viernes, febrero 09, 2007

La Puta Enamorada

A cierta edad te dan ciertas curiosidades, como… como será tu primera borrachera, que sentirás al besar a una niña, como controlar una eyaculación precoz, como será tu primera relación sexual, etcétera.
<<0>>
A cierta edad descubrirse sexualmente es todo un dilema, de por si primero lo ataca esa gran sensación de que vas hacer, como debes hacer, con quien lo vas hacer, por donde se tiene que hacer, en fin, siempre será un dilema.
<<0>>
Había hecho algunos cachuelos por ahí y había juntado un dinero para estudiar algo a penas salga del colegio y mientras no tenia nada claro me pasaba la tarde jugando fulbito con los chicos del barrio hablando cojudéz y media, en su mayoría solían alardear de su dotes de precoces amantes en las lides del sexo, lo que si era seguro que ninguno de nosotros siquiera había visto una película porno.
<<0>>
En nuestras conversaciones aparte de fútbol, de Julianita, de Alicia, de Giovanna, de Mónica, de Guadalupe, de la nueva vecina, de la fiesta de pre promo, también tocábamos en tema del sexo, todos opinaban según lo que sabían, pero nadie se atrevió hablar de su primera vez, en pocas palabras que se iba hablar si nadie había llegado al limite “10” de nuestras vidas (argot algo futbolístico que utilizábamos) un silencio sepulcral abordo esa mini reunión de quinceañeros que en silencio y mentalmente se propusieron llegar a ser el 10 del barrio.
<<0>>
Había llamado con anterioridad a una chica que se denomino “Marbella” me dio la dirección de su asolapado “nidito de amor”, en el bus venia pensando en no ir pero luego pensaba en que me arrepentiría de no haberlo hecho, pues en mi inmadurez me decía “que van a decir mis amigos”, podría mentirles claro, pero se que me preguntarían detalles, momentos, acciones, efectos y por supuesto la dirección, así que “Marbellita… espérame”.
<<0>>
Llegué a un edificio, en el cuarto piso se efectuaría la transacción amatoria, toque la apolillada puerta y una jovencita me abrió la puerta “hola mi amor, porque tardaste tanto” con ojos saltones solo atine a decirle “es que el bus demoró” me sonrió, tomo mi mano y me jalo hacia una sala en la que las cortinas estaban cerradas, un saturado olor a perfume y aerosol se confundía, una gran cortina dividía desde el techo hasta el piso lo que seria la sala, dando un aspecto de sala de espera, la chiquilla que no pasaría de los 17 me dijo que esperara, entro a través de la enorme cortina, escuche que acomodaba unas cosas, “ven papacito” y entre a lo que si seria la sala, pero en la que había una vulgar cama de resortes, una despintada mesa de noche, un cenicero con un cerillo encendido, “tienes que pagar por adelantado” me decía mientras se quitaba el polo rosado y dejaba ver sus diminutos pechos “tu eres Marbella” pregunte con una extraña voz grave “por supuesto mi amor, yo soy tu Marbellita golosa” decía poco convencida, definitivamente ella no era Marbella y no quería ser estafado, esa voz no fue la del teléfono pero como saberlo, pedir una señal en ese momento no me caería mal cuando en ese momento un fuerte gemido varonil provenía del cuarto contiguo, un portazo abrupto y la voz del teléfono se hizo presente “estúpido! lárgate de aquí animal, paga primero antes de aplicarme mañoso de porquería”, la chica se volvió a vestir y salio a ver que pasaba “¿que sucedió?”, “este hijo de puta quería darme por atrás y esta misio, cóbrale primero ah”, “si eso ya le dije… pero quiere contigo”, una jovencita que tendría unos 20 años entro al cuarto en el que esta sentado, me puse de pie y la salude, era de cabello pintado color oro, de tez trigueña, tenia puesta una bata blanca, la hendidura de sus pechos pecosos se asomaban, estaba descalza y con poco maquillaje, me miró fijamente a los ojos como si tramara algo maquiavélico “hola” dijo y le susurro algo a la falsa Marbella “¿tu eres Marbella?” y extrañamente se sonrojo “si, pero me llamo Marlene” solo le sonreí, me había dado confianza, mira a la otra chica y esta sale del departamento, me había quedado solo con Marlene “quieres tomar algo” y le pedí algo fuerte me miro y sonrió “ven por acá” y me hizo pasar a su habitación, la cama estaba destendida y entro pronto con un vaso con ron y coca cola, lo bebí de golpe, volvió a sonreír me levanto una ceja y se acomodo en la cama, deje el vaso en una mesa cercana “tengo que decirte algo”, “ya se (me interrumpió ella) eres virgen” y sonreí tímidamente “muy pocos chicos vienen solos, por lo general vienen en grupo” me invito a sentarme en la cama, me conversa un poco de ella, alaba mis ojos y mis pestañas, se abre la bata y me enseña sus bien delineados pechos, esas grandes bloques de piel blanca me pusieron nervioso, ella se me acerco meciéndolos coquetamente, “puedes tocarlos” y cogiendo mi mano la puso sobre ellos acariciándolos con lentitud, ella cerraba los ojos fingiendo sentir placer, me arrecosté en la cama y desabotono mi camisa, empezó a desnudarme lentamente, se quito la bata y todo su ser se poso sobre mi, acariciándome despacio, lento y suave, hizo lo que tenia que hacer.
<<0>>
Acariciando mi pecho adormitaba mi doncella, diciéndome ternuras, entre lazaba sus blancas piernas, empezó a reírse nerviosamente “creo que me gustas” dijo sin mirarme a los ojos, sonreí tímido “tu también me gustas” me atreví a decir “pero no serías capáz de dejar esto por mi” y mirándome se estiro hacia la mesa de noche, descolgó el teléfono y apago el celular en forma de ladrillo, volvió a posarse sobre mi, volvió a hacerme el amor… la primera de muchas.

No hay comentarios.: