que rompió mi corazón una noche de noviembre y me regalo (por cumpleaños todavia) su indiferencia, su inmadurez, su egoismo, su falta de sinceridad… Hay amores como el tuyo que duelen cuando están o si se van… hay amores sin orgullo… que viven de perder la dignidad (si, es de Arjona).

Cree saber lo que ocurre en mi, pero nunca tuvo el atrevimiento de enmendarse, cumpliendo asi cuatro meses de ausencia, cuatro meses de convivencia con un sujeto que le vendió no solo el oro y el moro, si no la imaginaria vida de constelaciones y osas mayores, usurpando el nombre de Coelho (cuya diarrea literaria provoco tras su blasfemia… blasfemia que creiste).

Bonano ignora la pena que me causaste y se emociona al verte, despues de estos meses es el unico ser vivo que no tiene los animos para repudiarte como yo… no vive con el rencor en su corazón, no tiene fastidio, ni colera… es felíz de verte nuevamente... todo este desastre que hace en la casa no se compara con la sensación de que lo vuelvas abrazar, a tocar, a besar. Es inocente de nuestros errores y aunque también lo hallas abandonado y nos sumergimos en soledad algun tiempo y que hoy ese perro me ha sido desleal reconozco que puede conmocionarse porque has vuelto a su vida… a nuestras vidas.

Tu mirada esta perdida y se que quieres hablar, mientras Carola no parece (y no querra) moverse de ahí; le sugiero que me permita conversar con ella… a solas…Carola me mira y camina descalza hacia la habitación, Bonano le ladra con fuerza como si le advirtiera “Hey, ese es el cuarto de mi ama… ¿no vez que ya llego?”… lanza un inusual aullido, ladridos prolongados que aturden la habitación. Carola lo acaricia y el perro se deja engreir… es el unico feliz en esa casa.

Empieza siendo ironica, una estupida actitud que solo refleja esa cobardia que planteo la misma noche que la vi “ahorrate la ironia y que quieres” le pregunte antes que continuara calificando a su actual rival. Ensaya un ligero discurso, mientras yo la miro incredulo “¿que vas a decirme ahora?, ¿Cómo vas hacer para convencerme?, ¿convencerme de que?” pensaba.

Nada de lo que digas ahora podre creerte, porque toda esa politica que siempre enarbolaste de sinceridad, de confianza, de lealtad, de fidelidad, lo mandaste bien pero bien lejitos… he vivido intentando borrar de mi mente esa maldita noche y la verdad no he podido. Vuelves con el rabo entre las piernas, argumentando no se que de tu infortunio, lamentas tu mala suerte en el “amor” y aseguras que lloraste muchas noches… y que pensabas en mi… bah! ¿Como creerte?... un largo silencio continuo y tu rostro cambio… ¿llorar? fingido, ¿sonrojarte? tonterias, ¿extrañarme? mentira... y no puedo creerte.

Sin embargo al verte a los ojos encuentro en tu respirar ese pena que te aqueja y ese impetu por saber que te dire, porque tu corazon esta con ansias de ser escuchado... de ser perdonado, porque ahora no te enarbola el orgullo y la soberbia de esa noche que te hizo su prisionera, te siento afligida y sollozante, apenada, entristecida... no me dices lo que tienes que decirme, tu hablar balbuceante y temeroso... se que hay un "perdoname" pendiente que llegara a su tiempo... porque sabes muy en el fondo que lo hare, que te perdonare.

Al despedirse, me miro fijamente y concluyó “se que no tienes ganas de verme y que me odias mucho… pero quiero que sepas que si pense en ti, me di cuenta tarde de lo importante que era yo en tu vida… y la cague… solo espero que algun día puedas perdonarme de corazón” miró a Bonano que sentado escuchaba lo que decía y de reojo miraba alguna reacción mía “…puedo pedirte un unico favor…¿puedo llevarme a Bonano a pasear?”, el cachorro meneo la cola con mayor violencia y me trepo con sus enormes patas color hueso y mordisqueaba mi mano como entendiendo el pedido “Por favor, por favor, anda di que si… di que si… mira es Carola… ella vino a llevarme de paseo… ¿que podria pasarme?… es Carola ¿te das cuenta?... vamos”… y asenti a que se lo llevara. Carola que es astuta le trajo una correa nueva, y eso enloqueció más al perro, se marcho y me aseguró traerlo pronto.

La otra Carola salió de la habitación aun mortificada, balbuceando no se que en francés “que conchuda esa tipa eh!”… “hay que tener harta sangre en la cara y a ella le hace falta porque es media paliducha… que sinverguenza!… viene como si nada hubiera pasado, como si estuviera segura de que tu la extrañas aun”… la mire de soslayo y pense… “si… quizas aun la extraño”.

viernes, noviembre 13, 2009

Coqueteos con la muerte

Un fuerte dolor a la altura de la oreja me aquejaba hace algunos meses, lo deje pasar tomando pastillas para el dolor y algunos analgésicos que solo aliviaron las molestias pero que no resolvían mi problema; el dolor persistía de manera escandalosa, un dolor de muela que hacia zumbar el odio, no me dejaba morder bien los alimentos y encima el rostro se me hinchaba emulando a un Kiko de medio lado, “ha de ser infección dental… mejor asegúrate” me decía mi vecina de piso, pero mi odontólogo descarto que sea producto de una infección.

Mi jefe preocupado me da unos días de descanso “hazte ver hijo… te esperamos” y me sonríe inusualmente con un palmazo en la espalda, luego encarga por teléfono a otro de mis compañeros que se encarguen de mi comisión.

Me pase el mes de licencia yendo al hospital, nadie me daba buena razón para mi problema, el dolor seguía y aumentaba, el rostro se hinchaba y preocupaba… una amable doctora me atiende pacientemente, revisa pacientemente mi oído esperando encontrar el problema pero lo descarta, de inmediato me dice que sería mejor una radiografía para encontrar detalladamente el problema.

Le siguieron exámenes de sangre, orina; otra vez de sangre y orina, hizo un recuento de todo ello, escáner de los huesos, una linfagiograma y mi resultado estaría en pocos minutos.

El rostro de preocupación de mi galena auguraban una mala noticia, toma aire y me sonríe apaciguando mi intriga, toma aire y suspira largamente para darse valor, juega con su lapicero y da su veredicto… “es posible que sea un tumor… no sabemos aun si es cancerígeno, pero lo hemos detectado a mi tiempo… tenemos que hacerte una biopsia y por ahí una punción para saber por dónde atacarlo… debo de confesarte que por estar en una zona cercana al cerebro la situación es ligeramente complicada… aun es pequeña pero tengo el propósito de sacarlo de ahí…” sus ojos mantenía un disfraz de esperanza… inhalo un leve suspiro y solo atino a sonreír.

Mi jefe comprende la situación como un padre y fuera de su vehemencia y temperamental mal humor humaniza la noticia concediéndome la licencia indefinida, me da un último palmazo en la espalda y con una voz algo entrecortada me alienta “Quiero verte de nuevo eh!... y recuerda que eres bueno en lo que haces”, salgo de la oficina donde los compañeros quienes ignoran la situación solo me saludan y salgo del trabajo rumbo a lo que sería el tratamiento médico más importante de mi vida… o lo que queda de ella.

He hecho amigas y amigos de buena fe durante mis días al neoplastica que entre broma y broma alegran mis largas jornadas de espera y exámenes, he pasado días jugando con Bonano que con sus volantines y piruetas abusa de mi ligera debilidad para arrancarme alguna sonrisa pero también cual guardián me alcanza en su hocico el neceser con el catéter y pastillas a la hora para hacerme mi tratamiento

He pasado las noches pensando en que será la muerte, en como el fin de los días de una persona llega en el momento menos esperado; el enigma de morir no me aterra porque como tal siempre me ha llamado la atención… y le he dado una sonrisa a la muerte por si quiere irse conmigo, he cambiado de look para darle sentido a la enfermedad y me he echado a escribir poemas y breves historias que afloraban las tardes de otoño… de otoño triste por cierto.

Me he quedado a oscuras en mi habitación simulando ese transe al más allá y le hablaba a Bonano como un guía en medio de la penumbra… la muerte no puede ser tan mala como parece, después de todo es parte de la vida… y en algún momento tenía que llegar… pues aquí la espero.

miércoles, noviembre 11, 2009

La sombra de tu recuerdo

Carola se fue sin decir adiós; en una mañana confusa llena de interrogantes e incertidumbre, abrió la puerta del departamento (además de mi corazón, de mi vida y de todo eso que me enseño) y se fue dejándome la pregunta que vale más que un millón, arrojo la llave de los sentimientos y cerro la puerta como quien cierra un libro cualquiera.

Nefasta fue la sorpresa la misma noche de ese mismo día que se fue, donde mis interrogantes crecieron y las dudas se fueron en una vorágine de rabia y cólera, la escena de ella sentada en las piernas de otro a pocos días de conocerlo surcaron de adrenalina mi sentir; un proceso en mi me mantuvo en calma al momento de encarar semejante escena, no era justo… y lo sabes.

La tristeza ahondo en mi esa misma noche en que no pude dormir y que Bonano velando tambien en su tristeza daba pequeños llantos porque alguien faltaba en casa; “estamos igual mi amigo, como dos perros sarnosos dejados en la calle” y se subió a la cama para no sentirnos solos.

He pasado noches sin dormir pensando que paso, no encuentro respuesta para tamaño egoísmo y descorazonado sentir; la amistad y amor se rompieron de la nada y fueron pisoteados con soberbia y desazón… Fue la noche en que se cayeron las caretas.

Esteban sorprendido deja su vaso de ron con hielo sobre la mesa y me mira sorprendido por lo que le cuento “¿Así sin más ni más?” me dice y saboreamos una serie de especulaciones e hipótesis, sea como fuese la estocada de aquella noche fue tan inesperada como sorpresiva “¿Tu que piensas? (añade)… porque enamoramiento no es… o sea ¿la vulnerabilidad tiene ese grado?”, y muevo los hombros como ya no se que esperar… Esteban me anima a salir y despejarme “las penas con ron son menos”, aunque estas sepan nadar.

El bar esta surtido de féminas y sementales dispuesto a darle rienda suelta a sus instintos; un apple pisco empieza mi noche, le sigue un martini y cierro un combinado de pisco, tequila y stolichnaya buscando endulzar mi noche; dulzura que llego enfundada en una mini falda negra, cabello azabache, ojos vivaces y mirada penetrante, labios carmín y un par de piernas que se contornean al caminar; una sonrisa acompaña su mirada, un guiño y un salud celebra conmigo no se que.

“La barra esta para los solitarios, pero hay una pista de baile que aun no estreno” me dice la morocha de cabello azabache, toma mi mano y me enrumba a la pista de baile donde suena un mix de Fluke, “ese tema lo conozco” le digo “Es Zion de Fluke, de la película Matrix Reloaded”, y se contornea, baila sensual y provocadora, sonríe y me susurra al oído; el Dj rompe fuegos con euro dance y el juego de luces parecen delinear su figura y hace un salud a la música.

Su sonrisa manda en la barra, el resto voltea a verla, un daikiri de fresa combina con su color, me pregunta, me interroga… se acerca… “y también tengo un blog” le digo y entra desde su blackberry… sonríe, lee mi ultima historia, le parece súper; sigue leyendo, lee uno en voz alta, le gusta… “sabes que voy escribir de ti” le digo y me mira coqueta… “todavía no” me dice y vuelve a dar un salud, esta vez por mi blog.

Un baile más despide la noche, entrelaza su mano con la mía y me plasma un beso suave “empieza a escribir” me susurra al oído; se abre paso entre la multitud conmigo de la mano, entre risas y besos deambulamos en el estacionamiento buscando mi wolsvagen fox; enciende la radio, vuelve a besarme, enciende un cigarrillo, se quita los zapatos y me enrumbo a escribir esta historia.

El portero me mira sorprendido, sonríe a medias y murmura despacio “¿otra más señor?”, sube las escaleras descalza, vuelve a besarme antes de entrar “¿no hay novias aquí verdad?” y le sonrió; “No, ya no”… me mira fijamente a los ojos y vuelve a besarme, lentamente deja caer su minifalda de strapless, dejándome percibir la finura de su lencería.

Esta noche, busco romper el letargo de mi tristeza, maquillo de pasión un momento en mi y borrare esa imagen en los labios de esta extraña que se entrega sin pesar; su cuerpo es el borrador que necesita mi historia contigo, esa historia que disolviste sin sentir mi corazón; cada palmo de su cuerpo, cada pliegue de su piel se encarna en mi con ese erotismo fingido que nace del despecho y la ira, finjo amarla al extremo y estremezco con violencia y con lujuria al recordar tu rostro sobre ella.

La someto con rudeza y se encarna en mi con el placer encaminado, con la noche de cómplice y tu recuerdo a media asta; las caricias son extremas y los besos más profundos y es que busco en cada despliegue arrancarme algo de ti… tantas veces esa noche inducido a su sensualidad, a lo libidinoso y casi pornográfico.

Se viste mientras la contemplo desde la cama, la mujer que romper a medias tu recuerdo se vuelve a enfundar en tu breve traje strapleado, me sonríe nuevamente coqueta “te leeré pronto” y vuelve a guiñarme… “que nombre te gustaría” pregunto curioso “usa el mío” sentencia, “pero… no lo se” le digo… abre su cartera, saca su tarjeta y lo deja en la cama, me da un ultimo beso y se despide con un “te veo pronto”.

Tomo su tarjeta, leo su nombre y sonrió ante los designios del destino; la chica que usurpo mi cama y atento contra tu recuerdo me regalo una noche intensa y enigmática… seguro que te volveré a ver… Carola Mondragón.

lunes, noviembre 09, 2009

Cumpleaños Feliz!!!

Un año más de vida (o quizás un año menos), un día como hoy, hace ya algunos años, mi madre me dio a luz; me cuenta que estaba pronosticado para llegar entre fecha 20 y 25 de onceavo mes, sin embargo me adelante para el día 9 del mismo mes por una seria enredadera con el cordón umbilical, cuasi asfixiado llegue a las 6 de la mañana y me asome a este mundo… Hoy cumplo años y aunque debería ser el día más feliz no lo es; hoy 9 amanecí solo… para variar.

Mi madre me llama a media noche, me recuerda lo importante que soy para ella, lo orgullosa que esta de mi y que me espera para almorzar más tarde, mi padre llama luego y me dedica emocionado unas palabras, emocionado me promete que hablaremos mañana; mi hermana me manda un extenso mensaje donde me confirma cuanto me quiere y me agradece porque siempre estoy ahí, le respondo agradecido por simplemente ella y de lo afortunado que soy de tener una hermana como ella; me doy un baño presuroso porque mi jefe me está llamando y dudo mucho que sea para saludarme por mi onomástico.

La presidenta del comité de vecinos del edificio donde vivo me homenajea con un bizcochuelo de vainilla que acepto pero que no puedo probar porque tengo la hora encima; Talía y Ariana mis vecinas de ha lado y ocasionales compañeras nocturnas y cuidadoras de Bonano aseguran esperarme en la noche para un whiskycito; Don Ramiro y Doña Soledad, la pareja más longeva del edificio, me abordan a la entrada, Doña Soledad me pellizca las mejillas mientras que Don Ramiro me estrecha en un fuerte abrazo; Matías “Carancho” me saluda desde su caseta de vigilancia, después de tal homenaje me enrumbo al trabajo… de seguro ahí habrá otro.

Una caja envuelta en papel de regalo yace en mi escritorio con una gran tarjeta donde algunos compañeros me dedican unas líneas, algunos se acordaron; hasta Sue con quien suelo discutir vehementemente se acordó “Solo por hoy me caes bien Feliz Cumpleaños!”; mi jefe me saluda y me ofrece un pequeño brindis con un pisquito guardado en su oficina, le agradezco y aprovecho en halagarlo sin caer en lo excesivo, consigo mi objetivo… me da el día libre, después de redactarle su columna de mañana… bonito regalo aunque no figuraría como mío.

Los chicos traman algo para el sábado, prometen que la pasare bien y Daniela me asegura que la pasare mejor… es mala, suele coquetearme sin llegar a nada, Díaz y Varillas son conquistadores empedernidos y también me prometen “un par de malcriadas”, conozco sus gustos así que prefiero pasar, me despido de todos y salgo para almorzar con la familia.

Mi madre me regala lo mejor de su sazón en unos tallarines rojos, mi padre recuerda cuando nací y lo frágil que resulte, cuenta su leyenda que podía cargarme en una mano y mi madre cuando era bebe y las pocas trasnochadas que le provoque, de lo travieso y ligeramente inquieto; recordé ciertas etapas de mi vida fugazmente y de lo feliz que fui, soy y seré con mi familia, de mi etapa de jardín, la primaria y la secundaria; de la perdida de la castidad, de los labios que bese y de las cosas que no enseñan en la universidad, de los amigos que tengo y de los que tuve también ¿porque no?.

De los amigos del barrio y de mis amores, de las fiestas y borracheras, de los poemas que escribí y las historias que borre; del wolsvagen que choque, de mi independencia y tu presencia… de tu compañía y mi soledad, de tu piel, de tu desnudez, de la primera vez; de mis lagrimas y mis risas, de mi alegría y mis penas… y aunque el tiempo paso así de rápido, soy feliz, recordar privilegiadamente sucesos que me marcaron mi vida y si Dios quiere poder gozar de los míos.

Disfrutando de los segundos 15 le sonrío a la vida porque no hay otro remedio, porque soy feliz de lo que tengo y no tengo, porque puedo recapacitar en mis errores y resarcirlos, caminar con la frente en alto… y porque nadie me quitara lo bailado.

martes, noviembre 03, 2009

La noche de tu ausencia

La violencia de la puerta resuena aun en la sala, una fuerte discusión ensalzo tu ira que se estrello en el madero de entrada; la puerta rechino y se desencajo los días siguientes; fue una noche tensa, ofensiva, irreconciliable… nos dijimos poco, nos ofendimos mucho; a media noche llore mi soledad pensando en ti.

Bonano duerme al pie de la cama o al igual que yo intenta dormir, mira de reojo como esperando respuesta, el perro sabe al igual que yo que tu huida de esa noche no era común, no se atreve a jugar ni a mordisquear nada, se acurruca una vez más sobre su cama y de rato en rato lanza un inusual suspiro.

Esta noche es una de las más oscuras, encendimos velas para una velada romántica y algo, no sé que, interrumpió el momento, levantamos la voz, golpeamos la mesa, Bonano ladeaba su cabeza como su jugáramos ping pong; tu atacabas, yo increpaba; yo insistía, te alterabas, nos entercamos mientras más levantábamos la voz, un enérgico “eres un imbécil!” estoco de golpe de tus labios y una sonora bofetada resonó en mi cabeza… un silencio sepulcral continuo y saliste azotando la puerta… Bonano se quedo detrás de la puerta y me miro culpándome de tu salida.

La cena quedo abandonada en la cocina y las velas se consumieron en su totalidad, bebí del vino que compramos y entre en melancolía, tumbado en el sillón miraba el televisor apagado, la música de fondo se repetía hasta el hartazgo; revisaba el celular, releía tus mensajes, veía tus fotos en el face… y las de contenido erótico que me mandaste en privado… miraba tu número, iba a llamarte, tenía que llamarte… pero me gano el orgullo y me deje vencer.

Las noches siguientes no fueron las mismas y caí en la rutina, de mi casa al trabajo y viceversa; volví a fumar y sucumbir en la bohemia, intente distraerme en alguna reunión, y me distraje con un escote o un par de piernas torneadas, pretendí olvidarte con alguien y disfrazarla de ti, mientras un Bonano rugiente no aprobaba mi actitud… las mañanas en solitario no me entusiasmaban y por las noches compraba amor para mi soledad… pensé en ti y en la injusticia del momento.

Ordene mi casa abandonada por mi apatía y tu ausencia, compre un vino para cuando vuelvas, volví a escribir, entre en catarsis, prepare un mensaje presidencial para mi primera dama y lo guarde en un sobre con tu nombre como destinatario, adorne de rosas (tus favoritas) el departamento y programe la canción que nos identifica en el estéreo… iría a tu encuentro buscando tu perdón.

La noche de tu ausencia fue mucho más que un azotar la puerta, fue más que una furibunda bofetada, mucho más que no saber de ti muchas noches, fue mucho más que verlo a Bonano aullar en el balcón, porque sabe que yo soy tu hombre lobo y tu mi luna llena, fue mucho más que un error de momento… fue un electroshock a mi corazón para hacerme revivir y recuperar el conocimiento de este atípico coma que me impedía dejarte… fue un terremoto de escala 10 en mi casa que me despertó de eso tremendo sentir llamado amor.

Y aunque hoy me cerraste la puerta en la cara y apagaste tu celular, tengo las ganas de insistirte con perseverancia y mucha paciencia… Hoy duermo en la sala, porque en esa cama no puedo dormir sin ti.