lunes, junio 01, 2009

Empecé a necesitarte

Cuando me había, en cierto modo, aferrado a la soledad por falta de afecto, que dicho sea de paso o me deje enamorar o le hice caso o lo que sea, me entró un extraño sentir mezclado, combinado con un airecillo de nostalgia en las mañanas, un susurro melancólico por las tardes y una excitación frustrada por las noches… muy de noche claro esta; Sentí que me estaba convirtiendo en un rompecabezas inmenso de más de mil piezas, entreverado sin saber por donde empezar, con la sensación de mandarlo todo por la borda o estancarme hasta donde llegue… si pues, opte por estancarme, tanto así que hasta deje de escribir un tiempo porque hasta la inspiración se fue de vacaciones.
<<0>>
Y revisando entre cachivaches, encontré cartas, recuerditos hechos a mano, detalles, tarjetitas y hasta una foto donde salimos los dos; sabes que no soy fotogénico pero será tu compañía o tu encanto natural que hace que yo salga bien; volví a leer tus cartas y a contemplar tus detalles hechos con paciencia, ternura y sobre todo mucho amor; volví a ver la foto que me provoca enmarcarla y ponerla en mi repisa y fugazmente recordé pasajes y episodios contigo como si el dvd de mi cabeza me urgiera volverte a ver.
<<0>>
Entonces pensé que mi soledad era asaltada por un violento recuerdo, estaba siéndole infiel recordándote, sentí entonces una sensación de alegría y fije la mirada en el teléfono con la intención de llamarte y saber como estas… “salimos” pensé; y me alegre saber que podrías decirme que si, planifique rápidamente a donde salir y obviamente al cine que tanto nos gusta (o nos gustaba), tomarnos un café por ahí y conversar de todo un poco, hablar de ti, contarte de mi… me entusiasme con la idea.
<<0>>
Y concluí con la idea de que empecé a necesitarte, me urgía empíricamente tu presencia, tu recuerdo, tu sonrisa, tu mirada; una palabra de aliento que me sacara de mi letargo parsimonioso, esa dejadez propia del ser humano que se cae y en vez de levantarse se acurruca del frío en su yacija; he pensado en ti y me siento entusiasmado, apasionado, ardoroso… y así de la nada, si pues, empecé a necesitarte.
<<0>>
Sentí que mi soledad ya no me llenaba como antes, dejo de sonreírme los martes por la tarde en pleno otoño que provocaba ir al cine, esos martes… tus martes, de películas de estreno, de comedias hilarantes, de suspenso arcano, de acción iracundo, de romántico devaneo o quizás de tardes lujuriosas cuando me apoderaba de tu cuerpo con lo más excitado de nuestras pasiones y me internaba en ti con lo más profundo de los besos y adheridos de nuestra exudación. Pero fuera de tu cuerpo y de tu boca, empecé a necesitarte por tener tu sola compañía.
<<0>>
Mi soledad tiro la toalla los domingos por la noche que me recordaba tu ausencia o el mismo día por las mañanas en la cancha de fulbito con las tribunas vacías donde ya nadie alienta por mi, ya nadie grita mis goles; mi soledad ya no me habla, ya no me exige, ya no me llora… y empecé a necesitarte, mi soledad ya no duerme conmigo y su enorme espacio la conservo para ti, para cuando regreses, para cuando te animes, para cuando me necesites.
<<0>>
Mi soledad sospecha que te extraño y me mira desconfiada, hasta mi propia soledad ya dejo de creer en mi (solo eso me faltaba); sabe que te pienso y te recuerdo, sabe que en el fondo de mi te extraño y te quiero o te quiero y te amo; y la soledad se desvanece en fastidio e incordio porque me cuesta dejar de pensarte, porque hay otra parte de mi que me prohíbe olvidarte, porque prefiero suicidar a mi orgullo y procrear un motivo, deshacerme del prejuicio y desbordarme en amor; hay noches que le hago el amor a la almohada porque sus consejos terminan siendo que espere por ti y se disfraza de ti por llevarme un consuelo.
<<0>>
Hay tardes de sol que me recuerdan a ti y son las nubes traviesas que esculpen tu rostro en el cielo, suena una canción que me recuerda lo que fuimos y la siguiente es otra canción que me motiva a escribir; es un dejavu en la calle que se repite seguido, es una chica de espaldas que me confunde contigo, pero es un detalle cerrado que me responde de que no eres tú, o es un susurro en la cama cuando me encuentra dormido que me despierta temprano cuando yo sueño contigo… creo que hoy pensé en ti porque tu pensaste en mi.
<<0>>
Una llamada tuya me saluda con afecto y un “¿como estas?” preocupada me levanta perfecto, sentí en tu voz un instante de miedo y al momento te dije para vernos, me aceptas gustosa y me alegro al verte, ahora me hablas de ti y me preguntas por mi, tu mirada penetrante me dice “es bueno saber de ti” y el silencio propicio para regalarte un beso que freno por no malograr el momento y me sonríes como siempre recordando nuestro devaneo.
<<0>>
Creo que hoy he pensado en ti porque empezaste a necesitarme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"...No se acaba el amor solo con decir adiós, hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo..."

Anónimo dijo...

Yo tambien te necesito