La chica de mi sueño

Su cabello es un castaño claro, de tez blanca, risueña, me sonríe siempre y mientras le hablo me presta atención así este diciendo tontería alguna, le toma importancia a lo que digo sin distraerse (quizás como siempre quise); sus gestos son coquetos e interesantes, como que si me dijera subliminalmente algo con su levantada de ceja, su media sonrisa, su guiño cómplice; me toma de la mano y me dice que no me moleste, estoy disgustado con ella no se porque, me ruega que no me ponga “así”… “ya pues plis”.

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Estoy celoso, es verano y usa esos vestidos ligeros que con un viento fuerte podría hacerle pasar un vergonzoso momento dejando ver mas allá de sus bien torneadas piernas o más arriba de sus rodillas, mucho más arriba… pero no estoy celoso por como se viste (me gusta como combina colores y estilos ni se exhibe mucho, ni se tapa todo) estoy así con ella porque habla de manera coqueta con un amigo del barrio, ella es natural y habla espontáneamente pero es entendido maliciosamente por los chicos… ellos creen que ella esta en un constante coqueteo y las chicas la estiman pero piensan que es “más” que coqueta pero ella no se hace problemas y me gusta como es.

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Me convence sutilmente dándome un beso en la mejilla y me repite que solo me quiere a mi y que le gusta como me pongo con ella porque es una muestra de que me importa y que soy un “tontito” porque solo tiene ojos para mi, me abraza y me convence de irnos a la playa; es espontánea y me toma de la mano por la calle sin nada que ocultar; tengo la percepción de que se lleva bien con mi madre, y me parece haberlas encontrado varias veces conversando en la sala tomando un té o de repente viendo alguna mexicanisima novela llorona o creo que con mi hermana han salido de compras o han ido al cine con las demás chicas; me parece que hasta mi padre la conoce vía web cam y lo saluda con un “hola señor” mientras me abraza amorosa, su encanto hace sentirme bien.

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Por ser consumidora compulsiva de chupetines mantiene sus labios rosados, provocadores y lujuriosos; me coquetea por donde soy más vulnerable, sabe por donde amenguar mi jodido carácter, nunca la he visto enfadada conmigo, ni molesta, ni indiferente, ni celosa; sabe de mi vida, de mis ex amores y mi vida ligera y no me ha reprochado en nada desde que estoy con ella; creo que nos hemos cruzado con alguna ex y ella sostenida de mi mano como un gran aval dibujaba en el ambiente un “yo estoy con él y el resto no importa” convencida de lo que siente por mi y afirmándome que con ella más seguro no puedo estar.

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Seducido por su encanto natural soy invitado por sus labios rosados a plasmarle un beso, sin embargo me despierto de uno de mis tantos sueños extraños que me levanta de muy buen animo pero cuestionado por tal momento y al ver a mi alrededor me sigo levantando como siempre, en el mismo lugar, tan desorientado, tan cuestionado, tan perdido… tan solo, pensando en esa chica del sueño que nunca he visto en mi vida.

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Esteban me dice que es quizás mi anhelo de querer estar con alguien o quizás muchos matrimonios seguidos están generando en mi ese sentir de estabilidad emocional… no lo se posiblemente, quizás, de repente, quien sabe; pienso y medito que una mujer así no existe, soy agnóstico por ese lado, siempre habrá una mujer que reproche, que desconfíe, que se cuestione, que se incomode, que recuerde, que no olvide y sobre todo que no sea celosa; una chica así o al menos la de mi sueño no existe.

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A mi wolsvagen le fallo nuevamente (como a todos los escarabajos) el carburador y el radiador, he vuelto a la olorosa, velocísima y peligrosa unidad de transporte público de las combis que por el momento va semi vacía con algunos pasajeros que leen periódicos u otros como yo que van escuchando música de su celulares o ipods o se rompen los tímpanos con tremendos sonidos estereofónicos de la unidad que por lo general van tocando cumbias de moda. Distraído leyendo un libro me veo interrumpido por un descomunal, orondo, voluminoso y rollizo sujeto que se sienta de golpe prácticamente apelmazándome contra la ventana, dejándome sin respiración, asfixiándome, se acomoda como si yo no existiera, mirándome como si estuviera invadiendo su generoso espacio nalgeal.

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La comodidad llegó media hora después cuando bajo y le cedió el asiento a una chica a la que no mire ni preste atención y que diez minutos después me pidió la hora y me atreví a mirarla sin imaginar que la chica de mi sueño estaba a mi lado. Era ella, su rostro es familiar… era ella la del sueño, su cara, sus ojos, su nariz, su boca rosada… era ella!!!... hasta su sonrisa para pedirme la hora era igual, un curioso caso de dejavu ¿es posible?... Le doy la hora titubeante, absorto, estupefacto, turulato y la quedo mirando esperando a saber si sigo soñando con esta chica a quien no conozco, pero ella vuelve a mirarme algo incomoda creyéndome posiblemente un acosador de esos.

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Dejo de mirarla y pienso rápidamente en algo que no la incomode antes de que ella baje en su paradero, pienso en decirle algo aventurándome quizás a ganarme un bofetón, la miro una vez más, ella me mira de reojo y con un tímido “creo haberte visto antes” me mira cuestionada sus ojos indagan en mi tratando de recordarme y añade un “no, no creo” dudoso, trato de ganarme su confianza y me vuelvo aventurar “te va parecer extraño pero soñé con una chica idéntica a ti” me mira extrañada, sonríe y ríe tan igual como la chica de mi sueño, me mira intrigada, interesada en mi experiencia sonámbula, me presta atención mientras me pregunta que hacia ella en mi sueño, me dio la confianza para contarle que ella, la desconocida de la combi, había sido mi enamorada en un sueño extraño.

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Sonríe y vuelve a reírse, me dice que nunca le había pasado nada igual pero que le pareció simpático la manera de cortejar a una chica, que le pareció muy astuto de mi parte hacerle la conversa y que es una nueva forma de sacarle el número telefónico a alguien, extrañado le digo que no era estrategia ni nada que en verdad me había pasado eso, ella vuelve a sonreír toma su cartera dispuesta a bajar en el próximo paradero, saca un lapicero y me apunta en el boleto de la combi su numero y su email “me pareces un chico lindo” y me da el boleto, le sonrió, ella baja en el siguiente paradero y me hace un adiós por la ventana de la misma manera coqueta como en el sueño.

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Le he escrito un correo contándole un poco de mi y ella me ha respondido contándome un poco de ella, tiene un enamorado que coincidentemente se llama como yo y le bromeo que quizás nuestros sueños se cruzaron y se equivocaron de destinatario; estoy pensando que los sueños no solo sueños son y que todos tienen un fin… incluso estoy pensando que la chica de mi sueño si existe.