miércoles, noviembre 11, 2009

La sombra de tu recuerdo

Carola se fue sin decir adiós; en una mañana confusa llena de interrogantes e incertidumbre, abrió la puerta del departamento (además de mi corazón, de mi vida y de todo eso que me enseño) y se fue dejándome la pregunta que vale más que un millón, arrojo la llave de los sentimientos y cerro la puerta como quien cierra un libro cualquiera.

Nefasta fue la sorpresa la misma noche de ese mismo día que se fue, donde mis interrogantes crecieron y las dudas se fueron en una vorágine de rabia y cólera, la escena de ella sentada en las piernas de otro a pocos días de conocerlo surcaron de adrenalina mi sentir; un proceso en mi me mantuvo en calma al momento de encarar semejante escena, no era justo… y lo sabes.

La tristeza ahondo en mi esa misma noche en que no pude dormir y que Bonano velando tambien en su tristeza daba pequeños llantos porque alguien faltaba en casa; “estamos igual mi amigo, como dos perros sarnosos dejados en la calle” y se subió a la cama para no sentirnos solos.

He pasado noches sin dormir pensando que paso, no encuentro respuesta para tamaño egoísmo y descorazonado sentir; la amistad y amor se rompieron de la nada y fueron pisoteados con soberbia y desazón… Fue la noche en que se cayeron las caretas.

Esteban sorprendido deja su vaso de ron con hielo sobre la mesa y me mira sorprendido por lo que le cuento “¿Así sin más ni más?” me dice y saboreamos una serie de especulaciones e hipótesis, sea como fuese la estocada de aquella noche fue tan inesperada como sorpresiva “¿Tu que piensas? (añade)… porque enamoramiento no es… o sea ¿la vulnerabilidad tiene ese grado?”, y muevo los hombros como ya no se que esperar… Esteban me anima a salir y despejarme “las penas con ron son menos”, aunque estas sepan nadar.

El bar esta surtido de féminas y sementales dispuesto a darle rienda suelta a sus instintos; un apple pisco empieza mi noche, le sigue un martini y cierro un combinado de pisco, tequila y stolichnaya buscando endulzar mi noche; dulzura que llego enfundada en una mini falda negra, cabello azabache, ojos vivaces y mirada penetrante, labios carmín y un par de piernas que se contornean al caminar; una sonrisa acompaña su mirada, un guiño y un salud celebra conmigo no se que.

“La barra esta para los solitarios, pero hay una pista de baile que aun no estreno” me dice la morocha de cabello azabache, toma mi mano y me enrumba a la pista de baile donde suena un mix de Fluke, “ese tema lo conozco” le digo “Es Zion de Fluke, de la película Matrix Reloaded”, y se contornea, baila sensual y provocadora, sonríe y me susurra al oído; el Dj rompe fuegos con euro dance y el juego de luces parecen delinear su figura y hace un salud a la música.

Su sonrisa manda en la barra, el resto voltea a verla, un daikiri de fresa combina con su color, me pregunta, me interroga… se acerca… “y también tengo un blog” le digo y entra desde su blackberry… sonríe, lee mi ultima historia, le parece súper; sigue leyendo, lee uno en voz alta, le gusta… “sabes que voy escribir de ti” le digo y me mira coqueta… “todavía no” me dice y vuelve a dar un salud, esta vez por mi blog.

Un baile más despide la noche, entrelaza su mano con la mía y me plasma un beso suave “empieza a escribir” me susurra al oído; se abre paso entre la multitud conmigo de la mano, entre risas y besos deambulamos en el estacionamiento buscando mi wolsvagen fox; enciende la radio, vuelve a besarme, enciende un cigarrillo, se quita los zapatos y me enrumbo a escribir esta historia.

El portero me mira sorprendido, sonríe a medias y murmura despacio “¿otra más señor?”, sube las escaleras descalza, vuelve a besarme antes de entrar “¿no hay novias aquí verdad?” y le sonrió; “No, ya no”… me mira fijamente a los ojos y vuelve a besarme, lentamente deja caer su minifalda de strapless, dejándome percibir la finura de su lencería.

Esta noche, busco romper el letargo de mi tristeza, maquillo de pasión un momento en mi y borrare esa imagen en los labios de esta extraña que se entrega sin pesar; su cuerpo es el borrador que necesita mi historia contigo, esa historia que disolviste sin sentir mi corazón; cada palmo de su cuerpo, cada pliegue de su piel se encarna en mi con ese erotismo fingido que nace del despecho y la ira, finjo amarla al extremo y estremezco con violencia y con lujuria al recordar tu rostro sobre ella.

La someto con rudeza y se encarna en mi con el placer encaminado, con la noche de cómplice y tu recuerdo a media asta; las caricias son extremas y los besos más profundos y es que busco en cada despliegue arrancarme algo de ti… tantas veces esa noche inducido a su sensualidad, a lo libidinoso y casi pornográfico.

Se viste mientras la contemplo desde la cama, la mujer que romper a medias tu recuerdo se vuelve a enfundar en tu breve traje strapleado, me sonríe nuevamente coqueta “te leeré pronto” y vuelve a guiñarme… “que nombre te gustaría” pregunto curioso “usa el mío” sentencia, “pero… no lo se” le digo… abre su cartera, saca su tarjeta y lo deja en la cama, me da un ultimo beso y se despide con un “te veo pronto”.

Tomo su tarjeta, leo su nombre y sonrió ante los designios del destino; la chica que usurpo mi cama y atento contra tu recuerdo me regalo una noche intensa y enigmática… seguro que te volveré a ver… Carola Mondragón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

♪♪♪♪Despertar en el frio abismo de tu ausencia
es rogar por las horas perdidas en mi habitacion
recordar cada lagrima que fue tan nuestra
me desangra el alma, me desangra el alma
Es andar el sendero que escribimos juntos
es tocar un silencio profundo en el corazon
escapar por las brechas de un amor profundo
es mentir de nuevo por negar tu ausencia♪♪♪

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=5TzMjzN1CvM&feature=related