jueves, marzo 22, 2007

Celos

Para cada pareja es tan difícil afrontar diversas situaciones y si alguno esta de acuerdo conmigo el primer y principal reto en una pareja son los celos, como, cuando y donde empezó, nadie lo sabe, pero ese trago amargo que todos y digo todos, absolutamente todos pasamos por esa etapa, todos sentimos ese sin sabor de tan letal momento y tamaña situación y más aún cuando se esta en una etapa donde no se termina por crecer o más bien se inicia el crecimiento, la adolescencia que más da.
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Bien decía mi abuela que la adolescencia tenia la definición en su nombre y si pues se adolece demasiado, las niñas que conoces suelen ser el primer amor y a su vez el primer desengaño, porque la verdad de la mayonesa es que no son como las pintan, o no son como cuando se pintan.
Cuando estuve en una fiesta de una de las amigas de mi ex, lógicamente ella estaría ahí, y ella también sabia que iría, a pesar de mi negativa en ir termine como siempre convencido y traicionado por mis decisiones, pues le estaba dando en la yema del gusto y eso no podía ser, me habían dicho que salía con un pata, que yo había jugado pelota con él en alguna oportunidad, que lo he visto en fiestas, que baja a la Herradura en verano con su tabla Sunset número 10, que las chicas siempre están detrás de él, como abeja en el panal, que era uno de los chicos más populares, que arma la “chanchita” para el trago corto y que fuma como chino en quiebra, y por más que me trataba de recordar la infinidad de partidos, de mis visitas a la playa, de miles de fiestas no daba con el tipo aquel, al fin y al cabo quería demostrarle a los demás que no me importaba que hacia mi ex, pero muy en el fondo si y eso inquietaba.
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A media cuadra Daniel me ofrece un cigarro, una multitud se aglomera en una bulliciosa casa en donde se llevaba la discoteca casera, miles de jovencitas con diminutos polos y apretados jeans esperan en la puerta en grupo, ríen, se abrazan, disimulan fumar como expertas, algunas con cervezas en lata tomando como veinte añeras, tomadas de la mano de chicos más altos, jugando a ser mujeres -mejor me quito- le dije a Daniel, me había desganado por completo -no seas cabro, medio Chorrillos esta ahí, no me cagues pues- y saco disimuladamente un tronchito mal armado tratándome de animar y camine lentamente hacia la casa que con su estruendo sonoro parecía romper las ventanas.
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La gente del barrio que se había adelantado a tan magno evento, salio a conquistar chicas a la puerta de la casa, algunas sonreían, atrás de ellos salio mi ex, quien miro a ambos lados de la calle y al verme cerca entro a toda prisa, casi instantáneamente sale de la mano del fulano aquel, Daniel me miro como comprendiéndome y me acerque a Chana y le di un sonoro beso en la mejilla -asu que rico besote- dijo y mi ex se empino para abrazarlo, bromee un par de cosas en doble sentido cuando en eso sonó una salsa de esas pegajosas, de aquellas en las que bailas pegadito sin necesidad de hacer vueltas y exhibiciones como si se tratase del festival de salsa en Nueva York, Chana se apega y me deja sentir como su desarrollado y adolescente cuerpo pareciera no adolecer de nada, recuesta su frente sobre mi pecho y empieza a bailar al ritmo de Eddie Santiago, y aunque la canción no iba exactamente con nosotros, nos concentramos en el temita aquel “Tu me haces falta”, -no juegues conmigo- me decía sonriente Chana, sabia que mi ex estaba ahí y que no quería ser participe de una sacada de celos sabatino, Chana no estaba para eso.
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Durante toda la noche mi ex, bailaba tan notoriamente que la gente mi miraba con cierta gracia esperando algún comentario mío, Daniel, Carmela, Chana y yo solo sonreíamos y mi sonrisa ironizada parecía desesperar a mi ya alicaída ex, sentía, después de haberme fumado el porrito que trajo Daniel, que la noche no tenia que ser de ella y que el fulano aquel algún día terminaría su dichosa fama, pensaba que quizás mi ex volvería a mi y trataríamos de resolver nuestros problemas como dos jóvenes medianamente maduros, pero empeoro las cosas.
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En repetidas veces piso a Chana mientras bailábamos y sin pedir disculpas seguia bailoteando, con un cigarro me rozaba tostándome los vellos del brazo, sacudía la espuma del vaso de cerveza con fuerza que provoco a que alguien hiciera algo similar con una botella y cual celebración de haber ganado la formula uno al estilo Schumager esparció la cerveza sobre los bailadores, la gente seguía celebrando, excitada por tan ingeniosa idea.
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Chana parecía perder la paciencia ante tanta perturbación -si no le dices que deje de joderme te juro que no se que hago- me decía una molestísima Chana por los ataques perpetrados por mi ex en el baño -no le hagas caso, al fin y al cabo ella es la que hace el ridículo, tómalo como de quien viene, hagas lo que hagas yo estoy contigo- disimuladamente persuadía a Chana que hiciera algún contraataque y calle de una vez por todas a la inmadura de mi ex.
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Mi ex se acercaba a su grupo que coincidentemente estaba a lado de nosotros y hablaba en voz alta -pucha que la gente bien creída ¿no?, ¿que se creerán?, como si fueran que, paran besuqueándose con cualquiera, que vergüenza, vergüenza ajena siento, y quieren pasársela de finas, de tranquilitas y ahí están… aprovechándose de los exs- decía mi sin que su grupo entendiera a quienes se referían, mientras Chana cruzada de brazos, mirando al techo y moviendo nerviosamente la pierna, parecía que su sangre hervía -¿sabes? esta tarada ex tuya me llego- y mientras Daniel, Carmela y yo esperábamos la bronca del año, se me acerco y abrazándose de mi cuello me beso, las amigas de Chana que a su vez eran del mismo colegio de mi ex, hicieron la bulla que sobre salto a medio mundo, los que bailaban miraban atónitos, la fiesta perdió su importancia, sus amigas le pidieron que ya me dejara respirar, mientras me dejaba consumir por el beso de Chana musicalizada por Smell Like Teen Spirit de Nirvana, el largo beso tuvo su final y sus ojos brillaban más que las luces de colores de la fiesta aquella, Chana se dio vuelta, miro a mi ex y le propino una bofetada que la hizo tambalear, se escabullo entre la gente para llegar al baño mientras Carmela la siguió, Daniel miraba como si lo que acababa de ver no podia ser cierto, tenia la botella de cerveza en mano, mientras esperaba que terminara mi ronda, yo miraba irónicamente a mi ex, que se reponía de su merecido, se acerco y golpeo mi brazo derramándome la cerveza sobre el polo, sin inmutarme, ni moverme la seguí mirando, rompió en llanto y salio de la casa.
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Días después trate de comunicarme con Chana, no recibí noticias de ella, hasta que le encontré en otra fiesta, estaba linda y trate de acercarme a ella, conversamos de esa noche -esa noche fue tuya ¿no?- me dijo, pero no logre conquistarla, no quería volver a golpear a nadie.
Y mi ex, pues… es mi ex… y punto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr. Quintana primeramente dejeme felicitarlo, escribe bastante bien. Hace mucho que no lo leia y sabe? me identifico mucho con muchas de sus historias porque me pasa precisamente lo mismo que al author. Sigue enamorandonos con tu derroche de talento y jamas dejes de escribir.