martes, febrero 09, 2010

Algo quedo pendiente...aquella vez

La misma mesa donde hace un mes cenábamos frente al mar, donde nos burlábamos de los transeúntes, de mis deslucidas bromas, de nuestros veranos antes de conocernos, de mis inútiles intentos por aprender a surfear, de tus amigas en Máncora, de los amores de verano, de las fiestas en la playa… de porque no nos conocimos antes.

Un mes después, sentado en esa misma mesa frente al mar, con una limonada viendo a los transeúntes pasar y esperando a que el sol se oculte, te espero… aquella noche que cenábamos se vio interrumpida por una llamada que te puso de mal ánimo, malográndome lo que quería fuera la mejor noche de mi vida, asi que… algo quedo pendiente aquella vez.

Mientras te espero (sonara cursi) pero te voy recordando, aquella vez comíamos un helado en un snack; y nos mirábamos de rato en rato de reojo, nuestra cita era para conversar de cosas en la semana y porque no también de un nosotros; aunque los temas no tienen trascendencia se vuelven importantes contigo, esta tan fresco esos momentos que son fáciles de recordar, pero también está que al pretender recurrir a mis sentimientos para ti ocurren sucesos que me impiden terminar.

Las horas van pasando y el sol se va hundiendo en la lontananza del mar, el cielo se torna de mil colores maquillando el cielo azul de fiesta, las parejas que pasean por el malecón sureño se deshacen en besos y arrumacos, un mensaje tuyo llega al celular diciéndome que demoraras un poco, te respondo que voy a esperarte y envías una sonrisa como agradeciendo.

Ensayo, una vez más, lo que sería mi declaratoria, repito de limonada y mis recuerdos  vuelven a viajar, recordando aquella vez en que el sol se escondió avergonzado de nuestro recorrido corporal, escuchando a Amal Murkus de fondo, aquellos besos en la ducha donde el agua intentaba en vano apagar el fuego que nacía de ti; hay noches de fogata en la playa, tardes de un viejo jazz con tu nombre, una estrella fugaz con un deseo y el beso eterno y perdurable.

Dos horas, han pasado y la ansiedad termina por apoderarse de mi… inundado de limonada miro el reloj por enésima vez… ella no llega, el celular… y no hay señales de ella… El destino suele ser cruel, su mirada no asoma esa noche, las palabras escogidas para ese momento no serán escuchadas, deshago al viento mi repertorio; planifico una excusa a mi corazón, algunas frases que no lo derritan internamente.

Esta noche no necesitare palabras que logren urgentemente decirte lo que siento… nuevamente quedara pendiente.

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