Lucho por ti

Maritza y Luis tienen mucho tiempo juntos, nadie sabe a ciencia cierta cuanto tiempo están de enamorados, siempre se le ha visto juntos y los amigos en común saben a ojos cerrados que ellos terminaran casándose y tendrán muchos hijos, son el uno para el otro; en diversas oportunidades quizás hallan terminado y se les ha visto con algún otro pretendiente o enamorada fugaz, al final se sabia que ellos volverían y estarían nuevamente compartiendo con los suyos el misterioso amor que hay entre ellos.

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Hay una química enigmática en ellos que cuando se les pregunta cuando se conocieron y desde cuando están, ellos se miran alunizo no y responden “no se, solo se que ella es pa mi”, con esa respuesta se les identificaba siempre… bueno… hasta que llegó Pamela.

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Pamela se había mudado al barrio hace una semana, la casa en la que había vivido Adrián era ahora el lugar donde la nena de cabello castaño, ojos claros y un buen torneado cuerpo se establecía (esperábamos todos) de por vida; Aunque nadie quería acercarse a ella, para hacerle el habla como quien dice, ella siempre saludaba con una sonrisa de sus deliciosos labios rosados, parecía tener los ánimos de hacer amigos, a las chicas no les hacia mucha gracia, lógico, en tanto tiempo y tantas cosas que hemos pasado juntos que llegue una chica de las características físicas y de infartante anatomía obvio que las llenaría de fastidio y quizás de envidia.

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Luis tenia una tienda que en época de verano lo atendía él, Lucho fue el primero en dirigirle la palabra, empavonado por tal suceso, nos sacaba cachita por “la suerte” que tiene con las mujeres, Maritza soportaba estoicamente las bromas de Luis, nosotros intrigados por la existencia de tal muchacha pensamos en invitarla al cumpleaños de Joaquín, a Maritza le pareció buena idea, era una de las pocas chicas que no estaba de acuerdo con el resto por juzgarla sin haberla conocido, entonces fue Maritza la encargada de hacerle la invitación.

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Tras la fiesta Maritza y Pamela empezaron una amistad relativamente sólida, Pamela la buscaba para salir a comer helados, a comprar chucherías, andaban de arriba para abajo, Maritza pasaba menos tiempo con Luis y él jugaba pelota más tiempo con nosotros, Pamela se fue ganando la amistad del resto de las chicas y gano confianza con todos.

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Los años siguientes Pamela estuvo con un tal Manuel de un barrio contiguo, estuvo poco tiempo con él, terminaron y después estuvo sola un par de años más hasta que una tarde Maritza se rompió la tibia y el peroné producto de una caída mientras patinaba con Pamela, Gigi y Carla, Pamela iba casi todos los días a verla, Luis también; producto de este accidente Maritza le pidió como favor a Pamela que sea pareja de promoción de Luis, se sentía culpable de dejar a Luis sin su fiesta de promoción, Luis le dijo que no, Maritza insistió tanto que termino por aceptar.

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A Pamela tampoco le gusto la idea de ser la pareja sustituta pero Maritza se había convertido en su mejor amiga así que nada tendría que pasar, al fin y al cabo era el enamorado de su mejor amiga.

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La noche de la velada Luis enfundado en su terno azul marino recoge a Pamela vestida con un licrado vestido negro azabache dándole forma a su precioso cuerpo, descubierto en los hombros y una pañoleta del mismo color, el cabello suelto, poco maquillaje, un leve retoque en los labios, glamorosa, linda, perfecta; se despiden de Maritza quien postrada en cama pareciera arrepentirse de tamaña petición, la gente en el barrio sale de sus casas atentos a tan inusitado momento, generándose la pregunta de rigor “¿La pareja del momento no van juntos a la fiesta de promoción… era eso posible?”, Luis detiene un taxi y se enrumban al salón de recepciones de un conocido hotel miraflorino.

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Luis me saluda nervioso, saludo a Pamela que intenta estar relajada, les presento a mi pareja de promoción, Pamela inicia una conversación con mi compañera, Luis me dice que esta nervioso y que necesita “un calmante” así le dice cuando le urge un par de líneas, caminamos rumbo al baño, Teofilo esta ahí y se encierra las primeras horas de la ceremonia, nos vende un par de gramos y salimos digamos más tranquilos, Pamela le sonríe tiene una copa de champagne, le sacude la solapa, parece haber descubierto nuestro secreto.

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Los chicos del salón se quedan impresionados y no dejan de comentar por la presencia de Pamela, durante la fiesta han habido algunos que sin pareja buscaban bailar con Pame pero sin éxito, se negaba con contundencia, solo baila con Luis y conmigo, además de bailar bien le gusta hacer bromas, siempre tiene la precisa; la noche transcurre tranquila, hemos bebido lo necesario para estar alegres, Pamela y Luis se toman de las manos entrelazando sus dedos, Lucho sabe que me doy cuenta pero no le digo nada, supongo que es una reacción inerte, me da la impresión de que se llevan bien juntos, que hay una química natural entre ellos… algo pasa sospecho o algo pasara.

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Los días siguientes se genero el rumor de que algo había pasado entre Luis y Pamela la noche de promoción, Maritza inmersa en su orgullo, insita a Luis a que le diga la verdad mientras que Pamela también lo negaba, Maritza no creía en ambos, se lleno de dudas e incertidumbre y decidió darse un tiempo con Lucho, a él no le pareció buena idea, la llamaba, le escribía cartas, iba a visitarla pero sin ser recibido, Pamela intento miles de veces convencerla de que no paso nada pero Maritza se cerro en esa idea. Obligado por la indiferencia de Maritza, Luis dejo de buscarla y escribirle, su amor por ella había sido mancillado por la indiferencia y la desconfianza, por su lado Pamela dejo también de buscarla y andar con ella.

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Recuperada de la lesión que la postro en cama por más de 3 meses y después de haber pensado bien las cosas, sale decidida a darle una oportunidad a Luis y a “perdonarlo” por la travesura cometida, sin embargo las últimas semanas Luis y Pamela se han ido frecuentando y hay un interés de por medio, Maritza le increpa a Luis por lo que esta haciendo y que las cosas no podían quedar así, él le recuerda como fue ignorado desde esa fiesta y que es algo tarde de reclamos.

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Herida en su amor propio y en su orgullo, le declara la guerra a Pamela quien para ese entonces ya era el centro tanto de las chicas y chicos, fiesta o reunión a la que iba era sensación y centro de atención. Pamela sintió la presión con que Maritza la sometía, fue entonces que decido aceptar a Luis como enamorado dos meses después, Maritza dolida por tal hecho, siguió una lucha pareja, precisa, desprestigiando a Pamela en cuanta oportunidad se le presentaba, fue entonces que Maritza aprendió a fumar, a bailar salsa, a beber cerveza, a vestirse menos recatada y modosita, empezó a ser más coqueta, estaba en la tienda de Luis más tiempo, cuando conversaba con él le recordaba momentos juntos, a Pamela no le hacia mucha gracia estas actitudes, estaba enamorada de Luis y en una ocasión le recordó que fue ella quien los acerco y su indiferencia termino por unirlos; en una fiesta Maritza encontró a Luis solo, Pamela había viajado, ya llevaban 6 meses juntos y en esos largos 6 meses Maritza había hecho miles de cosas para llamar la atención de Luis, en esa fiesta le pide bailar con Luis una canción que era de ellos y hablándole con lagrimas en los ojos le pide una oportunidad “¿Recuerdas nuestra canción?, ¿recuerdas cuando terminamos la primera vez?, ¿recuerdas lo que me dijiste?... yo lucho por ti… yo te necesito” pero recio ante la petición le dice que se de una oportunidad con otra persona que él esta bien y la deja sollozando sin remedio alguno.

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Una tarde mientras Lucho despechaba en la tienda Pamela llega de sorpresa después de su viaje, se dan un beso, Maritza entra oronda y mirando a los dos imperante, amenaza “Yo lucho por ti” y sale raudamente de la tienda… y hasta ahora lo viene haciendo.

Un fin de semana... y ella

El fin de semana largo, nadie tiene nada que hacer, el gobierno ha declarado feriado no se porque, una reunión llamada APEC es el pretexto para todos los estresados por el trabajo y la esclavitud laboral para salir de Lima, tomarse unas cervezas, ver a los amigos, ir al cine, salir a comer algo, hacer el amor que se yo, siempre hay algo que hacer.

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Paloma viene de Italia y quiere verme después de 5 años, Paco y Andrés están buscando un punto para unas cervezas, mi jefe me ha llamado y me dice que no haga planes este fin de semana porsiacaso vaya salir algún imprevisto, (llegan varios presidentes del mundo y en el tablero de comisión me tocaba cubrir la llegada del presidente de los Estados Unidos), mientras que Elena quiere verme en privado, por su parte he tenido una discusión con Geanice, que me ha puesto de mal humor, me ha desanimado por completo; por otro lado Ursula me habla de su amiga Alejandra con quien vive y que según ella pregunta por mi, que aproveche este fin de semana largo para buscarla , pero Alejandra me ha dicho que ya tiene planes… desanimado me decido por quedarme en casa, compro jugos, cigarros, piqueos, cervezas y algunas películas en dvd.

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Sin embargo Rodrigo ha planificado junto con su esposa pasar un fin de semana con todos los amigos que no ve hace mucho tiempo, salir de Lima seria lo ideal, según me confiesa Rodrigo, y si así seria ¿donde?, algo animado le sugiero un lugar campestre, con bungalow, piscina, posiblemente con parrilla, áreas verdes para jugar fulbito o lo que sea, que podemos pasarle la voz a quienes quieran, Rodrigo se entusiasma, le parece genial la idea y que buscara algún club disponible, me dice que vaya avisándole a la gente.

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Los carbones, las carnes, los chorizos, las cervezas y cigarros están listas, lo mismo que dos pelotas de fulbito y dos de voley, un par de paletas de frontón; las chicas han ido en caravana días antes en busca de repelentes y bronceadores, una que otra una nueva ropa de baño, pareos, toallas, lentes y demás menjunjes innecesarios pero que para ellas son vitales para eventos como este, en cambio los chicos un polo, bermudas, lentes o una gorra para el sol, sandalias o zapatillas eran lo único que se necesita, los únicos artefacto que si se necesitan fuera de eso y de manera imperante y obligada son un destapador, un encendedor y vasos, nada más.

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Ursula me habla de Alejandra el día que nos juntamos en casa de Rodrigo esperando a los demás, Javier llega con su minibús; una van modelo H1 del año pasado como para once pasajeros, Ursula se acomoda dentro de la van y me enseña un mensaje donde Alejandra le dice que me manda besos, le digo que su amiga es linda pero que ya no es mi prioridad y que quiero estar en paz por primera vez en mi vida, Ursula se ríe, dice que no me cree, que después de lo que paso en su casa la última reunión confirmaba mi afinidad por la mujeres y mi agudeza de ser un don Juan irremediable, le asegure que aquella reunión donde bese a Alejandra en el baño solo llego a un beso, ella esta segura de que paso algo más y si no paso pues ya se dará. Ursula habla por teléfono con Alejandra me mira de rato en rato y se ríe, algo trama, la conozco.

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El club queda en Chosica, es un lugar inmenso, con una gran piscina, canchitas de fulbito de gras sintético, un salón de juegos con varias mesas de billar, un restaurante, en las zonas abiertas hay mesas y parrillas; nos instalamos las chicas rápidamente preparan la mesa, los chicos empezamos con lo del carbón y las cervezas, terminado separamos el equipito de fulbito, las chicas van a vernos aunque a decir verdad van a burlarse de nuestro juego amateur, nosotros seguimos la chacotería y hacemos del fulbito un mate de risa único, aunque a veces el partido se torna fuerte, seguimos jugando… una jugada fuerte, disputada con Javier me saca volando dejándome tirado en la cancha de gras desatando la risa de las chicas, sin embargo mis ojos se pegaron a unos piecitos mientras subía por sus piernas y su muslo tapados por un pareo multicolor una ropa de baño sexy seductor, la piel engrasada por algún bronceador lentes oscuros y una sonrisa cachosa… Alejandra me mira con una ceja levantada y sonriente, se aleja de ahí sin decirme nada.

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Ursula me dice que tengo una suerte de haber la encontrado y vuelve a reírse, se que lo han planeado, su presencia me genera sentimientos encontrados; el día a tomado un rumbo diferente, la busco distraídamente a Alejandra, por el salón de juegos, por el comedor, por donde están los campamentos y bungalows, por el mini zoológico hasta que la encuentro, tomando el sol al borde de la piscina en una camilla, unos chicos cerca de ella la observa de pies a cabeza, Alejandra luce un cuerpo espectacular, con un bronceado parejo y una piel que no puedo tocar; me lleno de valor y voy a su encuentro, su mirada irónica me recibe y su hola a secas inicia una conversación confusa; empezamos con temas triviales e inverosímiles, como reconociendo el terreno, temas sin importancia que en verdad reconocemos como estupidas.

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Hasta que llegamos al sábado en la noche, ubicados en el baño de su departamento, donde nos sumergimos en lo más intenso del momento, donde jugueteo de lenguas e intercambio de fluidos nos sumergían en el más largo de los besos jamás dados o recibidos, nos pedimos disculpas por lo que paso, por la sensación que tuvimos; sin embargo me dice que lo volvería hacer, le aseguro que me pasa lo mismo, que después de esa noche las ansias y el ímpetu son intensos, me dice que soy un cobarde porque no le puedo decir lo que quiero y es verdad, no puedo decirle que me atrae como mujer, que deseo ser otra cosa que no sea su amigo, que me permita darle un beso por las noches, que me permita tocarla, estrecharla entre mis brazos, que la deseo en su cama o en la mía pero que la deseo, que me encantaría amanecer a su lado y mirarnos sin arrepentimiento; pero solo le digo que me gusta y mucho, me dice que le encanto, que le parezco atractivo, que tengo un no se que, que me hace interesante y que ella quisiera tener también la valentía de decirme algo, mientras un mozo se acerca nosotros ofreciéndonos algún trago, pedimos un ron con coca cola, me dice que entrara a la piscina, me mira coqueta como invitándome, se da un clavado perfecto semi olímpico, es experta nadadora, lo pienso un par de veces y termino por lanzarme a la piscina; nos encontramos en el agua nos vamos acercando poco a poco, la insito a develar lo que me quería decir, ella se niega varias veces pero vuelvo a insistir.

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Estando cerca, empieza a tocarme el pecho, me abraza, se va acercando y juega a darme un beso, sus manos van bajando mirándome provocativa, tocándome donde no debe, me susurra al oído ese algo que me quería decir… vendría a ser lo mismo que deseo yo aunque ella fue más especifica y descriptivamente, con lujos de detalles… a pesar de ser una mujer prohibida.

Palabras prohibidas

Dicen que las parejas en su soledad (que no es lo mismo que intimidad) suelen decirse cosas cariñosas, expresiones naturales y a veces prohibidas de lo que se siente por esa persona, detalles vocales que sirven para deleitar, y quizas agudizar, auditivamente el placer subliminal escondido; las parejas se dicen más de mil cosas al oido, en secreto… pero cuando se es amigo y estas cosas pasan… ¿tiene alguna explicación?.

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Hace unas semanas Sebastián confirmo que tiene una nueva pareja, después de muchos años de estar solo se ha decidido a “intentarlo”, según me confiesa; la joven con quien comparte ahora románticos momentos es una joven dulce y tierna, tímida y carente en demostraciones de cariño, pero sin embargo tiene su encanto que ha hecho de Sebastián un tipo tranquilo y moderado, aunque (me sigue confesando) extraña los momentos de soledad, travesura y díscolo quía, pero por ella soportara y se mantendrá en abstinencia o al margen de ciertas inquietudes.

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Sin embargo Sebastián ha tenido un romance secreto con Camila, Camila vive hace años en España, él y ella se conocieron en una fiesta colegial, coincidentemente Camila y la nueva enamorada de Sebastián son amigas desde pequeñas, han ido al colegio juntas hasta que ella viajo a Madrid; antes de que Camila se vaya a Europa había el rumor de que Camila estaba cautivada por Sebastián rumor que fue entonces despejada una tarde en que ellos se encontraron para despedirse, ya se sabia que Camila viajaría y estaba apenada porque durante los días previos tuvieron reuniones grupales donde Camila y Sebastián se lanzaban tímidas miradas embobadas, conversaciones para conocerse un poco más; la tarde donde se volvieron a ver por última vez Sebastián le dio un beso a Camila; horas más tarde Camila partía a España.

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La historia no quedo ahí, durante los siguientes años Camila y Sebastián continuaron sus tertulias por el msn, Camila le contaba como se sentía estando tan lejos de quienes más quiere, de las noches en que pensaba en sus amigos y sus consejos, porque cree haber encontrado a esa persona especial, porque teme perderlo; Sebastián por su parte coqueteaba con ella tratando de animarla sin que ella pierda el encanto por él. Sebastián se convirtió en su más cercano confidente.

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Los años siguientes cada 3 veces por semana o más Camila estaba conectada al messenger en simultaneo con Sebastián, le contaba de sus amigos, de sus estudios, de las fiestas en Madrid, de lo bueno que habían sido las personas con ella hasta el momento, mientras que Sebastián la ponía al tanto de lo que ocurría en Lima, las noticias de nuevas parejas, de fulanito y menganita, de quienes rompieron y la pregunta de rigor de parte de Camila “¿Y a ti quien te perturba?”, pregunta que desato una perorata de palabras pasionales de alto calibre, controvertidas preguntas, comentarios excitantes, los más subliminales deseos, la más inaudita de las pasiones que llevaron a Camila y Sebastián a sumergirse en una suerte de calentura cibernética.

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Aunque los deseos y palabras que podrían calentar a cualquiera, eran equilibradas por sendas discusiones que llevaban a enfadarse uno con el otro a tal extremo de mandarse a la misma… (infierno podría ser), sin contemplaciones sin que nadie de su brazo a torcer, podían lanzarse palabrotas con la idea de rasgar el orgullo más fuerte; La ironía de Sebastián se enfrentaba al radicalismo de Camila y aunque él terminaba por reventar sin que se lo demuestre, ella terminaba llorando por tan terrible altercado, sin embargo el cese al fuego terminaba cuando Camila sabia que se había equivocado o cuando Sebastián había excedido el comentario enfebrecido, dejado llevar por la ira y la cólera, terminaban en una reconciliación que era descrita en el messenger palmo a palmo.

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Mientras ella le decía que era un idiota, el argumentaba diciéndole que la sentía cerca, que podía percibir el aroma de mujer, de mujer enfadada, ella se mantiene en silencio, Sebastián le describe la habitación en la que mentalmente podrían estar. Describe su cuerpo y sus formas, Sebastián le ha dicho que ama cada uno de los ángulos que su cuerpo le puede regalar, Camila le dice que no siga que esta molesta y que lo detesta, pero Sebastián insiste y dice que añora su piel transpirada, que desea que sus manos puedan recorrer cada rincón de su anatomía con precisión sin que nada lo detenga, “oscultar tu cuerpo es prioridad” le dice a manera de susurro, Camila guarda silencio y deja que Sebastián osculte su cuerpo y su mente con cada palabra.
Las horas pasan y plasmados frente a sus monitores como si hubieran llegado a un orgasmo clínico, volvieron a hablarse con cariño.

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Con el transcurrir de los años Camila y Sebastián tuvieron nuevas parejas, la distancia y la desconfianza hicieron que ambos intentaran reconciliarse con los sentimientos que les era adversos por algún motivo, sin embargo cada comunicación entre ellos quedaba en el más profundo de los deseos que ninguna de las dos parejas podría satisfacer.

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A pesar de tantos años y de la infidelidad que pueden causar a sus parejas Camila y Sebastián han explorado la intimidad de sus seres a distancia hasta sabe Dios cuando, quizás hasta cuando Camila venga o Sebastián vaya… o se den el encuentro… o quien sabe; si que es difícil de explicar.

Hace 10 años

Hace diez años mi viejo me dio la noticia de que los planes y proyectos con la familia eran enormes, que las metas que se puso con mi madre estaban trazadas según el tiempo en que nosotros íbamos creciendo, que estaba todo calculado, que cumplir nuestros sueños requerían de muchos sacrificios y me enseño que él como jefe de familia debería ser el más sacrificado y así lo hizo en febrero del año siguiente.

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Hace diez años mi viejo se enrumbo en un tour a México, Taxco, Tijuana y una visita fugaz a la Virgen de Guadalupe estaban dentro del paquete turístico y la misión imperante ya planificada en su ser lo obligaban a zafarse del grupo turístico para internarse dos meses después en algún barrio de Tijuana o alguno fronterizo que no se a ciencia cierta y que seria los siguientes 4 meses en su hogar.

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En estos diez años mi padre se ha convertido en mi héroe favorito que ningún comic podría superar, coincidentemente todos los súper héroes son americanos (inútiles legales de ficción), pero este hijo de padres iqueños, de carácter tranquilo y sosegado, que conoció a la mujer de su vida muy contraria a él, un polo opuesto total, que encaraba con firmeza y justicia, que plasmaba su ideal con convicción, que defendía a su familia como una fiera, sutil y tiernamente maternal, lo convirtió en mi papá a los 28 años, contra todo pronostico un 9 de noviembre.

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En estos diez años mi viejo ha vivido ocultándose de la migración, conservando su estilo de vida tan igual como cuando vivía en Lima, ha trabajado de palmo a palmo para darnos lo mejor especialmente la conservación intocable de nuestro cariño y aprecio, si bien es cierto que nada es lo mismo desde que se fue su ausencia me ha ayudado a entender ciertas cosas y a pelearme conmigo mismo, contra mis demonios, con lo que ocurra mañana. Su única carta me describía su tristeza y reflexionaba los pocos momentos que pasamos juntos, las pocas veces que me llevo a jugar fulbito, su impaciencia para enseñarme a manejar el viejo y entrañable wolsvagen azul marino, la única vez que me llevo a volar cometa, la única vez que me enseño a manejar bicicleta, la única vez que jugamos fútbol juntos y que ganamos 3 a 2 con un suyo y otro mío gracias a un magistral pase de mi viejo… son pocas las cosas que hicimos juntos, pero tienen el detalle de ser catalogados así “únicos”.

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Su única carta, escrita hace 10 años, presagiaba lo que me ocurriría los años siguientes, una frase al final de sus líneas manifestaba todo su añoranza de estar con su familia y particularmente creo que conmigo, frase que cuando la recuerdo dejo de ser yo, frase que me hace retroceder una adolescencia cortada por la necesidad de priorizar por la familia, “me estoy perdiendo los mejores años de mi vida” escribió, fueron las palabras que me sumergieron en la soledad, en una profunda tristeza y una gran melancolía. La última imagen suya arrastrando su maleta una madrugada de febrero, camino a embarcarse a México era todo lo que tenía, las ventanas del cafetín del aeropuerto apuntaban a la pista de aterrizaje, los primeros rayos de aquella mañana de febrero mostraban al avión de mi viejo alejarse de nuestra vista para emprender vuelo, el zumbido raudo y fuerte del boeing de Aero México se acercaba para enrumbarse… ya delante de nosotros, con la tristeza y las lagrimas en los ojos, el avión se eleva levantando el tren de aterrizaje, llevándose a mi viejo y sus maletas cargadas de ilusión.

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Han pasado diez años para su espera y aunque la espera desespera la confianza de volverlo a ver están ahí, esperanza de verlo entrar por la salida de pasajeros, con algún look diferente, con la sonrisa en los labios y los ojos llenos de emoción.

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Este es el año diez de su partida, no se porque pero sospecho que ya esta viniendo.