sábado, mayo 09, 2009

Papá interino

Con una mirada suplicante y casi convincente, Violeta logra persuadirme para que le haga uno de los favores que jamás me imagine hacer; convertirme en padre una semana… exactamente para el tercer domingo de junio.
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Violeta me ha hecho miles de favores desde que la conocí, le he pedido que sea mi novia postiza en innumerables fiestas para que Genoveva no se acerque mí, ha inventado un romance tórrido entre nosotros con exageraciones incluidas, me ha cobijado en su casa cuando no he tenido donde dormir, entre muchas cosas más; me vi en la imperante obligación de no negarme.
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Tuvo un romance con un tipo que nunca me cayo bien, me pareció siempre un pedante y distinguido atorrante; se convenció de eso cuando salió embarazada y el fulano se fue sin decir a donde, desapareció del planeta sin un paradero; fue entonces que asumí el rol de papá interino, acompañándola a sus citas con el médico, a sus estresantes ejercicios de pre parto, sus llamadas a media noche porque se ponía sensible… y sola, a sus arremetidas culinarias por un asalto provocado por los antojos; durante nueve meses me convencí de que todo el peso que cargaba no se concentraba en su enorme barriga que crecía día a día, sino porque se sentía culpable por esta “irresponsabilidad”, que perdió parte su juventud, por no haber gozado de su carrera y convertirse en madre sin pensarlo; lloraba por sentirse tonta y por haber confiado en ese tipo que solo consiguió lo que a mi alguna vez me negó.
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Lorenzo nació un viernes por la noche, sanito y sin complicaciones, lanzo un fuerte grito estremeciendo el pasillo del hospital confirmándole a su imberbe padre que estaba dispuesto a vivir aunque este no quiera; los meses siguientes veía a Violeta enamorada de su hijo, desviviéndose por el y se convenció de que no necesitaba de su padre para criarlo… Lorenzo sonreía siempre y era un placer verlo así.
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Sus padres, que viven en el norte, no saben que hace meses tienen un hermoso nieto, Violeta vive presionada por un anticuado padre que espera ver a su hija casada de blanco con el novio de entalle y una madre religiosamente conservadora, con unos padres así Violeta no se siente preparada para decirles la verdad, es por eso que no se le ocurrió mejor idea que hacerme padre encargándome al indefenso infante mientras ella los visita para el día del padre; Le digo que esta loca pero Violeta esta segura (aunque yo no) que me encargare de Lorenzo mejor que ella, la persuado a que mientras este allá les diga a sus padres que ya son abuelos, ella tiembla de solo imaginar a su padre echándola de su hacienda.
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Lorenzo llego a mi casa sonriéndome el jueves en la noche, la señora de la pensión se ha encariñado con él, las chicas que viven en el piso de arriba también aunque no me crean que no soy su papá, mi madre que viene a visitarme se ha quedado desconcertada y mira al pequeño buscándole alguna facción familiar, mi hermana juega con él que siempre le sonríe, mi madre lo hace dormir y lo consigue, Lorenzo esta de moda en mi vida.
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Tener un bebe, en teoría, te hace sentir especial te da una imagen de responsabilidad, alimenta el ego; Lorenzo le sonríe a cuanta persona se acerca a su coche, señoras y abuelitas son quienes más engríen al niño, las chicas me miran como si se preguntaran que suerte la mujer que se topo con este con toque paternal, otras no se acercan pero le hacen señas a Lorenzo que no deja de sonreírles.
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Pero no es lindo del todo, quizás por la premisa de que no es mío. Para el sábado en la noche, noche que planee pasar con Giuliana, Lorenzo se despertó rompiendo el momento apasionado, estimulante e inspirador haciendo que mi compañera retorne a su casa antes de lo pensado, a partir de ahí Lorenzo ha llorado las siguientes noches siempre entre las 12, 2 y 4 de la mañana, padezco de enormes ojeras que resaltan en mi rostro como dos horrorosos tumores negros casi cancerigenos, me duermo en el trabajo mientras Lorenzo se ríe de cómo cabeceo de sueño, he gastado mucho en aromatizador para mi wolsvagen, mi cuarto y el trabajo; Lucila, una amiga fotógrafa, me ha ayudado con los pañales por su sorpresiva disentería celiaca; Lorenzo parece no darse cuenta de la desgracia que le ocurre en su interior ya que sigue riendo, preocupado acudo a médicos que se sonríen por mi inexperiencia y que no tengo de que preocuparme y que este inconveniente es solucionable con hidratantes… Lorenzo también sonríe.
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El domingo día del padre me levanto de una mala noche Lorenzo no ha podido dormir hasta que lo saque de su cuna y durmió conmigo, se ha despertado primero que yo; su babeante boquita y su gutural sonido me despierta como si quisiera jugar, amaneció de mejor animo, sonriendo como siempre, nos damos un baño, le hecho un toquecito de mi colonia; nos hemos ido al supermercado, las señoras y ancianas me han felicitado por mi día, al verme siempre y sin la madre me han rendido un brevísimo homenaje por llevar mi paternidad con agallas ante la adversidad; la señora de la pensión me ha invitado almorzar y las chicas de arriba le han traído peluches y nuevos chupones; mi madre me ha llamado para saludarme ironizando el día, he llamado a mi padre contándole mi atareado fin de semana con Lorenzo se siente orgulloso aunque no sea su nieto, Violeta me ha llamado para saber de su hijo a quien extraña… Lorenzo duerme apaciblemente, lo observo en su cuna y gesticula como si soñara en una familia que lo quiere mucho, soñara quizás que soy su papá.
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Violeta regresa una semana después con sus padres, Lorenzo los recibe con una sonrisa enorme como si el sueño de la familia feliz se hubiera hecho realidad, Violeta esta emocionada y le promete nunca más dejarlo solo, los abuelos me agradecen por lo que hice con Lorenzo y que nunca se olvidaran de ello, Violeta me cuenta que converso con ellos y si bien fue un momento tenso entendieron que la soledad de su hija con un bebe en brazos no podía verse amenazada además por el rechazo de ellos y decidieron que su hija regrese al hogar con Lorenzo ya que es el primer vástago de Don Clemente y heredero de sus tierras allá por el norte.
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Contrariado, compungido y entristecido Violeta me asegura que Lorenzo no olvidara lo que hice por él en estos días y que me vendrá a visitar para que sepa y conozca más a su “Papá interino”, Don Clemente orgulloso norteño me da la mano donde percibo que hay unos billetes y me agradece la noble labor que hice con su nieto, incomodo pero sin darme a notar le rechazo su ofrecimiento “la alegría que me da verlo sonreír a Lorenzo es el único pago que recibiré”, Don Clemente sonríe y me susurra “Usted debió ser el papá” y me palmotea la espalda como buen norteño.
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Al día siguiente Lorenzo me regala su última sonrisa en el aeropuerto y se deja cargar, sus abuelos me vuelven agradecer y me invitan a su casa en el norte, Violeta me abraza y se despide esperando volverme a ver “Vas a ser un excelente papá” le sonrío y bromeo diciéndole que debí ser su papá, Lorenzo me vuelve a sonreír, le doy un beso en la frente y me despido “Adiós hijito interino”… Lorenzo se despide levantándome su manito y en su idioma infantil me dice “bababá” rumbo a la puerta de abordaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vas a ser mas q un buen papá

Anónimo dijo...

simplemente, hermoso, si es una metafora de lo k te pasa o deseas, sera un grande pa` de verdad, me has dejado impresiona, con solo imaginarlo, de verdad sera un papa unico...tkm amigito
Gracias por llevarme a otro mundo con tus escritos