viernes, septiembre 12, 2008

Recuerdas Lu

¿Recuerdas como nos conocimos?, yo creyendo que eras una persona con aires de leyenda, pensando que eras el centro de algo inexistente, que te creías una Coca Cola en el desierto, que buscabas ha alguien que no se si llegó por el campus de la universidad, como un reloj siempre a la misma hora, empinada para mirar sobre los demás a tu compañía que quedó en esperarte pero final siempre era el mismo, verte sola entrando a tu salón.
<<0>>
Tu presencia se hizo notoria un día en que te sentaste delante mío y tu aroma fresco como recién salida de la ducha, un aroma inocente, a jovencita inocente, tu cabello ensortijado, enrojecido por algún tinte, tus hombros descubiertos dejándolos a que el sol los someta a su antojo, los hombros descubiertos para que el que este cerca (vaya suerte la mía) pueda percibir de que el sol estaba haciendo un trabajo preciso y excelente en tu piel.
<<0>>
Tus ojos al mirarme coquetean, se que me vas a decir que no es cierto, pero al verlos tu mirada se confabula con tus lentes de simpático color, tus labios finos y que podría percibirlos suave, tersos, frescos se dirigieron hacia mi ¿Quién es esta chica que nunca había venido a clases y que estaba perdida en cuanto curso entraba?, ¿sabia acaso esta creída donde estaba parada?... pensé en un primer momento, pero tu voz me termina por conquistar y me someto a tu breve interrogatorio.
- Una consulta ¿estas al día en este curso? (preguntaste)
- Si (conteste)
- Puedes prestarme tu cuaderno para sacarle copia y te lo traigo.
- Claro, no hay problema.
Y nada más… tenía la necesidad de querer alargar la conversación, pero prestaste atención a la clase hasta que terminara y nada más. Al termino de la misma (que no recuerdo cual fue) salí junto contigo, te preste el cuaderno, sacaste copia y lo regresaste, pensé en ti por un momento, contemple tu rostro, tus ojos y también tu cuerpo mientras te alejabas de mi y no me quedo otra que seguir con mi día.
<<0>>
Entre a mi clase de informática, el salón a oscuras y la llamada de atención de la profesora a alguien que llegaba tarde a clases, y otra vez tú, un sitio coincidentemente a mi lado se reservaba para ti, y fingiendo sorpresa te vuelvo a saludar entonces la ansiada conversación se prolongo en el oscuro salón de informática, me contaste de tu enamorado, de donde vivías, de tu celular que acabas de perder y pronosticabas de la futura perdida del que tenias, intercambiamos correos y celulares, me encantaste con tu sentido del humor, con la inteligencia con que tomabas las cosas, tu carisma, tu sonrisa, enteramente tú.
<<0>>
Y nos hicimos amigos con el transcurrir de los días y nos hicimos medianamente inseparables, formamos un grupo de trabajo ya que tus continuas faltas te dejaron fuera de las demás y no me quedo otra que hacerlo contigo, hicimos alguna exposición seguramente, conversábamos más que hacer tareas, caminábamos grandes tramos antes de embarcarte, tomabas mi brazo para sentirte más acompañada, te conté de mis planes y uno que otro proyecto… hasta que una tarde cuando deambulábamos por las calles cercanas a la universidad, previamente por el malecón de Miraflores te dije lo afortunado que era estando contigo, tu clásico silencio era señal de que el mensaje había sido recibido, ya en el paradero tu labios impolutos se acercan a mi con la caricia suave de perderme y recordarte hasta el lunes.
<<0>>
Cuando te recuerdo, recuerdo la vez que fuimos al cine a ver un estreno y que nos tuvimos que sentar en primera fila con la mirada al techo para ver el ecran, la vez que nos encontramos para tomarnos un café que siempre quedo pendiente, café que siempre excusé para invitarte y que siempre será un motivo para volverte a ver; recordé las veces que nos hemos llamado por teléfono hasta tarde, sumergiéndonos en una tertulia nocturna diciéndonos cosillas, de que me gustas, de que me gustaría estar contigo y tu silencio me recordaba que tu no estabas sola.
<<0>>
Empecé a contemplarte más como mujer y a pensar en ti de manera sugestiva, mensajes subliminales trabajaban de manera que puedan convencerte de que empecé a desearte, y se dio un miércoles… un miércoles que tuvimos que mentir con las tareas y nos encontramos, y recordé la noche que pasamos juntos enseñándote mi colección de música árabe y nos enamorábamos con la música de Coldplay… la música enfundaba de nerviosismo y timidez hasta que nuestros labios se juntaron y el beso largo nos llevo hasta la habitación y empezamos con ese cortejo para hacerte mía… nuestra primera vez juntos fue mágica y tierna, me confirmo que en verdad empezaba a amarte, pecamos juntos y huimos de ahí antes de que nos descubran.
<<0>>
Durante mucho tiempo nos veíamos poco y nos llamábamos mucho, volví a verte con tu cabello negro azabache, preciosa, fresca y conversamos recordándote nuestro momento juntos y evitaste por momentos tocar el tema, un nuevo individuo asomaba en tu vida, y te despediste de mi para siempre y no pude dejarte ir… unos años después al verte otra vez lo corrobore.
<<0>>
Cuando regresaste nos volvimos a encerrar a estar juntos, a querernos, a amarnos y nos hicimos infieles, engañamos a quienes nos esperaban en casa, a quienes nos gustaron durante nuestra ausencia, nos entregábamos al máximo, tu piel con la mía encendía dantescamente cada tramo de un placer inexplicable y un amor guardado sin saber cuando sacarlo.
<<0>>
Un tiempo después cerraste para siempre esos momentos, me pediste que te dejara de venerar como hasta entonces, tu actual pareja (presumo yo) me ganaba la batalla por retenerte y comprendí lo que muchos años atrás venias diciéndome con tu silencio… querías ser mía, sin la necesidad de escondernos, de sentirte segura en mi brazos sin la necesidad de pensar en el otro, de confiarme no solo tu cuerpo si no tu alma, entendí que en verdad querías algo serio conmigo, entendí que no querías ser mas mi amante, la mujer que me compromete a pecar, aquella que se desnuda sin el prejuicio de ser ajena, que me permitía explorar su cuerpo sin tabúes, que me dejaba darle el beso exacto en lo más profundo de su ser… recuerdas Lu… perdóname por no haber sido el hombre que querías o que esperabas, perdóname si te he puesto en aprietos muchas veces, perdóname por no haberte dicho lo feliz que me hiciste, perdóname por escribirte esto.
<<0>>
Yo aún te recuerdo Lu… y se que tu también.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dice el viejo refran "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde" Y si pues, a veces hasta nosotros mismo debemos de perdonarnos por no ser capaces de decir lo que sentimos y nos dejamos llevar por el que diran, por el tiempo, por las circunstancias de la vida. Hay que atrevernos a dar ese paso y dejar que el amor se de al 100%..para que luego no digamos:"Perdoname por no darme cuenta a tiempo que eras tu a quien buscaba"

Anónimo dijo...

xumita que tal comentario parece que lo escribio lu