Amores invisibles

Cuando Fernando y Elena decidieron tener una relación se prometieron amor eterno, Elena conversaba con las chicas de lo maravilloso que es Fernando y él de lo adorable que es ella, nosotros sus amigos, teníamos un sano celo porque se les veía tan felices, tan radiantes, tan enamorados, capaces de confiar uno del otro ciegamente; su relación era tan sólida como una roca, tan limpio como un cristal, tan inocente como dos bebes, tan sensibles como una lagrima, tan románticos como un beso, tan insoportablemente tórtolos… hasta que llego el día en que todo se diluyo extrañamente.

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Fernando y Elena terminaron rompieron su larga relación para dar paso a nuevas vidas, posiblemente nuevos romances, nunca explicaron (tampoco tenían que hacerlo) de la ruptura, siguieron haciendo sus vidas, estudiando o trabajando y pasando más tiempos con los amigos; Fernando volvió a los estadios y los viernes de cerveza; Elena a los fines de semana de shopping con las chicas y tertúlias en la peluquería, coincidían en algunas reuniones y se les veía conversando amenamente, bailaban de rato en rato e incluso se especulaba que volverían pero no, Elena le confeso a su mejor amiga que veía difícil volver con “Fer” porque no cree que él este interesado en hacerlo; curiosa similitud se repetía con Fernando “Elena no regresará conmigo”, fue entonces que empezó una vorágine de sospechas, especulaciones y teléfonos malogrados.

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Las chicas creyeron que la ruptura se debió por alguna infidelidad de Fernando, su argumentación fue sencilla “porque es hombres pues”, pero fue descartado por la misma Elena quien calificó a Fernando de ser la mejor persona del mundo; los chicos creímos que Elena se enamoro de otro sujeto o se aburrió de Fernando, pero él siempre fue un tipo querendón, amiguero y cooperativo, calificó a Elena como lo mejor que le había pasado, entonces nace la interrogante ¿es posible romper una relación de tantos años por nada?... "no lo se" respondieron ambos en algún momento.

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Sin embargo, Fernando extrañaba a Elena demasiado como ella a él, pero la distancia y esa imagen desinteresada que mostraban uno por el otro los privaba de decirse lo que sienten con sinceridad. Hasta que se filtro hasta sus oídos una terrible noticia, convirtiéndose en una leyenda que nadie sabe hasta hoy… fue entonces que nos enteramos que Elena estaba con alguien y al unísono Fernando también, un gravísimo error de logística que determino que su buena relación amical se vaya resquebrajando poco a poco gracias a un terrible teléfono malogrado.

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Elena al enterarse de la nueva relación de Fernando empezó a hablarle a sus amigas de un tal Roberto Eguren, un sujeto que por lo que decía Elena tenía un nivel más que el papa, el sujeto en teoría era superior a Fernando en todo sentido y la imagen generada en las chicas fue instantánea “queremos conocerlo, cuéntamelo todo y exagera”, la maravilla llamado Roberto genero celos en los chicos más que nada porque Elena es nuestra amiga de infancia y ningún foráneo, forastero, alienígena, exótico, bárbaro, extraño e intruso se llevaría así de la nada a nuestra querida Elena.

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Por su lado Fernando al enterarse de la relación que tenía su entrañable ex, no dudo en “estar” con Rubí Juárez, la chica que nos describía Fernando pasaba de los 10 puntos, los ojos de Nicole Kidman, los labios de Angelina Jolie, la cintura de Thalia, los pechos de Michelle Trachtenberg, el derrier de J-Lo y el encanto de Jennifer Aniston, la mujer ideal, un encanto, perfecta por donde se le mire… es ahí donde nace la pregunta de rigor ¿Cuándo la conoceremos?... “pronto” nos aseguró Fernando.

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A partir de ahí vinieron una serie de indirectas cada vez que teniamos reuniones en casa de alguien o simplemente salíamos a comer en grupo, cada velada era una estrella más para Rubí y Roberto, que Roberto es lindo, que Rubí es espectacular; que el sábado “Beto” la llevara a un buen restaurante, que hara un viaje con Rubí el domingo; que sus padres quieren mucho a Beto, que el fin de semana Rubí cocino ravioles con la mamá de Fernando, que Beto tiene un audi del año mientras que Rubí estudia en la de Lima y que se han "amanecido estudiando" juntos en su casa en La Molina; Beto quiere vivir con Elena, según ella; pero Fernando esta pensando pedirla, según él… todo esto durante medio año, las discusiones entre ellos se volvieron más duras y acidas cuando entro a tallar temas como el sexo y la convivencia, hijos y maneras de amar, sutilmente se sentía en el tono de sus voces un reproche añejo, un regaño con celos… sin embargo había una atmósfera de un amor guardado que por algún motivo no lo dejaban salir.

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Un día esperando mi carro para irme al trabajo los encontré discutiendo en el paradero sobre la manera como llevaban sus relaciones amorosas, para mi mala suerte fingí ser juez en ese pleito ajeno, ambos estaban de acuerdo de que Rubí no era buena para él, ni Beto para ella, se incriminaron sus romances de manera irónica y para ambos era inadmisible que piensen en casarse con estas extrañas y desconocidas personas, Fernando no podía creer que Elena podría amar a una persona en tan poco tiempo y ella estaba re segura de que Fernando no amaba a Rubí, no se podían olvidar y su amor se estaba convirtiendo en un odio mediático, se sentían celosos de lo bien que les estaba yendo con sus nuevas parejas y no haber satisfecho ciertas peticiones de ambos.

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Dos semanas después aparecieron nuevamente juntos de la mano y con una alegría inusual, Fernando y Elena pasaron un fin de semana juntos conversando, discutiendo, reconquistándose, enamorándose… ambos confesaron que tanto Rubí como Beto son cosa del pasado, con una mirada confabulada y misteriosa nos vuelven a sonreír, pero les agradece a ellos porque fueron artífices de que esten nuevamente juntos.

Donde estés

Al recordarte, con cierta nostalgia por cierto, pienso en los miles de lugares que hemos recorrido, quizás de la mano, otras disgustados, otras discutiendo, otras besándonos en cada esquina, en la penumbra de alguna oscura calle o en la iluminación de un imponente farol eléctrico… Al recordarte recuerdo cada paso que dimos juntos por allí dejando huella de nosotros, de nuestra existencia, de nuestro idilio; de cómo cada día, cada atardecer y cada noche el ambiente respiraba a nosotros… Al recordarte por esos lugares el clima tiene un olor a ti, el aire se fusiona con tu esencia que me recorre nuevamente con nostalgia… Al recordarte pienso, resuello y medito, que cada lugar al que vayas también me recordaras como yo a ti… en donde estés.

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Desde tu colegio hasta la puerta de tu casa, desde la puerta de tu casa (donde te bese por primera vez) hasta la plazoleta de la parroquia, en cada alto un beso; por el malecón o la avenida principal, desde el Jirón de la Unión, pasando por la avenida Tacna o paseando por la plaza Francia; desde el paradero donde te esperaba a la salida de tu instituto hasta el bus en que veníamos; de la avenida Olaya hasta el pasaje Zepita, por la avenida Paraguay en el cruce con Guatemala, Bolognesi y Guyana, de la esquina de la Telefónica hasta el Metro de Chorrillos.

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De la segunda entrada hasta la avenida El Sol hacer una escala en tu cuerpo y entregarnos al delirio; callecitas con los helados que comimos y las tortas de chocolate que devorábamos, avenidas de tertulias con gaseosas que cambiamos por botellas de agua mineral, noches de pizzas hawaianas o pollo a la brasa; días de cine o largas caminatas; fines de semana de compras indecisas o fines de semana con algún trago y cigarro en mano, un recuerdo aparte es recordarte aun colegiala bailando algún tema de éxito por allá a fines de los 90 coincidentemente época en que te conocí.

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Tiene Chorrillos tu estadía, Barranco tu infancia y Miraflores tu toque de glamour; tiene Jesús Maria tu compañía a mi salida de la universidad, tienes en el centro de Lima tu embajada y Lince nuestros momentos de pasión y pedacitos de tu corazón; tiene Arenales, Risso y la Arequipa nuestra presencia constante como vecinos de barrio; fue Chaclacayo nuestra guarida al que bautizamos como luna de miel, fue el Morro Solar nuestro palco oficial para contemplar el lugar donde crecimos, donde nos conocimos, donde nos enamoramos, donde nos quisimos, donde nos amamos… Al recordarte recuerdo que no hay calles, avenidas, esquinas, jirones, pasajes; veredas o pistas, cines o restaurantes, supermercado o tiendas de ropa, pizzerías o heladerías, que no hubiésemos estado… Donde estés sabrás que dejaste una huella imborrable en mí y quizás yo en ti.

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Ahora las mudas calles son testigo de mi recuerdo, de mis caminatas nocturnas, remontando viejos paseos, viejas rutas; escucho alguna canción que me recuerda a ti y la nostalgia nuevamente me invade, generándome más de mil preguntas y que irónicamente yo tengo respuesta pues todas apuntan a mi incapacidad de amarte sin complejos de haberte retenido a mi lado.

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Donde estés sabrás que te recuerdo con inmenso cariño y un amor guardado… aunque ahora estés con otra persona en el mismo lugar en que estés.

Vivir contigo

Tumbado boca abajo despierto abruptamente de un sueño, la alarma no ha sonado siento que he dormido varios días placido y bien; es domingo pero me siento aletargado; el cumpleaños de Abel ha estado bueno, mi compañera se despierta y me da un beso en la espalda desnuda “levántate flojo… tenemos que ir donde mi mamá, le dije que iríamos ha almorzar con ellos”, miro el reloj y es medio día, no quiero ir donde sus padres, he notado que ellos me odian o algo así… lógico, hace muchos meses atrás nos encontraron besándonos en la puerta de su casa cuando ella estaba de novia con un banquerito que después delante de sus padres la condiciono entre él o “un insignificante periodista muerto de hambre”; su respuesta... fue venirse a vivir conmigo.

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En estos meses he aprendido a cocinar lasagna, fettuccini, ravioles y todo lo que tenga pastas, así como mondonguito, ají de gallina, arroz chaufa y algún plato típico, hemos preparado diversos tragos robados de alguna pagina web de bartenders, la he visto ejercitarse los sábados en la mañana con algún programa de ejercicios por televisión, haciendo steps, forzosos abdominales dándole forma a su ya delgada cintura y perfectas sentadillas fortaleciendo sus preciosos glúteos; me ha hecho masajes mientras escribo algo en la laptop, me relaja con besos en el cuello incitándome ha pecar con ella, en el sillón, en la ducha, en el escritorio, en la cocina; me provoca darle masajes en los pies y en sus piernas mientras vemos televisión; felizmente le gusta el fútbol y comparte conmigo la premier league, la liga española, eliminatorias mundialistas, copa libertadores, clásicos y el alicaído fútbol peruano.

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Escucha latin pop a todo volumen mientras limpia la casa los sábados, los vecinos se quejan por la bulla, anda descalza de puntillas como ensayando algún paso de baile, se pone su pañoleta rosada que hace juego con su piel y su atrevido shorcito celeste (o turquesa) que causa rotaciones de cabeza a lo exorcista de parte de furtivos sementales devoradores que la cortejan cuando sale a comprar a la esquina y que de pasada me genera celos porque le he asegurado que sus piernas son mías; me saca a bailar salsa sensual calentando el ambiente para lo que será el sábado en la noche con posible acción; la he ayudado con algún trabajo de su trabajo; nos hemos amanecido terminando sus labores, cansados y ojerosos gracias ha interminables tazas de café cargado, piqueos y cigarros.

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Hemos salido al supermercado haciendo las compras para la semana, nos hemos paseado por los anaqueles y las góndolas seleccionando menestras, arroz, azúcar, leche, panes, mantequilla, mermelada, café, filtrantes, yogurt, pasta dental, jabones, aromatizadores, verduras o en caso de flojera crónica comida preparada, agua mineral, gaseosa y por ahí un six pack de cerveza si es que se viene algún partido de fútbol, también entran frituras, hot dog, hamburguesas, salchichas, quesos y jamones, cremas, piqueos, etc; hemos merodeado por la sección de ropas, en especial por la ropa para bebes, la veo emocionada, tiernamente sensible, escogiendo ropones, overoles, ajuares… sus padres nos han visto por ahí (obviamente no les parece), también nos hemos cruzado con algunas ex parejas que de reojo nos recuerdan, quizás con un nostálgico “yo debería estar ahí”… hemos ido al cine, a la playa, al estadio, a ver a mis padres y a ver los suyos, en fin.

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He salido a reuniones con ella y mis compañeros la conocen oficialmente, conozco a sus compañeros del trabajo y sus amigas nos animan ha que demos el siguiente paso, ella bromea con que nos hemos salteado ese paso; nos divertimos mucho aunque no siempre nos hemos llevado bien.

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Hemos tenido infinitas e infernales discusiones, los vecinos han alertado de manera exagerada al serenazgo, la he hecho llorar inconsolablemente, he dormido muchas veces en el sofá, ha roto algunos escritos y los ha arrojado por la ventana, por algunos celos me ha prohibido que la toque, sospecha que le sigo el cortejo a una compañera del trabajo, detesta que mis compañeras le manden indirectas de algún supuesto romance con alguien, lo aguanta estoicamente pero duda de mi… hemos terminado muchas veces y he pasado la noche en un hotel, la he llamado para reconciliarnos y ella no contesta, en otras ella se ha ido ha casa de una amiga y he pasado las noches esperando que regrese, ha ido al hotel donde me alojo y nos hemos perdonado por nuestros caracteres.

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Me ha dicho que muchas veces es difícil vivir conmigo porque a veces no la entiendo, porque siente celos por lo que escribo, sospecha que le estoy siendo infiel, cree que no le soy sincero porque he sido un osado aventurero y que los que son así no cambian nunca, no me cree cuando le digo que es imprescindible y todo para mi, cree que no quiero un hijo con ella y que huyo a la responsabilidad, me ha dicho que quiere creer en mi, que no quiere verme como un tormento.

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Una tarde después de haber peleado en la mañana, encuentró un ropón que compre y lo deje sobre la cama con una tarjeta que decía “Se que es difícil vivir conmigo, pero a tu lado me hace olvidar que vivo soportándome y que aun me cuesta vivir conmigo mismo… te quiero”, luego me llamó dos horas después y fui a su encuentro.

De porque escribo

Sentado en la mesita que adorna la habitación del hotel en donde pernocto de vez en cuando y mi laptop son mudos testigos de que quiero escribir, Coldplay musicaliza la habitación y un humeante porrito la aromatiza con su hierba fresca espero, medito y planifíco la historia con la intención de despejarme la mente y que mis personajes (reales o no) asomen para algún nuevo relato (real o no).

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Pienso en porque escribo y se me viene a la cabeza (grotescamente) porque me da la gana, pero Carola me corrige y me dice que es porque me gusta y tiene razón, tengo la leve esperanza de vivir (no creo que en este país) de esto, de ganarme un nombre escribiendo a literatura abierta, alterando la gramática y violentando la tan culta lengua española, utilizando el sarcasmo y la ironía como si fuera el tono de mi voz y enmendarme de rato en rato como si fuera un liquit paper y las teclas de una computadora son mi “ingastable” lapicero… hace mucho que no lo utilizo y me está costando firmar por la falta de costumbre.

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Escribo porque no tengo nada que hacer (a veces), escribo porque me libero de una carga emocional que por lo general esta inundada de angustia y desesperanza, de un tormento leve de proyectos y sueños que se van esfumando con el tiempo y por el tiempo, me invade una soledad innata que con su plausible paciencia se esta convirtiendo en mi enemiga intima y que me sonríe con cierto entusiasmo dejando un lema de “vez! te lo dije” escrito con carmín en el espejo del baño; soledad cargada de un instante autodestructivo de no serle útil a nadie, de que nadie comprenda lo que quiero o que simplemente les parezca increíblemente gracioso que halla reflexionado en mi vida y que haga un catarsis del “yo confieso” y relajarme como quien se deshace de su cruz, escribo porque me asaltan imágenes de mi vida y como un mea culpa perdonarme por lo que no hice.

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Escribo porque tengo a Bayly como inspiración, porque sus novelas han despertado en mí ese curioso encanto de escribir y escribir como si estuviera conversando con la almohada (aunque mi almohada ya no me escuche), escribo porque me desahogo, me desintoxico de lo que llevo dentro, porque cuando termino siento una frescura intelectual y espíritu saliendo de mi, escribo porque la ciudad tiene un encanto especial que provoca escribir (por lo general decir cosas malas de ella), cosas sin importancia que te motivan a escribir, como el trafico, la gente, el cobrador, el chofer, la música, los pasajeros, el datero, el policía de transito, los edificios, los ambulantes, los niños que cantan en los buses, los taxistas, los ladrones, los pirañitas, las adolescentes con sus diminutos politos, los chiquillos con sus gorras toneras creyéndose Daddy Yankee; los semáforos, del señor que esta sentado delante mío con su brillosa pelada, de la chica que escucha algo en su ipod y de su coqueto he interesante escote, del verano que detesto o del invierno que amo, de los helados, de la inca cola helada y su margarita, de cigarro Hamilton y del zippo que me encontré en el hotel, de los caramelos de menta y la caja surtida de preservativos que nunca use y que guardo celosamente para usarlas, sabiamente, en algún momento.

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Escribo porque extraño, porque amo, porque ame, porque nunca dejare de amar, porque me amaron y me siguien amando aunque no parezca; escribo porque sueño y no dejo de soñar, porque espero y me aferro a seguir esperando, porque me consuelo y me ayudo ha no destruirme.

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Escribo porque puedo manipular la realidad como una plastilina, de recrear en la mente del que me lee los más sublime, sutíl, escabroso, placentero y apasionado de su existir; darle la oportunidad de estar en un mundo conmigo, porque puedo mentir vilmente con la intención de que me crea inocentemente, hacerlo real, desarrollar la vida dentro de un escenario agreste de vicisitudes carnales, placenteros y mentirosos.

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Escribo porque Carola ha sido gran parte de la inspiración, porque me ha alentado a seguir haciéndolo (aunque ahora último me suene a consuelo, ha que ya no piense en ella como antes y que me resigne a eso a que me dedique a lo "unico" que me queda), su sonrisa ha pulido mi lado de escritor furtivo, sus palabras fueron esa bebida para algún breve descanso o falta de inspiración y su cuerpo blanco ha sido el pupitre de innumerables historias que se quedaron tatuadas en su piel y que se quedaran ahí para jamás ser contadas.

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Al escribir he provocado en Milagros ligeros celos jamás demostrados que han hecho sonreírme porque he provocado también que me diga que es lo que en realidad siente (o esperaba de mi) aunque lo nuestro no tuvo el deseado desenlace.

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Escribo porque provoco en Camila la imperiosa necesidad de que se enfade conmigo por no comprender que no todo es verdadero y prefiero discutir con ella, saber que no esta conforme con mis intelectuales romances porque al final logro reconciliarme con ella haciéndole el amor.

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Escribir me ha traído ventajas y desventajas, mientras algunos lo han tildado de interesante otros (que si son muchos) prefieren escudarse en criticarme acida e inmisericorde porque ando “descarriado” o prefieren aconsejarme sucumbiendo en la aburrida laceración de haber atacado su susceptibilidad, como si hubieran violentado su intimidad que no es más que la mía imaginariamente.

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Escribo por travesura intelectual porque puedo ser lo que soy, lo que no soy y lo que quiero ser; por lo que tengo, no tengo y quiero tener, escribo por hobbie, porque puedo dormir con la mujer de mi enemigo, porque puedo decirle lo que siento, porque siento que ayudo ha alguien ha aventurarse con alguien, porque tengo miedo a perder y me voy acostumbrando ha aceptarlo, porque siento muchas veces ganar aunque no legalmente; escribo porque puedo desnudar esa parte de mi que aun es prohibida y puedo desnudarla con solo leerme, porque me dejo dormir con ella (y a veces con él), escribo porque puedo ridiculizarme y ser mi propio verdugo, porque puedo crucificarme y resucitarme 3 o 4 días después, escribo porque es saludable para mi.

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Escribo porque recuerdo a mi viejo y pienso en mi viejita, por mi hermana, por los amigos que tengo, tuve y perdí, por los amores no correspondidos y los que fueron prohibidos, escribo porque me enseñaron a pecar y a conocer el mundo, por los amores reales que tuve y no les di la importancia, por los amores irreales que nunca se llegaran a concretar porque son hechos de papel, aunque guardo la leve esperanza que cobre vida, por quienes me amaron y descuide en los sentimientos día a día (pienso que escribiendo podría sanar lo que deje pasar… algunas heridas por ejemplo… si es que sirve de algo), escribo porque es una manera de pedir perdón y que no fui lo que esperaban de mi.

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Escribo porque me resisto a llorar en público y aventurarme en mi soledad ha pensar en un personaje de la calle, a llorar con el, como dice la canción “voy a guardar mi lamento para cuando yo este solo”… escribo porque aun tengo mucho que decir.

S.I.N. Amor

Miguel es uno de mis mejores amigos, de niños jugábamos en las calles con ametralladoras con pequeños detonadores y revolver con balas de goma que al contacto con la piel te dejaba un pequeño moretón rojo; interminables balaceras de ficción, jugábamos tiro al blanco con pistolas de dardos con visor láser yo me creía John McClaine y Miguel era Stallone, nos tirábamos contra los carros estacionados, rampeábamos como unos verdaderos comandos y terminábamos acribillados en medio de la calle fingiendo una grave herida de bala aunque la osadía de Miguel era “rematar” a su enemigo, llevaba la criminalidad en las venas, en sentido figurado, pues Miguel es una de las personas más sensibles y enamoradas… inteligentemente enamorada.

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A penas salio del colegio cumplió su sueño de entrar a la escuela de la policía, lo he visto varias veces dirigiendo el transito en sus primeros años y cumpliendo mi labor periodística nos hemos encontrado en algún asalto, accidente de transito; deje de verlo mucho tiempo, solo supe que había sido destacado a provincia, a zonas donde el terrorismo y el narcotráfico daban cruentas balaceras a la policía y los militares estacionados y que tenían como escenario a la agreste selva peruana, Miguel salio vivo de embocadas, interceptaciones narco terroristas, gracias a una destreza para interceptar al enemigo y adelantársele alguna nefasta acción… lo volví a ver en la DININCRI mientras cubría una captura a unos avezados sicarios, nos saludamos afectuosamente y quedamos en almorzar, quería que lo ayudara en un asunto… de inteligencia.

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Su desempeño había alcanzado a las grandes esferas del gobierno y empezó a trabajar en el no menos importante servicio de inteligencia SIN, se ha cruzado con el asesor presidencial Vladimiro Montesinos pero no lo ha tratado, sabe la vida de todos y cada uno de los políticos, congresistas, personajes del espectáculo y deportivo, sabe quien sale con quien, quienes son amantes y que actor o actriz es homosexual, quien consume drogas en grandes cantidades, los teléfonos están intervenidos en su totalidad, los periodistas son los más chequeados, reímos al respecto… es entonces que quiere contar conmigo, haciendo uso de su destreza en inteligencia para hacer algo fuera de lo requerido por sus jefes o mejor dicho hacer algo a titulo personal.

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“Quiero volver con Titi” me dice, Tatiana es su ex, hace mucho tiempo que terminaron y hasta donde se “Titi”, como él le dice, ha tenido algunos enamorados, hace mucho que no se de ella, Miguel quiere volver con ella, la ha visto hace poco y ha renacido en él ese sentimiento adolescente de los 90’s y asegura haberla extrañado durante estos años, esta dispuesto a todo con tal de volver a su lado, si esta de novia hurtarla del altar y si esta casada apresurar su divorcio… creo que esta loco… pero puede ser una dulce locura por amor.

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En mi condición de periodista, Miguel quiere que averigüé el paradero de Titi, solo eso, no fue tan difícil labor, Titi es mi amiga y la he visto hace poco, hemos conversado a la volada, esta en amores con un amigo de su trabajo “me están esperando” me dice y me hace un guiño, me ha dejado su tarjeta con su número celular para ver cuando nos encontramos y conversar más tranquilos, le aseguro que de todas maneras… su tarjeta será la primera pista para el hombre de inteligencia.

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Le hago llegar la tarjeta de Titi a Miguel, me dice que en una semana sabrá más de ella que una tarde de tertulia, la seguridad que tiene Miguel parece que va tomando forma.

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Dos semanas después Miguel me llama asegurándome que tiene datos importantes de Titi y que “la tiene vigilada” obvio… es del servicio de inteligencia; la tarde que nos encontramos en el Starbucks me enseño uno documentos y fotos en calidad de “clasificados”, todos con respecto a Titi, había hecho una exhaustiva investigación de inteligencia sobre su vida, al dedillo, casi sin escapársele algún detalle.

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Tatiana había tenido dos enamorados desde que termino con Miguel, un tal Abel Portillo actualmente en España, ingeniero civil, trabaja en Barcelona de mesero, vivió en Lima hace 4 años en Barranco, el otro era Carlos Agüero ex compañero de trabajo de Titi, era casado sin que ella se entere, luego ella se enteró y termino con él quedo dolida; de ambos tenía datos exclusivos como teléfonos, correos electrónicos, números celulares, direcciones, viajes al interior de país, número de pasaporte, DNI, número de hermanos, ex novias, padres, hijos, trabajos, sueldos, propiedades, colegios donde estudiaron primaria y secundaria, institutos, universidades, grados, cuentas en el banco, trabajo y tipo de empleo, amigos cercanos y los datos de cada uno de los amigos de estos dos.

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De Titi tenia no solo su número celular sino que averiguo su teléfono de casa y nextel, el teléfono de su trabajo y anexo, cuenta bancaria, direcciones de su casa, de sus padres de sus hermanos y la vida de sus cuñados; fotos de Titi con un joven que la tomaba de la mano en un restaurante, con sus amigas, en reuniones, en eventos; la gente que Miguel había designado un cronograma diario de sus actividades, todo perfectamente programado, sus horas de entrada y salida, su hora de break, hora del almuerzo, donde almuerza, que come, que bebe, que fuma, que tipos de películas le gusta, a que cines va, con quienes va, que hace los fines de semana, que hacen sus amigas Aurora, Miranda, Giovanna, Amelia y Tyffany… La relación que tenia Titi actualmente no podía ser ajena a la ya inclemente persecución que sometía Miguel.

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Averiguo donde estudio, que estudio, los cursos que desaprobó, sus grados académicos, teléfonos, correos, ex novias, llamadas telefónicas, vicios y manías, estado de salud, cuentas en el banco, familia en su totalidad, si le era infiel a Titi y que pretende con ella, le bromeo si pensó en una “desaparición forzosa”… con una fría seriedad Miguel me dice que lo ha pensado que no seria mala idea incriminarlo de alguna manera en cualquier cosa, pienso que su intención de poder reconquistar a Titi se va desbordando de lo permitido, su actitud es como si estuviera pensando en lo que le he dicho, hace una llamada telefónica, habla en clave para que no descifré lo que dice, cuelga y sonríe travieso, le digo que no haga estupideces y me mira “Es porque aun pienso en ella… por amor seria” finaliza y se marcha tomando toda la documentación que lo acercaba a Titi.

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Meses después una noticia dio un revuelo en la redacción, el joven Italo Valverde había sido arrestado por tenencia de drogas y estupefacientes en grandes cantidades, fue intervenido en una playa del sur por agentes de la policía y le encontraron en el vehiculo varios paquetes de marihuana y cocaína, así como botellas de cerveza y un revolver, estaba acompañado por una señorita… había sido puesto a disposición de la 3ra fiscalía de Lima… la noticia destrozo a Titi y encontró en primera instancia los servicios de inteligencia “desinteresados” de Miguel.

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Sin embargo Miguel artífice de la captura del sospechoso micro comercializador de drogas, monto al mejor estilo montesinista un andamiaje incriminatorio y de mentira contra el ahora ex de Titi, mandándolo probablemente a los calabozos del S.I.N, aumentando el prontuario del inocente Italo con una sarta de crímenes que lo sentenciarían con la injusta condena de 15 años de cárcel, tiempo suficiente para que Miguel reconquiste a Titi… y lo consiguió 3 años después, con pedida de mano incluida.

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Sentí que Titi corría peligro en manos de un desconocido Miguel, entonces me dispuse a contarle la verdad a como de lugar, pero una tarde mientras esperaba a Titi en el Starbucks cinco agentes bien enternados con lentes oscuros se acercaron a mi, el jefe del quinteto me deja un celular que no tarda en sonar, al otro lado de la línea Miguel con voz distorcionada me dice “Tu sabes de lo que puedo ser capaz, no me defraudes”… los agentes me miraron esperando alguna reacción mía y añadió “¿te acuerdas que de niño jugábamos tiro al blanco?”… cuendo en eso un punto rojo, apuntado desde lejos alumbraba mi cabeza… “comprende que es por amor” dijo y colgo.

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Deje plantada a Titi argumentando un trabajo de última hora, pero en verdad me moría de miedo terminar como los de la Cantuta por un desquiciado amor... Titi no me invito a su matrimonio.