Matrimonios y solterías

Todos en algún momento, sin dejar a nadie relegado, sueña con casarse (hasta yo lo he pensado), pero fuera de una emotiva ceremonia y una divertida recepción la emoción que embarga ser parte fundamental, el pilar, la razón de ser de alguien es tan… no se, no encuentro un calificativo exacto y adecuado por la cual dos sujetos, hombre y mujer, puedan unir sus vidas para siempre en un simple, sencillo y ardoroso “Si acepto”; es mucho más que pasión y deseo, es mucho más que vivir con ese alguien, es poderosamente muchísimo más que un querer y amar.

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Cuando tenia 15, 16, quizás 17 y hasta 18 pensaba que los cumpleaños número 15 a las que iba asiduamente era para las niñas el día más feliz, lo mismo pasaba con los ansiados 18 de los chicos, esperados 18 de primeras borracheras, documento de identidad llave maestra para clubes nocturnos, cajetillas de cigarros y farmacéuticos preservativos. Pero cuando llegue a los 20, 21, quizás 22 y hasta 23 empezaron aburrirme los quinceañeros y dieciocho añeros que termine cambiando por matrimonios de algunos amigos, algunos que por cosas de la carne se vieron convertidos en padres en la base 2 de sus vidas y otros porque la mujer o el hombre de sus sueños llegó y a partir de ahí en adelante no había hombre o mujer más exacto para ellos.

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Pertenezco a una raza que se esta extinguiendo por el indiscriminado arrebato del amor y el sentimiento, pertenezco a los pocos solteros que duermen sin acompañamiento, ni roces carnales que llevan a saber que alguien te cobija con el calor no solo de su cuerpo sino también con el de su corazón; pertenezco a un staff de solteros sospechosos de lascivia y concupiscencia, especulados sujetos calificados de aventureros y amantes furtivos y lujuriosos; acusados de hacer con su soltería lo que les venga en gana; pertenezco a una raza que poco a poco pierde la guerra contra el compromiso, las caricias suaves, el beso apasionado, los sueños de futuro y el latido enamorado.

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Mis amigos se han dejado conquistar por eso que llaman matrimonio y ya son varios quienes sucumben en ese emotivo imaginar de ser uno para el otro y viceversa. Mi amigo de infancia a quien conozco desde los 8 años se caso hace dos años con la mujer que quizás él tampoco se imagino y mi mejor amigo acaba de celebrar en una reunión su primer año de casado por civil a lado de la mujer que por 9 años lo ha soportado, con sus altas y bajas pero firme; Tengo dos parejas de amigos ya casados y con hijos, hace poco una pareja que siempre fueron amigos se casaron y hoy tienen un bebe; tengo una pareja de amigos que están próximos a casarse (a más tardar el otro año me confiesa él antes de jugar fútbol), tengo otro que hace poco ha pedido la mano de su ex mejor amiga y ya lo planearon para mitad del otro año; la hermana de mi ex también se caso el año pasado y ya tiene un hermoso bebe.

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Otra pareja de amigos compartió su unión con una tierna ceremonia digna de reyes (o por lo menos presidencial), un BMW 700 de los años 60 y una recepción en un exclusivo ambiente entoldado, buffet al gusto, bebidas en cantidades navegables, música selecta y la faceta de cantante de parte del novio para sellar magistralmente a lo que se le llamo la boda del año; ahora último la hermana de mi mejor amigo alargo la lista de casados con una recepción similar, con canto incluido, la noche se vio rociada por una ligera lluvia que no perjudico ni el buffet, ni los vestidos, ni los peinados, ni la felicidad de ambos que instantáneamente contagio a los asistentes desde la ceremonia, la voz de la novia se quebró de la emoción, entonces entendí porque tanta felicidad, por que tanta bendición puede hacer feliz a dos personas.

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Enternado, fumando (para variar) pienso en el matrimonio o más bien en mi matrimonio, que fuera de ser un magno y pomposo evento, pienso más en lo que me estoy metiendo, el matrimonio es mucho más que importante, el matrimonio es mucho más que tener hijos, el matrimonio es mucho más que ser bendecido por Dios; pienso y medito, es un compromiso serio, maduro con la diferencia que en las situaciones más difíciles, en las dificultades que tenias de soltero de casado serán peores y radicales, cuando la adversidad se complique y la vida sea extenuante y sin salida no estarás solo.

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Pienso y medito que el día que me llegue a mí ser parte de alguien… yo pueda ser lo que ella espera de mí.