lunes, octubre 12, 2009

Señora Esposa

Hoy por la noche te convertirás en señora; expresamente la señora de… alguien, te revestirás de el anhelado vestido blanco y desbordaras una inmensa alegría que se plasmara de oreja a oreja, serás feliz el resto de tu vida; amaras y te amaran; tendrás hijos y a futuro nietos; y envejecerás al lado de quien te desposo y descansaras en paz sabiendo que atrás dejaste amigos, familia, consejos… amores, deseos, placeres y quizás recordaras mi nombre y me sonreirás al cielo sabiendo que te ame en silencio.

Esta noche no es cualquier noche, hoy formas parte de las filas de las casadas como dice tu mejor amiga; los preparativos ya están listos para tu boda, todo meticulosamente preparado, detallado… oleado y sacramentado; tú vestido de novia cuelga en un perchero y se agita por el viento que entra por la ventana de tu habitación. Habitación que te vera por ultima vez, y que recordará cuantas veces me asome por tu ventana para velar tu sueños y tu cuerpo mientras dormías o de cuantas veces mi alma se escapo de mi para hacerte el amor a media noche.

Una limosina aguarda en la puerta de tu casa con un chofer que en déjà vu puedo ser yo; corres el riesgo que en el trayecto te secuestre rumbo al aeropuerto y escaparme contigo fuera del país… pero no podré porque tu padre te acompaña mientras intenta abrir una botella de vino que viene con la limosina… estas preciosa y ese vestido de escote strapless deja al descubierto tus bronceados hombros perfectos, tu vestido se ciñe a tu cuerpo de manera pecaminosa y el maquillaje sutil hacen verte más sensual que siempre.

Tu llegada a la iglesia es de gran conmoción, diversos fotógrafos (quizás entre ellos este yo como un segundo déjà vu) amateurs hacen uso de sus digitales y celulares para tener un poco de belleza de ti; desciendes con la delicadeza propia de tu existencia y sujetas el brazo de tu padre por ultima vez, desfilas por entre tus conocidos, donde puedo camuflarme yo por tercera vez, que sonríen y comparte contigo la felicidad.

En la puerta ya se oye la marcha nupcial, los concurrentes se ponen de pie para venerar tu ingreso y al final de ese corto camino de soltería te espera tu ansioso esposo que toma tu mano, sonríe y te besa… el sacerdote, que podría ser yo… (No, no creo a lo mejor el monaguillo), da inicio al protocolo para desposarte.

Esta noche tu soltería se casa conmigo y tendré que darle nuevo uso a la cama… la usare para dormir, porque tu recuerdo aun se queda en el colchón. Esta noche en tu noche de bodas le haré el amor a la almohada esculpiendo tu cuerpo en sus formas, repetiré tu nombre para que en el placer de tu noche me escuches a lo lejos gemirte al oído… esta noche seré feliz por ti.

Esta noche en la soledad de mi habitación… (Nuestra habitación) bailare contigo el vals nupcial, bien sabe Strauss cuanto quise bailar contigo su dichoso Danubio Azul, sonriendo, coqueteando, queriéndonos… amándonos, buscare otro vals para que Tchaikovsky me deje tocar las mejores notas en tu cuerpo, y que Beethoven me inspire alguna sinfonía… esta noche seré tu chofer en la limosina, el fotógrafo y el mozo, el camarógrafo y el barman, el sacerdote o el monaguillo.

Anoche, tu soltería se mudo a mi casa, me habla de ti y de tus recuerdos de tu silencio y de tu piel… abrazo nuevamente la almohada (nuestra almohada) trayéndome tus mejores momentos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

......quizás recordaras mi nombre y me sonreirás al cielo sabiendo que te ame en silencio....

Anónimo dijo...

Conoci una vez una pareja que vivia en convivencia, amor puro, amor real; con la ilusion en blanco apuntando al altar y sin embargo no duro ¿porque?... hay cosas que no hace que la felicidad sea total y terminan siendo esto, una historia ;)

Anónimo dijo...

Cada palabra tiene k ver mucho con la realidad al algunas parejas..Al final...Nadie sabe lo k tiene hasta k lo pierde...=)

Anónimo dijo...

Leo imnumerablemente este escrito, y es tanta la similitud que creo q si fue cierto y estuviste ahi.....conmigo.