lunes, septiembre 24, 2007

Te deseo infiel

La hermana de Anahí, Bertha, se casa, me ha invitado al evento más importante que le puede ocurrir a una mujer después de sus quince años, esta contenta y yo extrañado pues Anahí no me ha invitado... bueno era lógico por dos cosas, Bertha es la novia y ella misma, ha ido hasta mi trabajo y ha dejado su parte matrimonial, es decir cuento con su consentimiento para ir a su boda, por otro lado Anahí no me invitó porque supongo que no quiere verme ahí y no es porque este enfadada conmigo sino, porque... soy su amante.
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Anahí lleva tiempo viéndome a escondidas, Bertha ni siquiera sospecha que su hermana se pierde conmigo y es sabido en su familia que tiene un novio consentido, Bertha me quiere como a un hermano, jamás se le ocurriría pensar que este hermano postizo mantiene una encerrona "incestuosa" con su hermana.
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Durante la semana previa a la boda trate de comunicarme con Anahí, ella no me contesta y pienso que es porque anda con los mil y un detalles que conlleva realizar un matrimonio, la imagino andando con su hermana por todas las galerías y tiendas de ropa buscando el vestido que vaya de acuerdo con los zapatos y la cartera, y los aretes que hagan juego con no se que.
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Un correo de Bertha que me re invita a la ceremonia y la suplica de mi asistencia, yo le respondo confirmándole mi presencia, falta pocos días y tendré que desempolvar el terno negro, lo mando a la lavandería y salgo de compras en busca de una camisa que me entalle, una corbata elegante y unos zapatos de suela de goma para no resbalar.
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- Hola (me dice Anahí por teléfono)
- Hola, ¿como estas? ¿Qué ha sido de ti?
- Bien ultimando detalles con lo de mi hermana, tu sabes.
- Si me lo imagine ¿y que tal esta quedando todo?
- Bien todo bien felizmente… quería pedirte un favor y espero me sepas comprender.
- Claro… como siempre, que sucede.
- No lo tomes a mal ya pero… no quiero que vayas a la boda.
- Aja, entiendo.
- Tu sabes, va a estar ahí toda mi familia y bueno.
- Si, si… te entiendo perfectamente, pero tu hermana me ha dado una invitación y no me gustaría defraudarla.
- ¿! Eso hizo!?
- Bueno si
Un prolongado silencio y se despide con un beso y un “me haces falta” que me reflejaba todo su afecto, amor y deseo por mi.
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Bertha me llama al día siguiente al trabajo recriminándome que porque no podía ir, solo atine a decirle que asuntos de trabajo y ella se burlo.

- jajaja no saben mentir, Anahí dice que tu hijo esta enfermo y que no podrás ir por eso, ¿Por qué conspiran contra mi boda?.

Trate de mantener la mentira pero no pude, quizás con la intención de que sepa de que iría a su dichosa boda con tal de ver a su hermana.
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Bertha me vuelve a llamar desde la peluquería, se esta haciendo un peinado para la noche, faltan pocas horas y estoy dispuesto a ir, al fin y al cabo Anahí sabe que es por ella que voy.
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Llego tarde a la iglesia, los novios están frente al sacerdote, busco donde sentarme, Anahí me ve a lo lejos en el otro extremo del templo, me sonríe y me hace una mueca por la hora, toma del brazo a alguien que esta a su lado, a quien no distingo, pero lógicamente se que se trata de su enamorado.
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La ceremonia es emotiva, los familiares de los novios se toman las fotos de rigor, Bertha me ve a lo lejos y me llama para que acompañe en la foto, saco el celular y finjo una llamada urgente evitando así la placa fotográfica.
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Anahí sigue tomada del brazo de su enamorado, lo toma de la mano y salen juntos tirando arroz a los novios que avanzan hacia la limosina, Anahí me mira de reojo, sabe y siente que la estoy mirando, enciendo un cigarro, Anahí me mira de vez en cuando, cada vez que su enamorado deja de hablarle o tira entusiasta el arroz empuñado en la mano, le habla algo al oído, ella sonríe sin inmutarse, le da un beso en la mejilla, le demuestra que lo quiere, su madre se acerca a ellos junto con otras señoras que me imagino son sus parientes, Anahí las saluda y las abraza como si no se vieran de tiempo, saludan al enamorado que se ve acorralado porque la familia quiere ver a Anahí vestida de blanco, ella sonríe, acepta el comentario que más parece una broma, su madre dice que muy pronto sucederá, su padre le ofrece un cigarro a su posible yerno quien no acepta… la limosina parte, los familiares se disponen a abordar sus respectivos autos, otros van en taxi, Anahí me mira de reojo, sube al auto de su enamorado, su padre y su madre van con ellos, me mira, sabe que voy a ir a la recepción.
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Enciendo el auto, la radio se enciende al instante y manejo con la parsimonia de planificar como sacarla de ahí, esa noche estaba linda, esa noche la deseaba, con un vestido de gala escotado en la espalda, un sencillo arreglo en el pelo, su piel morena brillaba como bronceada, un maquillaje ligero no muy recargado y su manera de actuar sin inmutarse, parecía mostrar que prefería ser así, sin que le importase el resto pues yo era un invitado más, sabia que cuando nos encontrábamos solo éramos ella y yo, encerrados literalmente en nuestro mundo y a pesar de tener los celos incrustados en la mente la prefería así, la prefería infiel, jugando a ser sutíl e inofensiva, pero en nuestra intimidad era tierna y salvaje, guerra y paz, ángel y demonio.
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Llego a la recepción, en la puerta dos vigilantes que buscan mi nombre en la lista de invitados, me hacen pasar, enciendo otro cigarro, busco una mesa preparada para los comensales, cinco tenedores, varias copas y platos, un champagne en su hielera a medio destapar, una botella de vino, un arreglo floral, el mantel blanco y una vela encendida, dos chicas se acercan a pedirme fósforo, me sonríen coquetas, coqueteo con ellas, les ofrezco champagne, ellas aceptan, conversamos, Anahí me mira a lo lejos, esta incomoda, se acerca, saluda a las chicas que resultaron ser sus primas, inventa una excusa sobre unos chicos que vinieron y salen emocionadas, esta celosa, me mira como queriéndome golpear, le soy irónico y ella no tolera eso sin embargo sonríe, su enamorado se acerca, me mira de mala manera, ella sin embargo no me prevee de nada y nos presenta, nos damos la mano y él sonríe sin preocupación, Anahí le ha dicho que soy su primo… su primo gay del que le habla, la miro asombrado, admiro su astucia, porque así no sospecharía de que la amo en secreto, aunque tengo que asumir ciertas posturas femeninas que provoca leves sonrisa de parte de Anahí.
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La noche transcurre, todos se están divirtiendo, el juego de bouquet se lo había llevado Anahí, los más contentos eran sus padres, curiosamente la liga de la novia había ido a parar a mis brazos cruzados y sin importancia, por otro lado su enamorado (quien ha bebido algo de más) me ha hecho bromas de doble sentido referente a los gays (ahora si los entiendo) Anahí parece arrepentirse por haber manipulado mi masculinidad, pero lo resuelvo estoicamente, se sienta y empieza a cabecear y dormirse, aprovecho la oportunidad de bailar con Anahí que me sonríe coqueta, diciéndonos intimidades al oido y en voz baja, le digo que quiero hacerle el amor, que quiero arrancarle el vestido, que quiero poseerla en algun rincón de la recepción, ella me dice sonriente que estoy loco.
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Conversábamos con los recién casados cuando un estrepitoso ruido alarmaba al salón, su enamorado se había caído de la silla, no sin antes sujetarse del escote de una señora que conversaba alegremente a su lado, desatándose un conato de bronca... furioso él, se defiende tambaleándose, Anahí me mira y corro a sujetarlo, lo ayudo a sentarse nuevamente, mientras que el esposo de la señora agraviada lo amenaza con partirle la cara, él se percata de mi presencia y afemina su voz, le digo que lo llevare a su casa, Anahí le ruega que este tranquilo y nos apresuramos en llevarlo, lo subo a mi carro y mientras manejo pienso que por tan bochornoso momento Anahí no querrá aventurarse a pasar el resto de la noche conmigo, llegamos hasta la casa del fulano, lo ayudo a bajar, saca sus llaves y se despide de nosotros.
- Llévala tranquilo (me dice)
- Te la cuidare así que descuida
- No me preocupo, se que me la cuidarás... porque tú eres plancha quemada.
Y se carcajea escandalosamente, observamos que entre bien a su casa, manejo con cuidado, no me atrevo a decirle que la deseo, debe de estar furiosa con su enamorado... cuando en un semaforo me mira, me besa y me dice.
- ¿Que me decías mientras bailábamos?
Y nos fuimos por ahí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quería saber si verdaderamente tú has escrito esas historias o te las has copiado de alguien? Porque parecen muy reales eres demasiado infiel para una mujer, pero a la vez eres demasiado sincero para una mujer creo que eso vale la pena.

Anónimo dijo...

Hola Oscar soy José de Arequipa y me tope con tu portal que es muy divertida no te miento he llorado y reído con tus historias, dices que eres Bayleriano realmente no sé si eres como Bayly porque solo leí una novela de él y me reí también, ojalá publiques tu libro sería mostro un abrazo.