martes, noviembre 03, 2009

La noche de tu ausencia

La violencia de la puerta resuena aun en la sala, una fuerte discusión ensalzo tu ira que se estrello en el madero de entrada; la puerta rechino y se desencajo los días siguientes; fue una noche tensa, ofensiva, irreconciliable… nos dijimos poco, nos ofendimos mucho; a media noche llore mi soledad pensando en ti.

Bonano duerme al pie de la cama o al igual que yo intenta dormir, mira de reojo como esperando respuesta, el perro sabe al igual que yo que tu huida de esa noche no era común, no se atreve a jugar ni a mordisquear nada, se acurruca una vez más sobre su cama y de rato en rato lanza un inusual suspiro.

Esta noche es una de las más oscuras, encendimos velas para una velada romántica y algo, no sé que, interrumpió el momento, levantamos la voz, golpeamos la mesa, Bonano ladeaba su cabeza como su jugáramos ping pong; tu atacabas, yo increpaba; yo insistía, te alterabas, nos entercamos mientras más levantábamos la voz, un enérgico “eres un imbécil!” estoco de golpe de tus labios y una sonora bofetada resonó en mi cabeza… un silencio sepulcral continuo y saliste azotando la puerta… Bonano se quedo detrás de la puerta y me miro culpándome de tu salida.

La cena quedo abandonada en la cocina y las velas se consumieron en su totalidad, bebí del vino que compramos y entre en melancolía, tumbado en el sillón miraba el televisor apagado, la música de fondo se repetía hasta el hartazgo; revisaba el celular, releía tus mensajes, veía tus fotos en el face… y las de contenido erótico que me mandaste en privado… miraba tu número, iba a llamarte, tenía que llamarte… pero me gano el orgullo y me deje vencer.

Las noches siguientes no fueron las mismas y caí en la rutina, de mi casa al trabajo y viceversa; volví a fumar y sucumbir en la bohemia, intente distraerme en alguna reunión, y me distraje con un escote o un par de piernas torneadas, pretendí olvidarte con alguien y disfrazarla de ti, mientras un Bonano rugiente no aprobaba mi actitud… las mañanas en solitario no me entusiasmaban y por las noches compraba amor para mi soledad… pensé en ti y en la injusticia del momento.

Ordene mi casa abandonada por mi apatía y tu ausencia, compre un vino para cuando vuelvas, volví a escribir, entre en catarsis, prepare un mensaje presidencial para mi primera dama y lo guarde en un sobre con tu nombre como destinatario, adorne de rosas (tus favoritas) el departamento y programe la canción que nos identifica en el estéreo… iría a tu encuentro buscando tu perdón.

La noche de tu ausencia fue mucho más que un azotar la puerta, fue más que una furibunda bofetada, mucho más que no saber de ti muchas noches, fue mucho más que verlo a Bonano aullar en el balcón, porque sabe que yo soy tu hombre lobo y tu mi luna llena, fue mucho más que un error de momento… fue un electroshock a mi corazón para hacerme revivir y recuperar el conocimiento de este atípico coma que me impedía dejarte… fue un terremoto de escala 10 en mi casa que me despertó de eso tremendo sentir llamado amor.

Y aunque hoy me cerraste la puerta en la cara y apagaste tu celular, tengo las ganas de insistirte con perseverancia y mucha paciencia… Hoy duermo en la sala, porque en esa cama no puedo dormir sin ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Volviendo a dormir solo Oscar Martins? tu corazon tiene algo

Oscar Martin's dijo...

Tiene todo y a la vez nada, cosas q pasan