martes, diciembre 19, 2006

La cena de navidad (Memorias)

Se acercaban las fechas navideñas, una cosa más… detesto armar nacimientos o salir de compras para comprar objetos con mensajes navideños y mucho peor cuando se va a comprar a Lima, pero por algún motivo esta fecha tenia que ser especial.
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Rubén ya no tendría “un momento de soledad”, Matías había pasado por el para ir a la casa del abuelo, el abuelo que extrañaba a la abuela y con las cuales conversaba en las madrugadas frías de invierno extrañando a su “amor de siempre”, Rubén iría de todas maneras con Carola y Matías con una chica del instituto.
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Diego y Sebastián esperaban a sus enamoradas a las afueras de un teatro parroquial, “la pequeña luz” había sido alcanzada.
La infaltable tía Rosa estaría ahí con la sonrisa que la caracteriza porque a ella “se le ve mejor cuando sonríe”.
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Arturo y Vanesa vendrían a la cena de navidad después de ver a Bayly en la televisión, a pesar de que ya no se emite en Lima, el baylyriano o baylyrista (o como sea) de Arturo se las ingeniaría para verlo en “BAYLY” a través de Mega TV canal 22 de Miami... Arturo siempre dormiría con Bayly.
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Manuel había aprendido a superar sus citas en especial “las citas muy a ciegas”, le tomo tiempo olvidar a la engreída de Yolanda, pero lo logro.
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Luís y Laura se volverían a ver en esta cena en la que sus respectivas parejas también estaban invitadas, la verdad causaba expectativas ver si esta pareja lograba un acercamiento mínimo y no halla un “hasta mañana… si es que la hay”.
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Durante esa noche recordé al abuelito que nos dejo este año, aquel que nos espero para despedirse y cuidarnos como siempre desde la eternidad… feliz navidad.
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Tomas había hecho un receso en su vida y había dejado de escribir para reanudarla con más experiencia y porque no profesionalismo, ni hizo el intento por volver con Fiorela, y mejor para él… ella no vendría a la cena de navidad, pues ya tenía novio pero Tomas sabia que no dejaría de leerlo.
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Alberto había fallecido a mitad de año de cáncer, Alicia empezaba una relación en noviembre, en el fondo sentía que ese sujeto se lo había mandado Alberto, ya que había prometido no casarse, pero sentía la necesidad de saber si Alberto estaría reencarnado en el tipo aquel al fin y al cabo ya no tienen nada que decirse.
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Lorenzo estaría en esta cena también junto con Jimena, sus vidas giraban entorno al fútbol y al sexo, aunque no eran una pareja monótona siempre se les sentía un aire de libertad, habían aprendido el argot futbolístico para cuando quería salir de alguna reunión aburrida para tener “la noche de partido”.
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La niña que se había convertido en mujer el día de su quinceañero no podía estar ausente… la adolescente que deslumbro con su juvenil belleza llegaba a la cena de navidad siempre con la sonrisa dulce, del brazo de Alejandro.
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Raúl y su hermano menor estarían solo un momento en la cena de navidad, como casi todos los años siempre tenia un plan como alternativa si es que se pone aburrida la situación, aunque si estuviese en buen ritmo igual saldría con su última conquista.
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Las mujeres más lindas del barrio estarían también Hellen, Susan, Gloria, Martha y Lucia… aunque de por si también tendrían planes pues “la noche de la novia” se les había sido costumbre, así que buscarían donde esconder sus pecaminosas acciones con olfato previo al año nuevo.
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Lourdes trataba de olvidar a Samuel durante un largísimo tiempo… y aunque Samuel siempre le escribía no se daba cuenta que Samuel quería mantener ese afecto sin que nadie salga herido… aunque Lourdes estaba sanando las que aún tenia por cicatrizar.
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Gustavo no había sido invitado a la cena… estaba afuera saludando a quienes entraban a la casa del abuelo, conversaba coquetamente con Susan pero sabia que tenia el rechazo de los del barrio, Giannice, Maria Fernanda y Gabriela si estarían… cada una con un bebe los tres de Gustavo.
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Gerardo después del nefasto viaje a Suiza para reencontrarse con Faviana, regreso prácticamente derrotado y desilusionado… sin embargo una de las chicas le pidió que venga para esta cena de navidad… Faviana iba a llegar cuando empiece la cena para caerles de sorpresa a todos, en especial a Gerardo que tenia algo que decirle.
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El abuelo había abierto un champagne añejo y contrato a una cocinera que preparo un sabroso pavo al horno, hecho al vino dándole un toque exquisito, fiel a su tradición inculcados por la abuela sentados todos a la mesa (o casi todos) bendijo la mesa y pidió la unidad de todos, hizo también el brindis y empezó una de las noches en la que todos las historias, todas las vidas estaban unidas para contemplar al Dios que les dio la vida.

domingo, diciembre 10, 2006

Amor de siempre

Cuando el abuelo enviudo muchos de sus hijos pensaron que tendrían que hacer turnos semanales para no dejarlo solo, se había deprimido mucho, pero sin embargo mantenía una tranquilidad excelente, una paz interior que solo podría venir de Dios, la perdida de la abuela lo había afectado y ya no era tan conversador como antes, los temas políticos, deportivos, incluso de cocina habían desaparecido, una noche en la que no pude dormir me levante a tomar una pastilla que me hiciera dormir y encontré al abuelo despierto en la mecedora cerca de la ventana, cuando la abuela vivía se sentaban juntos y contemplaban a sus nietos juguetear en el enorme patio trasero de la casa, esa noche en la que no pude dormir el abuelo tambaleaba con tranquilidad y con su arrugada mano mecía la mecedora donde probablemente penaba la abuela, sonreía y se reía levemente sin que lo descubra mi padre.
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Mi abuelo repitió la terapia casi todas las noches, casi siempre a la misma hora y a la mañana siguiente despertaba con buenos ánimos, el cambio de actitud de mi abuelo había cambiado totalmente, ante el asombro de mi padre que empezó a preocuparse.
- Creo que debemos de internarlo en un asilo. (decía mi padre)
- Como vas hacerle eso a tu padre, Luis (reflexionaba mi madre)
- Algo tiene… y la verdad eso me esta inquietando
- Ay pero ¿qué querías?... que se quede en la casa entristeciéndose
- Creo que a ti no te gustaría que yo te encierre en un asilo
(dije ante la mirada atónita de mi madre)
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Esa mañana se fueron todos sin despedirse de mí, ya en la tarde mientras regresaba de camino encontré al abuelo sentado en un parque había comprado unas bolsitas con comida para aves, rodeado de palomas a quienes les daba de comer alegremente el maíz, sonreí desde lejos y pensé en no molestarlo, mi abuelo había ganado bonos para no sospechar que padeciera de algún mal mental que lo llevara a la loquera, cuando en un momento una señora, quizás de su edad se sentó junto a él iniciandole la conversación, probablemente, al abuelo que había sido en su juventud un empedernido conquistador, jovenzuelo coquetón y amigo especial de muchas chicas de las que alardeaba por haber pasado por “su cama”, parecìa haber vuelto a las andanzas, el abuelo miraba a la anciana con una coquetería que le daba licencia, por experiencia, para “afanarla”, el pilluelo del abuelo estaba aprovechando de su viudez.
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Durante la cena mi padre conversaba de política con mi madre, mi tía, mi tío y yo, miraba a mi abuelo que estaba concentrado en su plato de tallarines rojos con papa a la huancaina que tanto le gustan, tomaba sorbos cortos de jugo de maracuyá que también le gustan.
- No nos conviene el TLC… vamos a empobrecer al país más de lo que esta (decía mi padre)
- No hombre el TLC nos va a beneficiar en muchas cosas (refutaba mi tío)
- Pero no en todo…
- Claro no en todo per--
- Ah vez, es una tontería tener que firmar un tratado en un país tan corrupto como los Estados Unidos, al menos con Bush, el “Mister Danger”, tenemos que proteger nuestra identidad, con el TLC seriamos prácticamente colonia americana y eso no es lo que quizo Bolívar y--
- ¿Y que quizo Bolívar?
(interrumpió sorpresivamente el abuelo)
- Bueno, Bolívar quería la unión de los pueblos y-- (justificaba mi padre)
- ¿Haz hablado con él?
- Claro que no pero--
- Entonces no hables tonterías, Bolívar quería la unión de los países latinoamericanos para hacer exactamente lo que hace ahora Europa, teniendo una misma moneda de comercio, prevaleciendo una economía sólida, allá en Europa hay unidad en todo aspecto, y eso no hay acá… como se te ocurre querer unirnos con Venezuela por ejemplo donde ese huevas de Chávez no piensa salir del palacio presidencial ¿...?, como quiere unir América Latina si insulta a nuestro presidente (nos guste o no), tu crees que Chile va a querer que compartamos una misma moneda, Ecuador va a redoblar su vigilancia en Tumbes, el narcotráfico va entrar como Pedro en su casa por la selva con Colombia y lo mismo por Puno con Bolivia, el más sano va ser Brasil, pero que hay con Argentina, Paraguay y Uruguay, que sabemos de Guyana, que va a pasar con Cuba, los demás países Latinoamericanos con otros idiomas que va a pasar con ellos… Hasta los yanquis son parte de América… si no sabes escencialmente eso entonces no hables del TLC porque no sabes nada.
- Y acaso tú lo sabes
(decía mi padre con cierta ironía)
- Claro (decía mi abuelo que si era verdaderamente irónico) que hora tienes?.
- Las nueve y media
- Lindo reloj, ¿que marca es?
- Ah es la nueva versión acuática de Panasonic ¿te gusta?
- Si es muy bonita ¿y cuanto te a costado?.
- Mmm... como 350 dólares por ahí, regateando
- Viste… eso es TLC
- ¿TLC?... no entiendo
- Tienes un reloj americano, has pagado con billetes americanos, encima has regateado al mercado americano, usas jeans, pantalones, polos, sudaderas, tu carro, tu sueldo es de los yanquis y dices que Bush es corrupto... creo que tú eres más corrupto que él.

- Pero papá eso que tiene que ver
- Mucho, nos guste o no vamos a depender de otros países... siempre.
Todos nos quedamos callados, mi abuelo se disfrazó de sabio para callar a mi padre.
Horas más tarde, en la madrugada mi abuelo se mecía sobre la mecedora y me anime a acercarme.
- ¿Que haces despierto abuelito?
- Ay hijito tu abuela que es una demorona
- ¿La abuela esta aquí?
(dije mirando la mecedora vacía)
- No... al parecer no pudo venir a verme
- Y que te dice la abuela, ¿te extraña?
- Como yo a ella
En eso se levanto levemente de la silla apoyado en su bastón, empujo la ventana y se volvió a sentar, me miro y sonrió - la abuela dice que te extraña -
- ¿Ya llegó?
- Si... ¿nos disculpas?
(dijo con cierta coquetería)
- Dile que soñé con ella ayer
- Dice que lo sabe
(me sonrió y me aleje)
Contemple al abuelo un par minutos más, oculto tras una pared -no estés husmeando pilluelo- y carcajeo tapándose la boca para que mi padre no lo oyera, el abuelo estuvo muchas noches en una cita a ciegas con la mujer que lo cambio de vida “eh sido un viejo mujeriego pero tu abuela tiene un no se que, no podría vivir sin ella” decía cuando me enseñaba sus fotos con mi abuela cuando viajaban por todo el mundo.
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Mi abuelo amaneció un día en su mecedora, mi padre lo encontró aún meciéndose, con una sonrisa en los labios, con una mano en la otra mecedora... la abuela se lo llevó, porque también ella no podía vivir sin él.