La noche de la novia

Hellen estaba a dos semanas de casarse, sus amigas habían organizado su despedida de soltera, lógicamente fuera del alcance del novio y rodeada de aquellas personas que habían encubierto miles de aventurillas, breves romances, problemas en la oficina, entre otras cosas.

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Susana, Martha, Lucia y Gloria habían reservado una discoteca simple y sencilla, Hellen les había advertido que no quería nada de hombres desnudos, shows en vivo o suveniers con alusiones eróticas y todas esas cosas que amenizan una reunión de “damas” ad portas de casarse “solo quiero divertirme por última vez con ustedes” decía.

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A dos semanas del matrimonio el quinteto se alisto en el departamento de Lucia, irían en el carro de Gloria recorriendo la ciudad en busca de una noche de aventura y porque no desenfreno, más bien era Susana quien quería un encuentro sexual casual, Martha quería encontrar a alguien que le ofrezca un poco de nieve para esa noche, Gloria alguien que le enseñe a bailar salsa de una vez, en fin la noche iba a ser virgen… aunque suene risible.

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Hellen vive en un departamento frente al golf en San Isidro, pasarían por ella a eso de las 10, las chicas estarían en el carro esperando.
- Martha puedes dejar de hacer eso (se incomodaba Gloria al timón, le jodía que Martha se coquee en su carro, sus hijos podrían encontrar rastros y no quería que su esposo sospeche)
- Glow… ya se me va acabar, así que tengo que estar algo entonada ya… no me jodas
- Ya pues chicas no malogren la noche (calmaba los ánimos Lucia, mientras Gloria levantaba el dedo medio a través del retrovisor y Martha se relamía los labios en son de broma)
- ¿A donde iremos? (preguntaba Susana retocándose los labios frente a un espejito de su neceser)
- A cazar hombres (se convencía Lucia)
- Quien como ustedes que aún están solteras y hacen de su vida lo que quieren… creo que me apure (sonaba algo nostálgica Gloria)
- Por cojuda pues, te dijimos siempre que te cuides, que cargaras tu condón no pesa mucho (ironizaba Martha, las chicas reían, cuando en eso Hellen toca la luna de la ventana)
- Los chicos están arriba con Sebastián, dice que saldrán a un pub, pero no me dijeron donde (decía Hellen)
- ¿Tu hermano esta arriba? (se impacientaba Susana)
- Si pero ya te dijimos que tu eres muy puta para Sebas (decía Lucia, las chicas rieron, cuando Gloria había emprendido el camino en búsqueda de la noche vana)
- Eso lo dices porque no llegaste acostarte con él (se defendía Susana) además es un chico lindo no se porque no quieres que salgamos juntos (le decía a Hellen)
- Ay, tu lo único que quieres es acostarte con él… creo que es el único hombre que te falta… es menor que tú encima.

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Las chicas rieron y bromearon durante todo el camino, recordaron la primera vez que fueron a un pub de hombres desnudos y que Lucia le dio 20 dólares a un senegalés atlético que movía su pelvis a la altura de su rostro o de la vez que Gloria tuvo sexo con Mauro en su carro del año la noche que cumplió 20 y que su Toyota, que le regalo su padre se iba cuesta abajo por la bajada Balta o la vez que Martha se quedo dos noches seguidas en el departamento de Joao, el ermitaño brasileño que le invito por primera vez unas líneas de cocaína y que tuvieron sexo de manera anestésica, sin sentido.

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Llegaron a un grifo, Susana propuso comprar un champagne para celebrar lo que sería su última reunión con Hellen, vestida con una minifalda palo rosa que no cubría nada, un escote ceñido y profundo que no dejaba nada a la imaginación, camino en dirección al mini market, su andar sensual hicieron despertar el instinto animal de los griferos y casuales compradores del grifo aquel, salió con una botella de Muscat de Alejandría y vasos descartables, se apoyo sobre la ventana dejando entrever una posición sugerente, deja la botella -Ay, me olvide de los cigarros- exclamo con una distracción fingida -si tu no fumas cojuda, nadie fuma, ya sube loca de mierda- le dijo Lucia, las chicas rieron, Susana subió al coche guiñándole el ojo a un tipo que salió a verla -estas pa comer y pa llevar mamita- le dijo cuando el carro paso a su lado.

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Entre broma y broma, Gloria saco de la guantera un arreglo de tul -pontela- le dijo dándole una simulación de velo a Hellen -Ay chicas ustedes son la muerte- y se coloco el velo, Gloria acelero ligeramente, un patrullero hizo que se detuvieran, un policía se acerco, Susana había bajado la luna del carro y asomo su ondulada cabellera rubia, se acomodo de tal manera de que el policía pudiera ver sus grandes pechos y las dejara ir sin problemas -brevete por favor- Gloria saco todos los documentos de rigor -¿están bebiendo?- pregunto el oficial -es despedida de soltera de mi amiga jefe- respondió Gloria, el policía alumbro con su linterna a cada una de ellas, Susana movía los pechos levemente -esta llevando exceso de peso- dijo y sonrió lumbrando los senos de Susana, hizo el ademán de dejarlas ir, las chicas rieron -Gracias es usted un amor- y manejo despacio.

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Camino a la discoteca, Gloria manejo por la avenida Arequipa llegando a ovalo de Miraflores, entra por la avenida Ricardo Palma y se escabulle por una de las calles que cruzan aquella avenida, entra a una calle empedrada llamada Esperanza y cuadra el carro de manera rápida y tenaz, las chicas bajan de carro, unos tipos que estaban en la puerta murmuran y sonríen entre ellos -no puede ser que chicas tan guapas hallan venido solas- dijo un señor gordo en la puerta, Susana coqueteo como siempre con su andar puteril, se para frente a un moreno que es la seguridad de la discoteca –¿no me vas a revisar?- coqueteo ella -más tarde mamacita- dijo, -ya no habrá más tarde- decía Susana con una mirada tierna y dulce con su dedo en la boca -entonces no me calientes las pelotas pues blancona- todos rieron y entraron.

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Fueron adentrándose al lugar que no estaba muy lleno, un juego de luces rayaba el piso, el dj mezclaba una salsa tras otra de manera profesional, unas chicas bailaban en una suerte de torre de fierro, unos turistas intentaban acomodarse al ritmo de Oscar de León, se sentaron en una mesa mientras un mozo tomaba el pedido, Susana se quedo de pie bailando suavemente un tipo la tomo de la cintura y en un dos por tres la tenia bailando en medio de la pista, su curvilíneo cuerpo y el swing natural de tipo fue celebrado por las chicas, la música varió con el talento del dj que puso un merengue que el tipo se animo a seguir bailando apretando a Susana por la cintura, otros tipos se acercaron a la mesa y bailaron con las demás.

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Las cervezas estaban en su segunda ronda, Susana estaba sentada en las piernas del tipo bailarín y besándose apasionadamente en un extremo de la mesa, Lucia conversaba con otro, lo mismo que Gloria, Hellen y Martha, parecían divertirse, bailaron toda la noche.

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Gloria se acerco a Hellen -siempre hay una primera vez- le dijo y le guiño el ojo y se beso con el desconocido, Martha y Lucia hacían lo mismo, Susana bailaba de espaldas a su bailador una música disco, Hellen estaba algo consternada -No tengáis miedo, yo os cuidare- le decía el español a quien había conocido -me voy a casar pronto, no puedo- advirtió Hellen -pues si no queréis, no queréis… vosotros sois libre, joder- ella sonrió, su celular vibro, era Hugo su futuro esposo, Hellen salió -Hola amor que tal la estas pasando-, pregunto Hugo -bien, extrañándote- se alegro Hellen -tengo que confesarte algo- le dijo Hugo, Hellen temió lo peor -Le acabo de hacer el amor a una mujer- ella se quedo callada, sin saber que decir, él insistió varias veces, hasta que respondió -No te preocupes… yo también le hice el amor a un hombre- Hugo colgó, Hellen volvió a la mesa, Martha, Gloria y Lucia seguían en lo suyo, Hellen le hizo una seña coqueta al español y fueron al baño, de manera brutal y apasionada se disponían tener sexo, ella freno el momento -no tienes preservativos- una mano apareció por encima del muro del baño contiguo -tienes que estar preparada amiga, feliz día de solteras- le dijo Susana todos rieron.