viernes, septiembre 29, 2006

La noche del partido

El fútbol, para la mayoría de los varones es siempre la gran alegría de muchos, es mucho más que una pasión de multitudes, el fútbol es por donde se le mire el argumento perfecto de pasión, el pretexto perfecto para irse con los amigos, la excusa ideal para tomarse unas cervezas con los devotos seguidores del balón, aquella esfera capaz de pegarte a la televisión durante noventa minutos (incluidos los quince de descanso, así te mueras por ir al baño).
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El fútbol pues volvía a unir a la gente del barrio, Calito, Godo, Miguel, Mario, Joel, Samir, ya estaban desde la antesala en casa de Lorenzo, treinta minutos para esperar el partido que los hacia parte de la historia pelotera de nuestro abnegado fútbol nacional, el clásico del pacífico se escribía nuevamente desde el coloso nacional de Santiago de Chile, Perú enfrentaba al equipo de la estrella solitaria, un empate nos colocaba con un pie en el mundial francés, las cervezas en la refrigeradora, piqueitos, papas fritas, vino borgoña, gaseosas, pisco peruano (porque no hay otro) y yuquitas fritas con salsa gold preparadas por Judith, Sammy, Miriam, Lupe, Carla y Verónica, dos cajetillas de cigarros Hamilton, dos encendedores porsiacaso, faltaba tan solo Jimena, Lorenzo le había estado mandando mensajes a su celular durante la tarde, “No te olvides hoy juega Perú, ven temprano, vienen las chicas, haremos fiesta, hoy clasificamos”.
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Jimena llega a la casa de Lorenzo, el partido tenia dos minutos de haber empezado, saluda con un hola general que solo es respondido por las chicas y Lorenzo, se sienta en las piernas de él y lo besa, Joel que siempre es coquetón con las chicas sin importarle que piensa Lupe, la cirea “Puedes dejar de cruzar las piernas, no vez que estoy viendo el partido, después me coqueteas” los chicos ríen.
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Chile arremetía contra Perú, sin embargo el conjunto blanquirojo trataba de defenderse, Jimena le parecía aburrido “voy a tomar algo”, pasa por delante del televisor y genera el bullicio del público, Joel vuelve a coquetearle, “Mamacita te estoy viendo hasta el alma pues, esta interesante ya… pero esta jugando Perú”, ella sonríe sin inmutarse, Lorenzo va tras ella, “¿estas bien?”, ella le sonríe “van a perder” afirma tajante, “estas loca… como se te ocurre, venimos de ganar partidos seguidos, estamos imparables”, ella se sirve una Inca Kola, saca hielo de la nevera, lo mira coqueta y vuelve al ataque “van a perder” y toma un sorbo, Lorenzo se impacienta y detesta que ella tome una postura de sabionda cuando de fútbol no sabe nada “¿tu quieres ser parte de esa oncena perdedora?” él movía la cabeza y sabia que ella estaba dominando la situación “vez… además tu eres un ganador”, camina por el pasadizo hacia el cuarto de Lorenzo, entra dejando su bolso, se echa en la cama y suspira, Lorenzo se queda en la puerta y la contempla entera.
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Jimena es muy linda, piensa él, tiene bonitas piernas el traje del banco le queda perfecto, le ciñe más sus caderas, ella pasa sus dedos por entre su ondulada cabellera y deja ver sus pequeñas pecas de la frente, se desabotona la blusa blanca, como incitando a Lorenzo, él deja su vaso en el escritorio y cierra la puerta, apaga la luz y enciende una lámpara, “no soy un perdedor, a tu lado… yo goleo”, Jimena sonríe, Lorenzo se arrodilla a sus pies y desabrocha los zapatos de Jimena, divagando empieza a narrar “los dos equipos se preparan para el partido, los chimpunes tocaran el césped de juego, las manos de los kinesiólogos calientan las pantorrillas de los deportistas” Lorenzo acariciaba las piernas de Jimena, cuando ella cierra los ojos “Al parecer este es un partido amistoso pero que tendrá un toque de emoción, ambos equipos ya están preparados”, empiezan a desvestirse poco a poco “y empezó el partido el medio campo se ve sólido sale a cortar el número seis, despeja elegantemente el volante, el quipo empieza hacer la táctica del cuello de botella”, Lorenzo acaricia a Jimena y besa por el cuello “el delantero asusta a la defensa pero la defensa se lo impide” Jimena toma de las muñecas a Lorenzo “el delantero insiste, pero el arquero protege bien su valla” Lorenzo se topa con el brasier de Jimena “el volante esta inspiradísimo, dobletea, hace una pared, driblea uno, driblea dos, driblea tres, dispara… uufff casi, casi” Lorenzo, baja la truza sin deja de besar el vientre de Jimena, su cuerpo blanco y delicado se hundía en la cama de Lorenzo, él la caricia sin dejar que ninguna parte de su cuerpo sea pasado por inadvertido, ella lo acaricia tiernamente, enamorada, iluminada, le sonríe, lo mira como le besa sus pechos, su ombligo, mientras le acaricia la espalda con su pierna “el delantero se acerca al área, intenta”, Lorenzo topa sus labios en su entrepierna, ella suspira, “el delantero dispara… uufff casi, casi” Lorenzo acariciaba con devoción las piernas de Jimena, ella jugaba con los cabellos de Lorenzo “el equipo contrario se siente atrapado en su zona, no sabe que hacer, se resiste a perder el compromiso” Jimena entiende la jugada, intercambian de posición, “el otro equipo a reaccionado ahora arremete contra el equipo local, realiza la misma táctica del cuello de botella, acomoda sus líneas, hay más actividad por el medio sector, se planta bien el cuadro visitante en su cancha, el partido se torna emocionante, el cuadro visitante se acerca al área dispara… ¡¡¡palo!!!, el balón, choca en el parante, asustando al cuadro local” Jimena sonríe entendiendo la descripción de Lorenzo “el equipo visitante vuelve a intentar… gol!!!” Jimena complacía a Lorenzo.
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“Mitad del primer tiempo, el cuadro visitante va ganando uno a cero, parece que va hacer un gran partido”, Lorenzo toma de la cintura a Jimena sentándola frente a él, “el cuadro visitante quiere dominar las acciones, pero el cuadro local no se deja” agitaba Lorenzo a Jimena sobre sus piernas, mientras la besa, “el cuadro local arremete, es una saeta, se acerca al área, el delantero dispara un misilazo…” Lorenzo minimiza su accionar, mientras ve a Jimena con la cabeza tirada hacia atrás gemía otra vez, pone presión en el último movimiento, sostiendose del cuello de Lorenzo, el movimiento empezó a ser más leve y suave “gol!!!” susurro en el oído de Jimena, ella sonrió.
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Perú perdió 4 a 0 con Chile esa noche y quedo prácticamente eliminado del mundial francés, con tres goles de Marcelo Salas y Pedro Reyes, la blanquiroja no jugo a nada, los chicos se fueron molestos acompañando a sus enamoradas.
- Te dije… este equipo iba a perder (le decía Jimena a Lorenzo quien recogía las fuentes y botellas)
- Si pues, que rabia…
- ¿Porque?, si tu has ganado…
(miraba coqueta)
- No es cierto… aún falta el partido de vuelta (Lorenzo y Jimena regresaron a la habitación)

viernes, septiembre 22, 2006

Tengo algo que decirte...

Que difícil resulta decirte o contarte muchas cosas, pero hoy estoy dispuesto a abrirme enteramente a ti…
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-Decía la primera línea de la carta de Alberto para Alicia, la pareja doble A del barrio, la exclusividad de la cuadra -
Y pienso hacerlo con toda la confianza que me has regalado a través de estos 3 años de relación, quizás rompa tu corazón por momentos, pero antes de que rompas esta carta quiero que decirte algo…
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- Llenaba de cierto misterio Beto, un miedo grande se apodero de Alicia sentada al borde de su cama repleta de peluches -
Desde que te conocí siempre supe que contigo podría sobrevivir a miles de cosas, en estos años de estar a tu lado e aprendido a quererte y me has enseñado a amar, pero dentro de este corazón hay miles de cosas que jamás pensé hacer y me animo a hacerlo porque simplemente se trata de ti, eres y serás siempre la mujer más importante de mi vida, se que no me crees ya, pero no esta demás que te lo haga saber, quizás me dirás que nunca me conociste, que nunca te conocí, pero para que veas que si, te apuesto a que me estas leyendo sentada al borde de tu cama.
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- Alicia sonrió nerviosa - me imagino... porque esa cama tuya tiene más de mil historias juntos ¿verdad?, la primera vez que usurpe tu cama fue cuando tus padres se fueron de viaje y con el pretexto de ayudarte a poner póster de Coldplay, Green Day y Gun´s Roses, tus padres nos dejaron con los stickers y las tijeras y se fueron dejando a su caperucita en manos del lobo, pero sin temor esa caperuza me regalo un momento que por más que pueda no podré sacarlo de mi mente.
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Pero así como tuvimos momentos especiales tuvimos momentos muy difíciles que nos separaron meses enteros sin saber nada uno del otro y se que todo fue por culpa mía, debo confesarte que si te engañe la primera vez, y que si paso algo con Aurora, fuimos más allá... tu sabes a lo que me refiero, lo siento… lo siento mucho, pero me estoy convenciendo de que soy un infiel empedernido que dudo se pueda enamorar alguna vez y que simplemente aprovecho la oportunidad, por lo mismo que me dijo Roberto "Eres el gran huevas que no cambiara" y Agustín aún fue más duro "Te quedaras solo huey", sin embargo Elías me da un poco más de aliento "Tu eres infiel ¿no?, sacavueltero ¿no?... a la mierda pues... tu vives acaso de los demás", se que Elías no te cae pero lo conozco toda mi vida, hablando de él... ante ayer que te ví, llegue hecho un yeso, se que te diste cuenta, pero siempre vas a ser así de prudentísima, sin decirme nada.
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El día que rompieron la luna de tu sala, pues fui yo... dile a tu papá que se la pagare, es que me dio cólera aquella discusión y me desahogue con la pobre luna, si, si, si... se que también ese ladrillo le calló a tu gato y que tengo que pagar el tratamiento la cirugía ósea, lo siento... Pero más siento haber besado a Susana, no ella no... Susana, tu hermana, ella me hizo jurar que no te lo diría y se que es un pretexto absurdo pero fue porque estábamos con tragos demás el día de su fiesta de promoción, y que confiaste en que no sería capáz de meterme con tu hermana… ella no tiene la culpa de tener un cuerpo fabuloso y un lunar estratégico cerca de la pelvis… ¿dije lunar?... ¿dije pelvis?... lo siento…
Durante este tiempo te he ofendido de manera letal y he ido carcomiendo esas ganas de amar tuya… pero tengo estas cosas y más guardadas en mi recuerdo y te las digo a manera de confesión porque se que tú me escucharús y probablemente entenderás.
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A pocas horas de casarme contigo quiero decirte que en mi despedida de soltero hubiera preferido celebrarlo contigo y un grupo de amigos en mi casa, pues así hubiera evitado que pasara algo con “Yomaira”, así me dijo que se llama, (así me dijo que cobraba) últimamente me he sentido mal y me a salido un bulto cerca de los genitales, hace dos semanas fui al medico y me dijo que era cáncer, es uno generalizado… tengo que seguir una tratamiento llamado quimioterapia, este cáncer ha ido creciendo hacia adentro y al parecer tendrán que amputarme lo que ya tu sabes… solo quiero decirte que estas a tiempo de poder cambiarme porque no creo que toleres algo más de mi, decirte que eres y serás todo para mi y que me hubiera gustado darte los cuatro hijos que planificamos y vivir en Roma como quedamos… te quiero mucho.
Alberto
(Un año después Alberto murió de cáncer y Alicia no se volvió a casar)

miércoles, septiembre 20, 2006

Lo que detesto...

Lo que más detesto de mi, a parte de muchas cosas, es levantarme temprano un domingo por ejemplo, jugar pelota y perder, detesto perder un partido que tenga apuesta, detesto perder por goleada, detesto saber que podremos ganar por goleada y no nos esforzarnos por el sol del día, detesto comer pan con mantequilla y si lo como, detesto soportar la aparición de un acné, detesto el pan con mantequilla sin embargo como hamburguesas, detesto llegar tarde a mis clases en la universidad, y peor si es que empieza en una hora considerable en la que pueda llegar a tiempo, detesto ir en una combi abarrotada de gente, de gente que salio rápido y no tuvo tiempo de ponerse desodorante, del cobrador sudoroso que me increpa por el medio pasaje, detesto ver como empuja de la cintura a una chica que tiene el polo enseñando el ombligo pidiéndole se acomode al fondo, detesto tener que arrinconar mi cabeza a la ventana para no toparme con el trasero de una señora gorda que viaja doblada en la combi, detesto hacer cola, detesto hacer cola para el teléfono, para el agua, para la luz, para el cable, para pagar la pensión de la universidad, para el internet, en un mismo día, detesto el clima de Lima, detesto sacar abrigo cuando amanece con llovizna y por la tarde sale el sol, detesto que se me acabe la pila del discman, deberían hacerlas recargables o mejor aún inagotables, detesto amanecer con resaca, pero me gusta la cerveza, el vino, el ron, el vodka y cualquier trago que este al alcance de los bolsillos, detesto ser el acompañante de Carito a los quinceañeros de su colegio y ser su chambelan favorito, detesto el bacalao en semana santa, detesto tener que afeitarme cada cinco días, detesto que se me caiga el celular, que se me caiga y se disperse en partes, detesto perder las cosas, si es plata pero aún, detesto una discoteca llena de gente, de gente que le gusta bailar muy apretados, muy sudorosos, muy borrachos, muy coqueados, detesto los conciertos, detesto ir al cine el día del estreno, detesto complacer a Violeta para eso, detesto que me guste mucho, detesto engañar a Lina, pero me encanta intimar con Lucia, detesto llevar cargado a Julián cuando toma en desmedida, detesto que sea tan desconsiderado, detesto que su enamorada no se preocupe por él y le engañe con Josué, me detesto por haberla besado, detesto agarrar de idiota a Felipe, pero no es gratuito, detesto decirle a Dora que nunca, jamás de los jamases podremos estar, detesto verla llorar, detesto no tener el tacto para decírselo más sutilmente, detesto repetírselo, detesto que se ponga tan terca, detesto colgarle el teléfono, detesto tener que borrar sus cadenas de amistad y amor de mi correo electrónico, detesto que vaya en el mismo carro que yo, detesto que me tome del brazo, detesto que le hable a sus amigas de mi, detesto tener problemas por su culpa, detesto tener que besarme con Lucia delante de Dora, detesto reírme de ella en el baño del bar, detesto encontrarme a Omar en el baño en la delgada línea blanca de la alegría, detesto que se coquee y lo haga solo, detesto que no me invite, detesto escuchar a Cesar recordarme que es gay, detesto que se me insinúe, que se me insinúe ebrio, detesto sacar de problemas a Jair, detesto que me involucre en sus broncas, detesto sacarle copia a todo un libro que cuesta mucho, detesto que a final de ciclo el profesor no halla tomado el examen del dichoso libro, aunque mejor porque no lo termine de leer, detesto tener que pelarme contigo, detesto que no me hables, detesto que me digas que no tienes nada, detesto que te quedes callada, detesto que tengas dudas y desconfianza, se que no es gratuito, pero lo detesto, detesto a los talibanes, pero me gusta su música, detesto que Osama no se atreva a subir un avión, detesto que no demuestre al mundo entero su “fe”, detesto que Bush se halla reelegido, detesto que no lo halla atrapado en 5 años, detesto que no firme aún la ley de inmigración, detesto que no me deje ver a mi viejo, detesto no tener trabajo, detesto vender, detesto no vender, detesto que me citen a una sesión “laboral” de Omnilife, detesto a veces no tener nada que escribir, detesto… no se… mañana detestare algo nuevo… levantarme temprano por ejemplo.

lunes, septiembre 18, 2006

No dejes de leerme

Tomás estaba la mayor parte de su vida escribiendo en la universidad, no exactamente dictados de algún curso, siempre y especialmente cuando las clases se tornaban aburridas de un profesor que carecía de dinamismo y metodología para enseñar a sus escasos alumnos interesados, casi siempre escribía en la parte trasera del cuaderno, habían más escritos propios que de la clase, se acostumbro a ir anotando frases que escuchaba de Pedrito, el golosinero que le vendía cigarros y regalaba caramelos de limón siempre con una sonrisa en la puerta de la universidad, algunos pensamientos del profesor de historia de la ideas políticas del mundo contemporáneo, alguna palabra extraña que decía la señora Martha Hildebrant, o su medio hermano Cesar, o al congresista Javier Valle Riestra o a Jaime Bayly los domingos en la noche, luego buscaba en el diccionario en su casa y las acomodaba según las iba encontrando, escribía luego algún acontecimiento del día como una suerte de diario.
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Uno de esos días cuando estaba en internet y llevaba tiempo escribiendo en un blog, descubrió que en uno de sus historias tenia un comentario “Me encanta como escribes, espero volver a leerte un beso Fiorela”, le emociono aquel comentario, era su enamorada, se dispuso a escribir otro y se inspiro en una segunda historia.
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Al día siguiente reviso su blog, encontró un segundo comentario “¿Dime que estilo tienes?, me gusta un beso Fiorela”, el nuevo comentario de Fiorela, una suerte de musa para él, lo entusiasmo más, pero al ponerse frente a la computadora, la inspiración comenzó a desordenársele, las ideas revoloteaban por su mente, tratando de auto ordenarse, ese día no escribió, prefirió dejar descansar su mente, su pensamiento.
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Dejo descansar dos días al blog y a su correo electrónico, el tercer día había encontrado, 3 correos de Fiorela que le mandaba “Linda historia, un beso Fiorela”, en el blog habían dos comentarios, “Hola, mi prima dice que le gusta tu estilo cree que eres un gran literato en potencia, te desea lo mejor y se autodenomina seguidora tuya, esta en Colombia, un beso Fiorela”, Tomás no lo podía creer, lo estaban leyendo internacionalmente, desde la universidad pensaba detalladamente su próxima columna, algo que pueda mover los cimientos de la nueva sangre de la literatura juvenil, entre hora y hora escribía algo, llegando a casa iba armado la historia, dos semanas después publicó una historia polémica, sintió que daría un boom especial en sus comentarios, quizás podría crecer más en seguidores, escribió una historia en la que daba a entender que él era el protagonista, un tipo infiel, consumidor de cocaína, relacionado con una chica a quien siempre le saco la vuelta, un historia relativamente reveladora, dejo descansar su blog y a su vez dejo de ver a Fiorela.
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A la semana siguiente, el cometario de Fiorela estaba publicado: “Sabes… le dije a mi madre que te leyera y a mi padre igual, esto sirvió para que mis tíos también te lean, ahora soy la burla de mis amigas y la lastima de mis primas, sabes cuan sensible soy y sin embargo no tuviste ningún reparo en manipular mi existencia de esa manera y hacer de la relación una nada, quizás esto te de fama y popularidad, pero te prefería así tan miserable como eres, porque creo que así eres más tú, no del tipo coquero y rufián que nace de tu mente… suerte en lo que vaya a venir, pero no quiero ser partícipe de tu seuda fama”.
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Meses después Tomas recibía miles de comentarios y correos, alabándolo por su frescura literaria, de gente que adoraba su irreverencia, su estilo, le dedico tres historias a Fiorela, pero ella no comento ninguno, pero sabía que lo seguía leyendo.

sábado, septiembre 16, 2006

No te vayas sin despedirte

- ¿En que piensa Señor Gutiérrez?
- En nada profesor... ¿me hizo alguna pregunta?
- Dos veces... que paso Gutiérrez, su novia no lo deja estudiar... Rieron a carcajadas los alumnos, pero que bueno hubiera sido pensar en Lucrecia, pero no... No pensaba en ella.
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El timbre sonó a las 12:20 como todos los días, mi madre me había llamado a mitad de clases para decirme que almorzaríamos en la casa de mi abuela pues mi tío había venido de los Estados Unidos para ver a su papá, mi tía llegaría a esa hora del trabajo y mi hermana nos daría el alcance, mi madre fue a cocinar ese día donde mi abuela, de pasada para hacerle compañía y no quedarse sola con el abuelo, lamentablemente le última enfermera resulto ser una estafa total, así que mi madre iba a cocinar muy de vez en cuando, a pesar de que mi abuela es dueña intelectual de su cocina, se animo a cederle en esta ocasión la cocina a mi madre.
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Llegue presuroso donde mi abuela, la saludo con un beso en la frente y la abrazo como consolándola, beso a mi madre y camino lentamente hacia la habitación, abro la puerta, hago el saludo militar característico con la mano a la altura de la sien y le sonrió al abuelo, él que sufre de alzheimer, sonríe con el ceño fruncido, levantando su mano, respirando por la boca, rascándose la sonda o queriendo sacársela.
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Le tomaba de la mano y me apretaba con cierta dulzura, marcaba más su ceño mientras le preguntaba como estaba... movía su mano como diciendo más o menos, cuando a la vez lo atacaba una fuerte tos, que parecía que le destrozaba los pulmones, -tienes que recuperarte para ir a ver a la “U”- y aunque él ya no recordaba al equipo de sus amores, me miraba como diciendo “quien es este huevón, que cosa es la U”, lo beso en la frente y acaricio su frente seca y canosa, luego respiraba con más calma aún con la boca abierta, seguro de que había alguien a su lado.
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Hacía ya un buen tiempo había dejado de hablar, bueno siempre fue muy callado, pero cuando vivió conmigo los primeros meses de la enfermedad, solía llamar a mi abuela, con su andar despacio trasladándose de un lugar a otro sin rumbo, como si en cada paso reflejara los años vividos “Esther!!!”, gritaba desde el sillón en el que todos los días se sentaba, solo y algo asustado, “ya voy viejito, ya voy”, consolaba a mi abuelo que siempre estuvo al pendiente de mi abuela.
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Cuando llegaba de la universidad, me ponía al frente de él, le daba su beso en la frente y él pretendía pasar sin que nadie lo detenga por donde yo estaba saludándolo, “hola abuelito” y levantaba su mano con un severo gesto de “no me molestes”, sin embargo cuando mi hermana lo saludaba, ella se ponía frente suyo y él tambaleaba como queriendo bailar “mira, mira... esta bailando conmigo” se alegraba mi hermana y el abuelito seguía su recorrido sin rumbo, tomando algo de alguna taza vacía, llevándose las almohadas a otros cuartos o paseando las toallas sobre sus hombros, mirando a mi abuela cocinar y remedarla sin razón o entrar al cuarto de estudio, sentarse a mi lado y mirar lo que hacia en el computador “abuelito... ¿has traído tu cuaderno para la clase de hoy?” me miraba, me remedaba y luego huida de su “clase”.
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Al poco tiempo se mudaron a una pequeña casita por divergencias hogareñas, esa tarde iba almorzar con mi abuelo, todos improvisamos un pequeño comedor, en la habitación donde estaba mi abuelo, él si bien es cierto no podía recibir comida alguna, se sentía acompañado, su tos era más fuerte y mi tía le limpiaba con unos paños la flema que esputaba.
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Cuando terminamos de comer, ayudamos a lavar los platos y poner todo en orden, ya en la tarde, mientras su tos se hacia más grave, nos despedimos “chau abuelito... mañana vengo ya... para almorzar... ya no voy a ser ingrato contigo, ahora si no dejare de venir a verte” y recosté mi cabeza sobre su pecho que silbaba de la gripe y la flema, mientras él me acariciaba la cabeza, como comprendiéndome.
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A las tres de la mañana, llegamos rápido tras la llamada desesperada de mi tía, el abuelito respiraba con dificultad, mi abuela a lado de la cama, mi tía llorando a su diestra, limpiándole la flema letal y mi tío parado alcanzando los paños húmedos, mi abuelo logro abrir los ojos y mirar a cada uno de nosotros, luego tosió fuerte que le hizo votar una gran cantidad de flema, para luego cerrar los ojos para siempre... el desconsuelo de mi tía fue instantáneo, la firmeza de mi abuela similar a la de mi tío, la tristeza de mi hermana y la fe de mi madre al darle la señal de la cruz... el abuelito nos espero para despedirse.

miércoles, septiembre 13, 2006

Hasta mañana... (si es que la hay)

En el block A en su 4to piso vive Luís, Lucho para los amigos, es un tipo tranquilo, tranquilazo, un buen pata, él prefiere quedarse callado cada vez que le pides una opinión, se podría decir que era su manera de manifestarse y desde que yo lo conozco nunca lo he visto mal y como podría estar mal si en el mismo block en su 2do piso vive Laura, es tan linda Laura que han habido muchos chicos siempre buscándola... pero Laura es una chica diferente, de su casa, algo provocativa al vestirse... pero de su casa, ella esta con Lucho ya hace mucho tiempo, cuando me mude al mismo block en el 5to piso ya tenian 3 años de enamorados... estudiaban en el mismo colegio, se llevaban un año de diferencia, él era mayor que Laura, se encontraban en el recreo, él le compraba galletas de soda con una cajita refresco frutado, él se compraba pan con milanesa y una gaseosa... se sentaban cerca del patio principal del colegio, salían juntos hacia sus casas, recuerdo que una sola vez lo ví pelearse a Lucho, mientras Laura le agarraba la mochila, era una linda pareja, cuando habían fiestas era simpático verlos ahí, me caían muy bien, Laura postulo a la universidad y logro entrar, Lucho no tuvo la misma suerte, estudio alguna carrera corta y tuvo trabajos eventuales que le permitieron comprar un carro al cual puso a taxear, ese negocio le permitió comprarse un auto más pero ese era según sus propias palabras "para recoger a Laura de la facultad", a Laura no le gustaba mucho el modelo del auto, un station wagon del 98, pero no le decía nada a Lucho por no molestarlo, a las pocas semanas Lucho transformó el auto en un irreconocible modelo juvenil, lo pinto de azúl metálico, con lunas polarizadas, le cambio el equipo de sonido, puso una cadena en forma de timón, le cambio los asientos, le puso luz de neo por debajo de carro, el auto rugía como un Ferrari (o algo así) frente a la puerta de la facultad, Laura sonreía porque Lucho le había leído el pensamiento “porque no mejoras el auto mi amor”.
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Los viernes en que solemos ir a un "hueco" cerca de la facultad (ah porque yo también ingrese) Laura me pasaba la voz para ir con un grupo de amigos a tomarnos unas cervezas, ella tomaba poco, detestaba el amargo sabor de la cerveza, pero tomaba por cumplir con sus amigas, Laura en época de verano iba a la universidad con un jean que dejaba a la imaginación su precioso cuerpo, su polo dejaba ver brevemente su cintura y por ende su barriga plana y firme, su detallado tatuaje en la parte de atrás en la espalda, su cabello lacio era movido por el viento como cómplice de su coquetería y su poco maquillaje la hacían verse radiante y bella, “prefiero bailar contigo” me decía cada vez que sus amigos ya estaban ebriamente insoportables, siempre a las 7 sonaba su celular con un timbrado característico, tomaba su cartera, agarraba sus cuadernos y salía para encontrarse con Luís, a pesar de que sus amigas le suplicaban y hacían tremendo escándalo para que no se vaya, ella no se inmutaba, ni daba excusas, ni nada, tan solo salía, sus amigos se despedían con cierta coquetería pero ella no les importaba, a mi me daba cierto malestar ver como le metían la cara a Laura como si se tratase de cualquier mujerzuela “No te preocupes tío… Laura es mi bendición” confiaba ciegamente Luís.
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Sin embargo llego el día que dejo de salir el sol en el 4 y 2 piso, Laura terminó la universidad y entro a trabajar a un hospital, Luís había hecho empresa con los taxis y ya tenia un carro del año, cada vez que subía a mi 5to piso, los veía en el tercero (porque ahí siempre se juntaban para conversar, para besarse, para amarse) estaban algo distanciados, al parecer el amor se fue…
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Al poco tiempo los chicos de barrio nos juntamos a pelotear como todos los sábados, Lucho siempre iba con Laura y con las otras chicas nos hacían barra, pero esa vez no llego Laura, cabizbajo se sentó a mi lado, me miro y sonrió “¿estas bien tío?”, un silencio triste, una respiración sostenida, la voz entre cortada “no, no estoy bien”, me pidió que lo acompañase a comprar cervezas, su anda parco y la mirada clavada en la vereda, parecía suplicar que no sea cierto…
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Había terminado con Laura hacia ya un año, Laura se enamoro de un medico, estaba de novia y pronto a casarse, fue tan rápido, tan fugaz. “estas cosas del amor, no las entiendo brother… por favor que alguien me diga… como entiendo esto”. Lucho me contó que ese día que los ví trataba de regresar, pero lo único que le ofrecía ella era su amistad “y todo este tiempo juntos ¿Qué?...”, “Solo será un grato, pero muy grato recuerdo tuyo Luís”, “Entonces… hasta mañana…”, “si es que la hay…”.
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Laura se caso un año después, tuvo una bebe, sin embargo su esposo, le fue infiel, era un medico destacado, salía en la televisión y se descubrió un romance con una conocida vedette, fue a dictar un seminario en Madrid, pero el avión se precipito a tierra victima de un atentado terrorista. Lucho estaba de novio con una chica que siempre quizo estar con el, “mi cariño hacia ella están ahí… pero no se si habrá un hasta mañana…” le decía Luís en un correo electrónico a Laura, ella le respondió “¿y si la hay?...”

lunes, septiembre 11, 2006

Una cita muy a ciegas

Yolanda, es (lamentablemente) una chica muy linda para la variedad de gustos y exquisiteces propias de su edad, pero sin embargo a Manuel le parece dulce y tierna, Rodolfo siempre le dice que esa una niña boba, con cara de angelito, que pretender tener todo pero que no tiene nada.
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Pero Manuel cerrado en su necedad piensa que no seria nada malo salir con Yolanda, al fin y al cabo no perdería nada, sabia que este sábado tendría el quinceañero para acercarse más a ella, conversar, tratarla y porque no convencerla de salir con él, pero a sus 15 años las cosas no son nada fáciles y mucho menos en un quince, repleto de jovencitas, muchas de ellos con acompañantes de 17 años, (situación mucho más difícil todavia porque no quiere ser el hazme reír de todos), Manuel algo desanimado piensa que son muchas trabas para su corta edad, pero si no arriesga no sabrá nunca si querrá salir con él... y si le dice que no pues el roche solo sería por un momento, pero si la gente lo encasilla con este roche, estará de por vida con ese estigma.
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El lugar no estaba lleno, por lo general los adolescentes suelen entrar después de la ceremonia, les importa un carajo si el papá la presenta en sociedad a la festejada, lo importante es saber cuantas cajas de cervezas hay y que habrá de comer, que la música este buena y que le permitan fumar a los que tienen 15 o 16, Manuel sin embargo entra presuroso al salón de recepciones, Rodolfo solo sonríe sin decirle nada, casi siempre le aguanta alguna tontería, -Compremos cerveza en lata y unos cigarros, por la puras hemos venido tan temprano- Manuel no ve a Yolanda en el salón y prefiere hacerle caso a Rodolfo, hacen hora con dos latas de cerveza y fumando, masticando chicle y hablando de Micaela (la quinceañera), siendo una hora prudente regresan cuando la fiesta empezaba con su primer baile, una salsa sensual de Eddie Santiago, inauguraba aquella costosa celebración Lucia ve a Manuel, le sonríe y lo toma del brazo como para no perderlo -Estas churro, así se te ve mejor vez- empiezan a bailar, Manuel detesta bailar con Lucia salsa, siempre lo termina pisado, prefiere bailar reggae porque tiene más ritmo.
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Rodolfo le hace una señal a Manuel, Yolanda acababa de entrar, un silencio irrumpió en el salón para dar paso a la chica (porque no de sus sueños), un sencillo arreglo en el cabello, negro, lacio, ¿lacio?... ¿se lacio el cabello?... bueno… era Yolanda y para Manuel todo lo que tenga aquella chica de quince años siempre será lindo, glamoroso, bello, estaba con un vestido color perla de seda una pañoleta de tul del mismo color, los labios pintados de un color suave, poco polvo en el rostro y nada de maquillaje, un escote hasta la mitad de la espalda, con unos pasadores que amoldaban el vestido a su pre-desarrollado cuerpo, dejaba ver sus caderas y ese atrevido escote que hacia lucir sus (eso si) desarrollados senos, las miradas de las chicas con cierta envidia, el deseo poco conservador de los chicos y la cara de bobo de Manuel, ponían a Yolanda sobre un pedestal, ella lo percibía con cierto orgullo, sabía exactamente lo que valía, sabía que los chicos del colegio Soyer iban hasta el Chalet para verla, es cierto Manuel estaba ahí al toque de campana, ella sabía que fiesta a la que iba, fiesta que se llenaba.
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Yolanda entra de la mano de un cadete de Leoncio Prado, las chicas la envidian más y los chicos planifican, quizás, una bronca, mientras tanto ella altiva, oronda, engreída, hace su paso magistral, saluda a la quinceañera y otras chicas -se te adelantaron causa-.
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Trascurriendo la fiesta, Giancarlo (el cadete) al parecer el encierro no le cae muy bien, se pasa de copas y se pone a bailar el casachok, las chicas celebran estúpidamente el contorcionismo de esta suerte de ruso andino, termina sentado de borracho y la pobre de Yolanda se tapa la cara avergonzada de su acompañante, Manuel se acerca dispuesto a suplantar al tataranieto de Bolognesi, -De donde lo sacaste- pregunta algo incomodo y timido -es un estúpido como me ha podido hacer esto a mi- reclama contrariada.
- Ya déjalo, es muy poco para ti.
- Por supuesto… ay estoy segura que el chico ideal para mi aún no nace.
- Derrepente si… solo que no has buscado bien
(iba perdiendo la timidez)
- Mira, se que te gusto ya pero no quiero que te hagas ilusiones, después de esto ni más, es un problema vivir en un distrito como este, es mas… un país como este…
- mmm… y que país te gustaría vivir?
- Ay no se… Estado Unidos por ejemplo, allá si hay cultura, los chicos son lindos, son guapos, tienen plata, tienen carro, no toman taxi, no ensucian las calles, todos son blancos…
- Pero tu no eres blanca… eres… caucásica
- Oye que te pasa, no me insultes… que no te he dado confianza
- Caucásica es un tipo de piel… y no es un insulto
(burra… Manuel parecía perder la paciencia)
- De todas maneras a mi me hablas con respeto, así nomás no hablo con Soyerinos, así que date por honrado, siempre dándote tu lugar…
- Cual es mi lugar?
- El único… tu y yo somos diferentes, así que no te ofendas ya, pero estoy acostumbrada a que solo se me acerquen chicos, altos, blancos, guapos y bien parecidos, el hecho que te pongas corbata y saco no te hace igual que yo.
- Menos mal
- A que te refieres?
- Que felizmente no somos iguales, porque si yo estuviera en tu “condición” te por seguro de que no me fijaría en ti
- Oye que te pasa… tu sabes cuantos chicos quieren estar conmigo… tu nunca estarás con nadie ya veras…
- ¿Contando los que tienen vendas en los ojos y solo miran tus pechos idiotizados?... de seguro son muchos
- Vez que eres un malcriado, pero hoy estoy de buen animo, así que te voy aceptar las disculpas
- Como?... cuales disculpas… pucha si… de verdad que tu no eres de este mundo, eres extraña, aburrida y atorrante… y eso que tengo más calificativos… pero con eso me basta y sobra… te crees algo que no eres, y te falta mucho para ser una verdadera mujer, aprende a gatear primero antes de mostrar tus pechos… chibola atorrante.
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La gente comenzó a observar el incidente, Rodolfo miro sonriente, las chicas esperaban alguna reacción de Yolanda, el cadete se sobre puso, Yolanda respondió…
- Jamás en mi vida me habían dicho estas cosas (dijo irritada)
- Siempre hay una primera vez… ese es tu problema, quieres escuchar lo que quieres y no lo que debes.
- Eres un estúpido no sabes quien soy yo
- Si se quien eres, eres la niña mas inmadura, incapaz, incoherente, atorrante, que ningún chico quisiera conocer.

Rodolfo se acerco, la miro y tomo del hombro a Manuel -hasta que alguien se lo dijo-, Yolanda empezó a lagrimear, haciéndose la fuerte, un chico le dijo -Eso te pasa por creída- una chica se acerco, -creíste que todos los chicos morían por ti, huachafa-, el cadete se le acerco, -¿no me dijiste que todos se morían por ti?- y todos rieron a carcajadas.
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Años después la volvió a ver, empujaba un cochecito con un bebe sin padre, estaba gorda, demacrada, con aquellos pechos victima de la gravedad, la saludo… ella miró con envidia a su enamorada.

jueves, septiembre 07, 2006

Durmiendo con Bayly

Eran un cuarto para las diez, Arturo acaba de preparase una taza de café cargado, un pan con jamón y queso recién sacado del microondas, acomoda su almohada en la cabecera de su cama, tira las cosas que estorban en ella, prende la televisión, aún están dando comerciales, se pone las zapatillas arrinconadas debajo de la cama y sale a comprar una cajetilla de cigarros, corre de inmediato hacia su departamento, la música que también es del soundtrack de Oceans Eleven y que le da cierto toque de hurto fino, para Arturo describe el perfil del protagonista, la imagen contrapicada del hombre de terno en la pantalla muestra el intro de un programa de entrevistas.
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Siendo la 10 con 02 minutos Jaime Bayly el conductor del programa político en Lima aparece en las pantallas
- Buenas noches soy Jaime Bayly y este es el francotirador.
Arturo saborea un poco de café, el pan con jamón y queso se a puesto medio duro así que en los comerciales tendrá que volverlo a calentar.
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Bayly inicia su programa con algún comentario que arranca leves risas de su diminuto auditorio, juega con Ximena (su productora del cual Arturo esta enamorado a pesar que nunca la ha visto y detesta que Bayly le diga “estas fuerte esta noche Xime”) resume su programa en cuestión de segundos, cuenta a quien tendrá como invitado y lo que Ximena a preparado “malévolamente” para hoy, manda a comerciales y Arturo sabe que Bayly tiene muchos auspiciadotes y se demora en volver, así que piensa prepararse un pan más, al fin y al cabo “la noche es virgen”.
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Bayly regresa con la misma imagen con que se fue, la contrapicada, pero esta vez con alguien más, es un político, un congresista recientemente electo, Bayly empieza lo que será su conejillo de indias, su experimento intelectual de la noche, empieza suave, tranquilo, sin desesperarse, de pronto el padre de la patria dice algo que Jaime lo toma como doble sentido, el camarógrafo tiene la inoportuna toma de ver como Bayly mira a Ximena como mofándose del inocente congresista, el público ríe y Arturo también.
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Sabe Arturo que para ver a Bayly hay que tener los ojos bien abiertos, los oídos bien limpios y la mente rápida para entender la gracia, lleva años viendo a Jaime, desde que lo vió como comentarista durante el mundial de Italia 90, luego en sus programas a las 11 de la noche, en todas sus ediciones y en todos los canales, a leído y releído todos sus libros, bueno le faltara alguno, solo tiene que juntar algo de dinero para comprarlo.
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El político esta rojo en la pantalla, Bayly le ha dicho algo, Jaime repite (hasta el cansancio) su bisexualidad, habla de cojones, maricones y fusilamiento, lo ha puesto en aprietos al congresista, da la impresión de que quiere que la tierra lo tragase, el francotirador parece darse cuenta que este político no podría llegar al tercer bloque, además es un tío bastante aburrido y limitado, en otras palabras, lo ha hecho mierda, despide el bloque agradeciéndole su presencia, manda a comerciales y anuncia que tendrá un microondas con la primera vicepresidenta del gobierno entrante.
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Arturo zippea por algunos canales y solo hay notas en los programas dominicales con cierto jolgorio y gracia, Vanesa lo llama
- Estas viendo a Jaime, lo hizo puré al corrupto ese
- Es un grandísimo... ¿que milagro lo estas viendo?
- Ay, me tienes hasta el cogote con que el francotirador dijo esto, que el francotirador dijo aquello... quería ver pues.
- Hummm... y porque no te vienes y lo vemos juntos, aprovecha sus comerciales que son una eternidad.
- Bueno voy corriendo

Mientras tocan la puerta Bayly regresa, Vanesa entra casi sin saludar a Arturo y se tumba en la cama y sube el volumen, Jaime entra en contacto con la vicepresidenta.
- Bayly esta aburrido con esa tía... (decia Arturo)
- ¿Cómo lo sabes? (cuestionaba Vanessa)
- No sé... duermo con él... ya lo conozco.
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Vanessa lo mira sorprendida, él sonríe mientras Bayly le pregunta por el color del pelo de la vicepresidenta, Vanessa lo mira como si Arturo supiera que eso iba a pasar, la incomodidad de la vice se deja notar en sus palabras ante la despedida de Bayly “gracias Jaime, espero que la próxima podamos conversar de mis proyectos para Arequipa”, Vanesa suelta un uy! candelero... “Claro, más bien (se defiende Bayly) que piensas hacer en Arequipa”, la gente en estudio ríe, la vice se muestra agresiva y picona ante el conductor.
- No eres una persona normal, eres irreverente, malcriado, pero...
- ¿Porque no soy normal?... ¿porque no me pinto el pelo?
(se pone sarcástico y divertido)
- Dios te va saber comprender... tu madre me lo va agradecer. (basura susurra Vanesa)
Bayly sonríe y despide a la señora, “¿de qué hemos hablado con esta señora Xime porfavor?... ¿para que la hemos llamado?... ¿Quién es ella? Por el amor de Dios”
Nosotros reímos como el público también, Bayly sabe que no perderá, al fin y al cabo a él le va a llegar altamente... el programa llega su fin... se despide hasta el otro domingo...
Vanesa, muerde un pedazo del pan de Arturo
- Como sabes tanto de Bayly... (se incomoda Vanessa)
- No sé...
- Cuéntame pues
(insiste Vanessa)
- Duermo con él ya te dije...
Ella lo mira más sorprendida que la primera vez.
- Como que duermes con él
- Si... quieres verlo

Ella se sorprende mientras él saca un libro de bajo de su cama, “Los últimos días de La Prensa”, abre un capitulo, lo lee antes de dormir.
- Me encanta ese tipo, su manera de escribir, es... ufff... (Suspira Vanesa)
- ¿Podría ser tu Jaime Bayly esta noche? (coquetea Arturo)
- No... jamás podrás ser como él... te prefiero así como eres... dejemos a Bayly con Corbancho y nosotros seamos... Balbicito y yo...
- ¿Patty?
- No... seré... Paloma... ¿juegas?

Esa noche Arturo no durmió con Bayly.

Se te ve mejor cuando sonries...

La tía Rosa hubiera sido una buena madre, definitivamente es una mujer que muy pocos hombres o más bien pocos sobrinos podría tener, la tía Rosa era madrina de bautizo de Víctor, él la quería mucho, siempre pensó en algún momento que ella debió haber sido su madre si no fuese porque perdió, por decirlo así, por una puesta de mano, era una tía preocupada por él, estaba siempre al pendiente, constantemente orgullosa de él, la única vez que la vio irritada fue cuando Víctor dejo la universidad o mas bien se dejo llevar por las juergas y la dejadez, la tía Rosa había pedido que no sea matriculado otra vez y se dedique a buscar trabajo, pero ella siempre lo apoyo en todo.
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Un tiempo cuando Víctor logro recuperar la confianza en casa y volvió a la universidad y con varios ciclos sin desaprobar, su tía se fue alejando poco a poco, comenzó a comportarse de manera extraña e inmadura, la tía Rosa se había enamorado, o más bien eso le parecía a él y a su hermana Sue, ellos se daban cuenta de los síntomas de la tía Rosa porque eran muchachos y sabían que significaba enamorarse o interesarse por alguien, la tía Rosa ya no era la misma y se le extrañaba como era antes, como los días de semana a eso de las 6 o 7 de la noche llegaba para tomarse el lonche con la mama de Víctor, o quedaba para ir al Ripley o al Metro hacer compras a carrito lleno, compraba chocolates, galletas, chizitos, gaseosas, yogures, arroz, leche, azúcar, en fin todo para la semana pero se fue dejando esa rutina que cuestionaba a la mama de Víctor.
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Cuando el abuelo Rogelio murió, la tía Rosa se sumergió en una profunda depresión que ni Víctor, ni Sue con sus bromas y vacilaciones podrían alegrarle la vida, parecía que las ganas de vivir de la tía Rosa se habían ido con la memoria del abuelo, la tía quien también era profesora asimiló de a pocos la falta de su padre, pero continuo alejándose, ya no sonreía como antes.Cuando Víctor estuvo en una época buscando trabajo y la desesperación se le notaba en los ojos, la tía Rosa, su madrina de bautizo, la madre sustituta de Víctor, le envió un mensaje al celular “Se te ve mejor cuando sonríes, no dejes que los problemas te abrumen”, Víctor pensaba... “No tía, no soy yo... hay algo que se perdió en ti, como sonreír si parece que hubiéramos perdido confianza, como sonreír si ya no eres tu, como puedo sonreír si pienso en mi familia desunida, esto no quería el abuelo, como sonreír si no tengo trabajo, como sonreír si yo también estoy triste por el abuelito, como sonreír si estas con un tipo que no conocemos y que nos dolería mas si te hace daño, como sonreír si a veces la abuela se queda sola y se queda con el recuerdo de mi abuelo, como sonreír... hace mucho que ya no lo hago... algún día será”...

martes, septiembre 05, 2006

La Pequeña Luz

Antes de encontrarla, su vida era, podría decirse como los inicios de la creación, no había luz, todo era tiniebla, y pensó en un momento ¿cuándo se hará la luz?... algo difícil y por momentos lejanos...
- Jugaremos pelota más tarde te busco pues (le decía Diego a Sebastián)
- Ya pasas por mi casa
Sebastián había tenido romances poco afortunados por aquellos años y en cierto modo sabía que algún día llegaría ese alguien que lo llene de por sí completamente.
- Verónica me preguntó por ti la otra vez (le comentaba Diego, su mejor amigo de Sebastián al termino del partido) dice que tiene una fiesta el sábado de su promoción y quiere que vayas
- Ay, si claro como no... se hace a la tercia cuando me ve... yo no le he hecho nada no sé porque se comporta como una niña... no me interesa ir a su fiestecita esa.
- Esta templada brother.
- Y tu sabes que yo no ¿verdad?
- Porque te molesta tanto Verónica... es una chica muy linda
- Rodrigo si a ti te interesa es cosa tuya
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Verónica estudiaba en un colegio en Surco, relativamente era algo popular, había muchos chicos que querían estar con ella, pero moría por Sebastián, era una chica educada, de su casa, amiguera, iba a misa, un ángel, pero Sebastián era de esos tipos que ni la fibra más liviana de sensibilidad podría ser movida por un poco de encanto de una adolescente enamorada.
- ¿Vamos por la plaza más tarde?
- Si le vas hacer corralito a Verónica conmigo...
- Si si si, ya sé “que contigo no cuente”
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Mientras iban de camino hacia la plaza que quedaba frente a una iglesia, entre broma y broma Rodrigo y Sebastián se encontraron con Roberto y Leonel, quienes iban apurados hacia el mismo lugar.
- Hey par de cabrones, ¿adonde van tan apurados como maricuecas? (insulto Rodrigo)
- Cual cabrones... (amenazaba Roberto)
- No veo a nadie más (y rieron)
- Si para ti el teatro es una mariconada entonces no sabes absolutamente de arte (decía Leonel)
- ¿Teatro? ¿Dónde? (preguntó intrigado Sebastián)
- En la iglesia sopenco, estamos en un taller de teatro
(decía Roberto)
- Desde cuando aceptan maricones en teatro (insistía Rodrigo)
- Te crees pendejo ¿no? (volvió amenazar Roberto)
- Ya ya déjense de cojudeces, ¿y porque se han metido ahí? (consulto Sebastián)
- La verdad es que hay chicas, muchas chicas y hay una que otra que no esta mal.
(saboreaba con cierta picardía Leonel)
- ¿Desde cuando les gusta las mujeres? (insistía Rodrigo)
- Carajo ya no... (se incomodo Sebastián) ¿y podemos entrar a verlos ensayar?
- Si claro, vayan si quieren nosotros ya nos vamos porque estamos con la hora.
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Rodrigo miró con cierta incomodidad a Sebastián y él se sintió movido por alguna extraña fuerza que lo invitaba a ir, no sabía a ciencia cierta porque de un momento a otro ir a ver una obra para semana santa, pero tenia que ir, mas que por las chicas quería ver.
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La entrada al auditorio estaba entre abierta una música de Camilo Sesto acompañaba un sequito de jovenzuelos que danzaban al mismo estilo romano sobre la loza fría, con firmeza, ritmo y estilo, las muchachas contorneaban sus delicados cuerpos pensando en la puesta en escena como si se tratase de Broadway y el empeño en sus movimientos o más bien en su movimiento... un ángel se diferenciaba de entre todos, con luz propia, con garbo, estilo timidez, sencillez, como no queriendo que la descubran de que cayo hace poco del edén, en una imagen perpetua, personal, dejaron de moverse los demás para que en los ojos de Sebastián dance tan solo ella como diciendo “me viste", una voz interrumpió aquella alucinación para pedirle permiso, la puerta se abrió en par para mostrarlo de cuerpo entero ante aquellos danzantes y aquel “buscas a alguien” tan inoportuno, tan cargoso... “podrías cerrar la puerta” hacia parecer que el romano, el cónsul de esa danza había perdido todo derecho sobre el territorio de sus ojos.Los días interdiarios se hicieron más asiduos, el teatro o había sido acaso ella el máximo interés por el teatro, Sebastián empezó a frecuentarla al poco tiempo después, aquel ángel se había vuelto terrenal para enamorase del terrenal y vivir una corta química... aquella luz había encendido en el reacio corazón de Sebastián... al poco tiempo, el ángel tuvo que partir... y la luz, mantuvo su mecha encendida para cuando vuelva... como dice en la biblia, que esperaron con la lámpara encendida para atravesar esa luz que no deja de flamear...

lunes, septiembre 04, 2006

Un momento de soledad

Rubén caminaba por la avenida Arequipa con cierta preocupación, lo anecdótico era haber tropezado varias veces con las veredas mal hechas de Lima, la capital, su andar nunca fue con garbo, detestaba caminar derecho, aunque en esa ocasión lo tuvo que hacer porque un fuerte dolor en la espalda le impedía caminar con algo de relajo.
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Con mochila al hombro, el discman se mantenía prendido en una canción de Vico C, entra a una tienda compra una cajetilla de cigarros, una barra de caramelos mentolados, prosigue su camino y camina hacia un hotel en el corazón de Lince, pide una habitación barata, la chica lo mira con cierta molestia y le pregunta:
- Viene solo
- Si… (respondió con aire de importancia) ¿Porque?...
- No por nada
- ¿Sueles preguntarle a la gente para que viene a un hotel?
- No, disculpe si le molesto.
- No lo vuelvas hacer. (dice algo enfadado)
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Le entrega las llaves del cuarto con el control remoto, entra al ascensor mientras la recepcionista murmuraba algo entre dientes, entra a la habitación, cierra con llave, tira la mochila, prende la televisión, entra al baño se moja la cara, se tumba en la cama y llama a recepción.
- ¿Puedo hacer una llamada? (pregunta)
- Si como no (le contesto una voz varonil al otro lado de la línea) le doy retorno.
Después de unos segundos escucho el tono de llamada, llama a Matías, el teléfono sonaba, nadie contestaba (contesta…) decía mientras prendía un cigarro, el sistema de mensaje de voz contesto.
- Deje su mensaje después del tono…
- Matías soy Rubén llámame es urgente…
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Cuelga y se acomoda en la gran cama, suave y enorme, pone el canal de circuito privado, mira por algunos minutos la orgía que mostraban en la televisión y lo cambia por aburrimiento, recordó que en alguna oportunidad Carola, su enamorada, le pedía que no viera eso.
- ¿Que tiene de malo tu eres mi pareja no?
- Me da asco (decìa con incomodidad)
Ese día a él también le dio asco, por algún motivo no quería ver porno, no se sentía con ganas de ver y tener sexo, pasajeramente pensaba en Carola, en su cuerpo desnudo, suave, blanco, terso, es esa cama mudo testigo de alguna noche de placer y lujuria junto con ella -amo hacerle el amor a Carola- le decía a Matías una noche de borrachera.
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Pero su presencia en aquel hotel no era de intención sexual, los problemas universitarios se volvieron más agudos, el difícil mundo en la calle, laboralmente hablando, no era esperanzador, los problemas con su madre se hicieron cotidianamente insoportables, la tolerancia y la paciencia se habían terminado por completo y por si fuera poco su padre se encontraba lejos pues solo comunicarse por teléfono no le servía de mucho, miraba por la ventana blindada del hotel, los transeúntes que pasaban, a los adolescentes salir de los institutos cercanos, a la señora apurada en servir las hamburguesas al paso, a las combis compitiendo en la estrecha avenida Arequipa, a las parejas entrando asolapados a los hostales vecinos, hubiera querido estar con alguien para no sentirse solo y prevenirlo de terminar con su mala suerte, de haberle fallado a mucha gente, de ser un inútil en su casa, de haber consumido cocaína, de haber llegado ebrio al quince de Carola, de haberle sido infiel, de no conservar su trabajo, de haber peleado con su madre, de envidiar a su hermano, de no reconciliarse con el abuelo, de no cuidarlo en su alzheimer, de no haber sido un buen hijo, de no asumir las cosas como hombre de la casa, de guardar celosamente hojas de marihuana, de fumárselas en un momento de stress, de no ser alguien, de sentirse solo, de ser tan cobarde, de ser a veces nadie.
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Al rato reviso el celular, había una llamada perdida, busco en su mensajera de voz, era su padre.
- Hola hijo, te estuve llamando… quiero saber como estas… estoy preocupado por ti, como vas con tu mamá… llámame… cuando llegues por favor… te quiero mucho…
Rubén lloro esa noche, Matías no llamo, Carola le timbro un par de veces, se arrepintió de estar ahí.