martes, octubre 13, 2009

La Pregunta

Una noche con insomnio, adelanta mi despertar, he intentado dormir pero el cuerpo por instinto me pide levantarme; aun es de noche, hace frío… miro la hora y son las 4, me doy un baño, me alisto, reviso el celular… mi cerebro hace una pausa, un mensaje desde tu celular me arranca una sonrisa “no puedo dormir, espero que tu si, que descanses : )”… pensé que mi desvelo tenia sentido, quizás en el fondo mi alma en medio del sueño se encontró contigo en alguna parte.

Tengo una pregunta en mente, una pregunta que aun formulo y reformulo, que le doy vuelta, la repregunto, lo acomodo, la edito… le busco el pro y el contra, lo beneficioso y perjudicial de la respuesta… Antes de meterme a la ducha reviso tu mensaje como un tesoro preciado.

La pregunta pasa por una serie de metamorfosis, se la formulo al espejo y este me contesta con el reflejo “tu cara de niño bueno no hace juego con la pregunta; no suenas convincente”; ensayo un par de veces frente al espejo, me miro y lanzo la pregunta… ¿que me diría?, entonces el fracaso invade mi corazón y el temor acecha mi sentir.

La pregunta vuelve a rondar en mi mente por el camino; tengo una pregunta que hacerte, meditaba en voz alta por la calle; la típica pregunta que decidiría todo (o más bien con la que ella decidiría todo) era tan clásica como complicada, no todos los días preguntas eso… no todos los días resulta tan difícil.

Improviso un poema mezclándolo con uno que leí; recuerdo a Benedetti o a Neruda, pulo mi verborrea, cambio la pregunta, la vuelvo analizar, pienso, refuto, quito, añado; “¿como sonaría bonito?” pensé y pensé que seria un buen detalle hacerlo por escrito, envuelto en un su chocolate favorito para endulzar al corazón, sin embargo era muy cobarde no asumirlo como tal; pensé que si con solo al verte era más complicado, pues preguntarte resulto serlo mucho más; sonreirás, me miraras y la ternura brota de ti con naturaleza, pienso rápidamente “hoy te lo voy a decir… te lo tengo que decir”.

Doy mil vuelta y pienso que preguntarte es muy insignificante para lo que pretendo, invento un pretexto para acercarme a ti, invento tema para romper el hielo, me concentro en no tartamudear, en no hablar más de lo debido, en no decir estupideces… en no caerte mal; voy al baño, me refresco un poco, me vuelvo a mirar al espejo “no lo harás” y me sonríe incrédulo.

Te veo, sonríes mientras te acercas, me saludas, coqueteas, “¿dormiste bien?” Vuelves a sonreír, me perturbo, me animo, me acerco, sonrío… me freno, te observo… los observo, lo abrazas, lo besas… lo quieres… Vuelvo al baño donde el espejo se ríe de mí.

lunes, octubre 12, 2009

Señora Esposa

Hoy por la noche te convertirás en señora; expresamente la señora de… alguien, te revestirás de el anhelado vestido blanco y desbordaras una inmensa alegría que se plasmara de oreja a oreja, serás feliz el resto de tu vida; amaras y te amaran; tendrás hijos y a futuro nietos; y envejecerás al lado de quien te desposo y descansaras en paz sabiendo que atrás dejaste amigos, familia, consejos… amores, deseos, placeres y quizás recordaras mi nombre y me sonreirás al cielo sabiendo que te ame en silencio.

Esta noche no es cualquier noche, hoy formas parte de las filas de las casadas como dice tu mejor amiga; los preparativos ya están listos para tu boda, todo meticulosamente preparado, detallado… oleado y sacramentado; tú vestido de novia cuelga en un perchero y se agita por el viento que entra por la ventana de tu habitación. Habitación que te vera por ultima vez, y que recordará cuantas veces me asome por tu ventana para velar tu sueños y tu cuerpo mientras dormías o de cuantas veces mi alma se escapo de mi para hacerte el amor a media noche.

Una limosina aguarda en la puerta de tu casa con un chofer que en déjà vu puedo ser yo; corres el riesgo que en el trayecto te secuestre rumbo al aeropuerto y escaparme contigo fuera del país… pero no podré porque tu padre te acompaña mientras intenta abrir una botella de vino que viene con la limosina… estas preciosa y ese vestido de escote strapless deja al descubierto tus bronceados hombros perfectos, tu vestido se ciñe a tu cuerpo de manera pecaminosa y el maquillaje sutil hacen verte más sensual que siempre.

Tu llegada a la iglesia es de gran conmoción, diversos fotógrafos (quizás entre ellos este yo como un segundo déjà vu) amateurs hacen uso de sus digitales y celulares para tener un poco de belleza de ti; desciendes con la delicadeza propia de tu existencia y sujetas el brazo de tu padre por ultima vez, desfilas por entre tus conocidos, donde puedo camuflarme yo por tercera vez, que sonríen y comparte contigo la felicidad.

En la puerta ya se oye la marcha nupcial, los concurrentes se ponen de pie para venerar tu ingreso y al final de ese corto camino de soltería te espera tu ansioso esposo que toma tu mano, sonríe y te besa… el sacerdote, que podría ser yo… (No, no creo a lo mejor el monaguillo), da inicio al protocolo para desposarte.

Esta noche tu soltería se casa conmigo y tendré que darle nuevo uso a la cama… la usare para dormir, porque tu recuerdo aun se queda en el colchón. Esta noche en tu noche de bodas le haré el amor a la almohada esculpiendo tu cuerpo en sus formas, repetiré tu nombre para que en el placer de tu noche me escuches a lo lejos gemirte al oído… esta noche seré feliz por ti.

Esta noche en la soledad de mi habitación… (Nuestra habitación) bailare contigo el vals nupcial, bien sabe Strauss cuanto quise bailar contigo su dichoso Danubio Azul, sonriendo, coqueteando, queriéndonos… amándonos, buscare otro vals para que Tchaikovsky me deje tocar las mejores notas en tu cuerpo, y que Beethoven me inspire alguna sinfonía… esta noche seré tu chofer en la limosina, el fotógrafo y el mozo, el camarógrafo y el barman, el sacerdote o el monaguillo.

Anoche, tu soltería se mudo a mi casa, me habla de ti y de tus recuerdos de tu silencio y de tu piel… abrazo nuevamente la almohada (nuestra almohada) trayéndome tus mejores momentos.

domingo, octubre 11, 2009

Un guardián en casa

La chapa de mi casa estaba destrozada, un gran saqueo había ocurrido durante mi ausencia, se llevaron el equipo de sonido, algunos cds, algo de ropa y zapatillas, mi televisor LCD con todo y rack, mi nueva pc, el microondas, la licuadora, algunas botellas de licor, mis Lays y Tortis; todo en 5 minutos y 30 segundos, lo montaron en 3 camionetas tipo combi y fugaron con rumbo desconocido.

Un día de Junio, fin de semana, salía del trabajo con el propósito de dormir por la tarde para luego en la noche cenar algo de pastas con Carola, un buen vino, quizás una película o quien sabe; sin embargo una retafila de policías y serenazgos rodeaban el edificio de 4 pisos donde vivía, algunos de los vecinos que también llegaban de sus trabajos se dieron con la infame noticia de haber sufrido uno de los asaltos masivos más nefastos de nuestras vidas.

Carola llega tan pronto la llame, me abraza apenada por la noticia, mi padre me llama preocupado y mi madre me invita a su casa; la pena me embarga y la idea de empezar de nuevo aumentaba mi estrés.

Carola me ayuda a poner orden y recuperar algunos de lo que está destrozado, en silencio me legue a escribir en la laptop que llevaba conmigo sobre la delincuencia en Lima, de porque ya no vivíamos seguros y de la necesidad de portar un arma legalmente… Carola me dice que esa no es la solución mientras cenamos unos fetuccinis, “Mejor cómprate un perro” añade y sonríe amenguando el fastidio del atraco.

La idea de un perro no era tan mala, lo malo era conseguir uno que pueda defender mis pertenencias mientras yo no estaba; veía lo complicado que sería criarlo en un edificio y las molestias que podría causar en mis vecinos; si pensaba tener uno tenía que ser macho porque en las noches de luna llena las hembras suelen ser cortejadas por centenares de perros aullantes que sienten a kilómetros el aroma de la copulación y no estaba dispuesto a tener cachorritos por doquier mordisqueando mis cosas; tenía que ser un perro recio, fuerte, que genere temor, que perciba el peligro, calculador, entrenado… eso! Un perro valiente, arriesgado, sabueso.

Carola se alegra que me haya decidido por un perro y no por una mágnum 45, nos veremos en media hora y me dice que tiene una sorpresa para mí… extrañaba sus sorpresas de esas que duraban hasta el día siguiente. Sin embargo Carola me sorprende con un pequeño labrador de 1 mes, sonrío porque es raza de perro que me gusta, pero este ejemplar en su condición de labrador en vez de defender mis cosas se pondría a jugar con los delincuentes; “lo siento pero esta vez no” Carola sonríe, me mira buscando convencerme “aprovéchalo que es cachorrito, enséñale a cuidar la casa… quien sabe”. El perrito que lame y mordisquea mi dedo termina por convencerme.

Lo llevo a mi casa mientras mi vecino me alcanza, simpatiza con el cachorrito pero me advierte que a la dueña no le gustara la idea, mi mala suerte se dio cuando la dueña se cruza en la entrada, con una mirada incomoda pregunta a quema ropa “¿Qué hace ese animal aquí?”, “Vive en el 2do piso” digo bromeando a mi vecino, a la dueña no le hace mucha gracia y añade que está prohibido tener animales chiquitos en el edificio, “Te salvaste compadre” continuo bromeando; pero a la dueña enfatiza su mirada con mucha más molestia… “Solo es un cachorrito… no molestara a nadie, lo prometo” le digo convencido de mi responsabilidad… “esperemos señor… esperemos”.

En una semana el pequeño, a quien le puse Bonano, era la atracción del edificio; enamoro a las chicas que viven frente a mi casa en el mismo piso y cada fin de semana le traen una bolsita de babycan premiun y que el devora como si lo matara de hambre, también a la pareja de esposos que a veces me lo cuidan cuando estoy trabajando, incluso la misma dueña busca encariñarse con Bonano pero que él le ladra o le gruñe sabiamente sin dejarse convencer “sospechas de ella ¿no?... yo también” le digo.

Bonano va creciendo vertiginosamente, he decidido dejarlo solo en casa; ya lo cuidaron mucho es hora de que hallarse solo y defenderse, por decirlo de alguna manera. Sin embargo al regresar por la noche mis vecinos me reclaman por los ensordecedores aullidos que provienen de mi casa “tu perro no deja de chillar desde que te fuiste” me increpa la dueña; acudo a su aullido desgarrador y a penas entro se abalanza sobre mí como si fuera el perro de los Picapiedra, está feliz, mueve su cola como un látigo y me encariña como si no me viera en años, sin embargo Bonano ha destrozado, literalmente, el departamento creo que me besa y se alegra para no darle la tunda de su perra vida.

Almohadas, cojines, medias, polos, pantalones, camisas, zapatos yacen mordisqueados por doquier, eso sin contar los desperdicios que calcinan el parquet y aromatizan el lugar. Quizás la dueña tenga razón es un espacio pequeño para tu desosiego… en verdad eres el peor perro del mundo.

Bonano sigue creciendo y sigue haciendo destrozos, todo el día está jugando o rompiendo algo, salta y hace acrobacias como si fuera un delfín, Carola está feliz de verlo una vez a la semana y se deja arrastrar cuando lo paseamos por el parque. Pero cuando queremos estar solos no podemos, es animal y quizás percibe nuestras hormonas y en el momento de intimidad esta labrándonos tras la puerta reclamándonos algo… los vecinos no tardan en tocar la puerta.

Un domingo por la tarde, dormitaba en el sillón cansado porque no he podido dormir bien, Bonano me despierta a punta de lenguazo, ha traído su correa porque le toca paseo, agita la cola botando el adorno de la mesa de centro, lo miro fijamente, intimidado deja de mover su cola y empiezo a hablarle, como si reprendiera a un niño, Bonano se sienta y me mira como si en verdad me escuchara, como si me prestara atención. Hago una pausa y sin mediar ladrido alguno, coge su correa y se lo lleva a su cama, da vueltas sobre él y se echa dándome la espalda (o el lomo)… permaneció así el resto del día.

Aun me está costando criarlo, pero ya no sufro de tantos destrozos como antes… creo que comprendió que la casa también es suya.

viernes, octubre 09, 2009

Olvidarte

Hoy me levante por el otro lado de la cama (como siempre), dispuesto a olvidarte, a romper ese enlace entre tu recuerdo y mis sentimientos; entre tus ojos y mi contemplación. Me levante con esas ganas de olvidarme de ti, de nuestros momentos, de lo vivido, y aunque no entiendo aun como fue que se desvaneció esta, lo que yo creía perfecta, relación sigo dándome azotes de preguntas masoquistas.

Hoy me levante dispuesto a dejar de pensar, dejar de anhelar, dejar de soñar… dejar de llorar; fiel a mi naturaleza fue inevitable empezar a atar cabos y llegar a conclusiones; quizás me equivoque en algo, quizás no dije lo que querías escuchar o quizás tu hiciste algo que no quieres que me llegue a enterar, y la pregunta del millón nace por si sola ¿Qué paso?... todos preguntan eso, el ¿como fue? que aun no comprendo.

Ya no quiero pensar, quiero olvidar… quiero olvidarte; pero la calle tiene cuadras de ti, el parque tiene tus pasos y cada suspiro es una terrible añoranza, la nostalgia me invade y te sentí a mi lado, te sentí presente… quiero y no quiero saber de ti.

Ya dejamos de ser amigos con derechos y amigos también, de esos confidentes que se cuentan todo, algo en tu mente o en tu corazón sintió que yo no era para ti o tu no eras para mi, empezaste a enamorarte de esa sospecha que te rodea sin darme mi derecho a preguntar y someterme a un silencio extremo a petición tuya y creo, hasta hoy, que no es justo.

Empecé a borrar canciones de mi mente y frases que me inspiran a ti, frases que quise poner en mi blog rindiéndote un homenaje, recordándote que me importas; Sin embargo hay canciones y detalles que pululan por la calle, en un puesto de periódicos donde la artista de la semana lleva tu nombre, dos cuadras más abajo una calle que lleva tu apellido, un bus que lleva hasta tu casa, una niña que copia tu sonrisa; otra canción suena en la radio, otra canción que me recuerda a ti.

Un consejo me dice que piense en otras cosas y que las personas vienen y van; que los amores no correspondidos se transforman en leyendas y mitos que sus propios protagonistas no recordaran; otros me dicen que no vales la pena y que debo olvidarte ¡ya!; que salir no me vendría mal, que ya conoceré a alguien mejor, que busque una amante furtiva (aunque sea de momento), que me dedique a escribir, que me vuelva a enamorar… que haga cualquier cosa menos que hable de ti. He inventado una novia que llegue a tus oídos, de nombre bonito y apellido pomposo, de virtudes admirables y de pocos defectos; de sentimientos divinos y pensamientos de ensueño… y me sentí el estúpido más grande del mundo y tu sonrisa a lo lejos se rió de mi, he perdido como muchas veces.

No te niego que busque en un cuerpo ajeno ese consuelo a tu ausencia y su imitación fue tan burda que me entristecí más; tuve el intento que escribirte una carta pero resulto sin inspiración… En ese momento no pude olvidar tu recuerdo y renegué conmigo. Como era posible que alguien me mueva el piso como Japón en pleno terremoto, tengo la estrategia de olvidarte para siempre, tengo en mente el perfil para sacarte de mi mente, tengo las ganas y el momento, tengo todo y nada a la vez.

Hoy me levante, como ayer (y anteayer), con la intención de olvidarte, vistiendo de fiesta a mi soledad, fingiendo amor una vez más; Pero te miro desde lejos sin demostrar que te olvido y sonríes creyendo que aun me extrañas; tu sonrisa es protocolar pero tu mirada conserva aun la molestia de mi presencia y me siento mal.

Hoy me decido olvidarte… pero para poder olvidarte tengo que seguir pensando en ti.

lunes, octubre 05, 2009

Un ángel en mi cama

La luz del sol entra por la ventana con fuerza, es verano, es domingo; la ventana esta abierta de par en par y entra poco aire fresco; me duele ligeramente la cabeza, me da vuelta y parece que va a explotar, hay un variado aroma que se mezcla con el cigarro, 212 de Carolina Herrera e incienso hindú, además estoy desnudo… y ella también.
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“Ella”, la fémina desnuda y envuelta en sabanas duerme placenteramente de espaldas a mi; tiene un cuerpo precioso y su tatuaje en el omoplato parece aun transpirar; la observo con curiosidad, aun conserva su ligero maquillaje, tiene la piel perfectamente bronceada del verano y el cabello iluminado y ensortijado parecen no haberse alterado por la noche, estaba intacta… Pero aun había un problema… no se quien es.
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Asombrado rebobino en mi mente para recordar que paso la noche anterior pero no puedo, esforzarme a recordar me da nuevamente un dolor de cabeza, necesito agua porque empecé a sentir la resequedad en la garganta, además el agua ayuda a pensar mejor, el agua con una pequeña dosis de alka seltzer son bebidas con prontitud porque necesito atar cabos, necesito saber quien es la extraña que duerme en mi cama y que quizás pronto despierte.
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La sala esta quieta como la recuerdo, hay una botella de vino destapada a medio tomar, una cajetilla de cigarros mentolados, un cd aun gira en el equipo y unas sandalias de taco reposan debajo de la mesa de centro; significa entonces que hubo una tertulia previa antes de terminar en mi cama; ¿de donde llego?, ¿de donde la conozco?... empecé a recordar.
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El dormitorio si esta hecho un desastre, un huracán pasional paso por ahí, todo esta en el piso, tendré que cambiarles de vidrio del portarretrato de mis padres y el cuadro de mi hermana sonríe de costado; libros, cuadernos, ropa y cds yacen en el piso; todo revoloteado empiezo el rescate exhaustivo de mi celular, quizás ahí esta la clave de todo este suceso. Empiezo la cautelosa y silenciosa remoción de escombros, en mal momento que no tuve telefonía fija.
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La muchacha se mueve ligeramente hacia el otro extremo dejando al descubierto sus preciosos y firmes pechos, la contemplo ¿de qué cielo te caíste ángel mío? Tengo que hurgar un poco más en su vida; me veo en la imperiosa necesidad de rebuscar en su cartera para encontrar otra pista que me acerque a ella. Entre labiales y polvos hallo su billetera, tiene unos pocos dólares (¿es americana acaso?... ¡no! Ya seria demasiado lote), varias tarjetas de crédito, una foto con una chica cuya leyenda dice a la espalda “Para la Lokis de Titi” no me dice nada, ninguna tarjeta lleva su nombre, no posee DNI, ni licencia de conducir, ni carnet universitario, solo maquillaje, un perfume, llaves de su casa y un lapicero… pero no tiene nada que me diga quien es… empiezo a angustiarme.
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No tiene celular, estoy empezando a creer que si es un ángel; que he perpetrado el cielo por una noche que aun no recuerdo que paso; tiene en su brazo izquierdo mi número celular borroneado, le dije quizás que la llamaría, que volvería a verla; seguramente bailamos, ¿cumpleaños de quien era?, no puede haber sido en una disco… no voy a discos; ¿Qué celebrábamos?... no es navidad, no es año nuevo, no es fiestas patrias… no es san Valentín… no es mi enamorada.
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Ella aun duerme y empiezo a rendirme, el misterio de saber quien es me gusta hasta cierto punto; ella vuelve a girar al otro extremo de la cama dándome la espalda, empiezo a temer para cuando ella despierte, sin embargo me gusta verla dormir, es un encanto como el viento bordea su cuerpo como si la abrazara… me siento en el piso esperando un milagro.
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Minutos después se despierta, se sienta al borde de la cama, voltea a verme y en un acto inesperado me sonríe, estira su mano y me invita a sentarme en la cama y sin decirnos nada nos abrazamos para tumbarnos nuevamente en la cama… en silencio volvimos acariciarnos.